Mis aventuras con la empleada domestica (final)

Participan:

 

Capitulo tercero.
a los dos dias me encontraba solo en la casa, mis padres estaban en el trabajo y
Asela había salido a la tienda a comprar comida. Yo aproveche el momento para
satisfacer mis deseos con una paja mientras leia su libro. En ese momento llego Asela
a la casa, sin que la sintiera, abrió la puerta de su cuarto y me encontró en pleno
pajazo, sin embargo su reacción fue de una sorpresa placentera. Poco a poco se acerco
hacia el borde de su cama y se sentó a la altura de mi pinga.
"Huy que rico, es bien grandota para tu edad- dijo con gran satisfacción-
como deseo probar esa gorda pinga que tienes" su boquita de piñón quedó abierta,
mostrando su lengua sonrosada que contrastaba con su blanca tez.
Con estas palabras me puse a cien de nuevo, y mi pinga se despertó mas. Ella con gran
apremio, se dispuso a sobarmela y a engullírsela como una loca, nunca la había
visto así. Su forma de mamármela, era increíble, estaba ya tan caliente que ya casi
no podía aguantar mas.
-" Ya me voy a correr"- le dije.
-" Espera un rato - dijo esto mientras sacaba mi gorda tranca de su pequeña
boca- ahora es mi turno". Entre las piernas se veían un denso matorral de pelos de
color oscuro, bastantes enrulados y entre medio de estos pelos húmedos y brillantes
se veía su rajita.
Empecé chupándole sus ricos pezones, y fui bajando poco a poco. Estuve
chupándole el clítoris y parcialmente metiéndole un dedo, cosa que era realmente
fácil con lo húmeda que estaba su vagina. Ver el placer en la cara de Asela era
increíble.
-"Uhhhhhm! no pares, ahhh sigue así!! Ahhhhh!! ahhhhh!! Si... ya... me vengoo!
Ahhhh!!!!!"
Asela se corrió un par de veces mas, mientras yo seguía chupándole su clítoris
y casi penetrándola con el dedo. Se lo mordisqueaba con mucho gusto pues sabia
bien rico y el olor de su húmeda papayita me tenia loco
-" Métemela!!!! Métemela!! - decía Asela con una mezcla de desesperación y
placer- Penétrame!!! penétrame fuerte!!! por favor rómpeme toda!!!
Comenzó a besarme de una forma que todo mi cuerpo tiritaba de placer, su
lengua jugaba con mi lengua y su saliva pasaba de su boca a la mía.
Ella misma coloco mis manos en sus nalgas para que se las acariciara; mis dedos
recorrieron toda la hermosa y perfecta curva de su culo y entraron en contacto
con el agujero muy cerrado de su ano, mi dedo medio se metió en el; al hacerlo
unos suaves gemidos de placer salieron de su boca.
Comenzó entonces a besarme primero el cuello donde me dio pequeños chupones,
luego paso a mi oreja donde su lengua hizo que casi acabara de tanto placer
que me dio al sentirla entrar y salir de mi oído y luego se dedico a chuparme
el lóbulo de la oreja.
Acepte su pedido con gusto, agarre mi pinga y se la empecé a arremeter con
gran fuerza. Sentía como la polla entraba en ella, separando las paredes de
su coñito hasta que llegó a la membrana que atestiguaba su virginidad. De un
empujón, la rompí y la hize mujer. Que rico se sentía estar adentro de aquel
hueco que tanto había deseado en estos meses.
Los ojos de ella se cerraron. Sintió un agudo dolor, pero momentáneo. Asela no
paraba de gritar, pedía por más y yo cumplía con su pedido.
-"Uhhhhhhmm!!!....siii...que ricoo!!!... así... Ahhhhh!!!! Ahhhhhh!!!"
Se notaba completamente llena. Sentía la polla entrar y salir de ella.
Me moví más deprisa. La penetración se hizo más vigorosa. Su coño sufría
agradables espasmos. La polla seguía entrando y saliendo de ella, follándola
sin descanso.
Sus gritos de satisfacción me prendían aun mas. No pude aguantar mas y me
corrí dentro de ella, mientras ella alcanzaba una orgasmo mas. La satisfacción
de hacer eso con ella hizo del orgasmo aun mas placentero.
Eres una putita que rico te mueves nena mmm me haces gozar eres la mejor mi
nena mi nenita la mas puta!! Le decia las cosas que sabia le gustaban y la
excitaban cuando las leia.
Si soy una puta soy tu nenita cogeme y no pares dame masss haaa quiero sentirte
ropiendomeee todaaa y sentir el calor de tu leche calor en el fondo de mi coño.
Descansamos un buen rato y poco a poco, Asela se me fue echando encima, sus
pezones me rozaban los pectorales y se manchaban de mi sudor. Ella me besó de
nuevo refregando su chochito por encima de mi verga, percibiendo la extrema
dureza y grosor, entonces ella me rogo.
Cójeme de nuevo, me has puesto muy caliente… con las cosas que dices mi niño
Hazlo tú misma Asela…
Extendió el brazo hacia atrás y se colocó la punta entre los labios vaginales.
En cuanto notó el roce, se irguió sentándose sobre ella. Emitió un sonoro
gemido al percibir cómo mi grueso mástil le entraba en su nuevo usado coñito
dolorosamente, tensando al máximo los músculos vaginales. Sentada sobre la
verga, comenzó a cabalgar sobre ella, apoyando las palmas mi barriga y cerrando
los ojos para concentrarse. Saltaba como una loca para notar la penetración,
aunque a veces se mantenía quieta y sólo meneaba la cintura con la verga
dentro. Su culito me rozaba los huevos. Sus tetitas vibraban al moverse. Yo
jadeaba muerto de placer. Asela volvía a subir el culo hasta la punta y
volvía sentarse hasta aplastarme los huevos con las abombadas nalgas.
Asela elevaba el culo para perforarse el coño ella misma con mi dura y gorda
polla. Yo suspiraba muy seguido. Ella se echó sobre mi barriga aplastándose
las tetas contra mi pecho y yo la agarrre por el culo encogiéndome para
metersela mas profundo. Duraramos poco. Aún la follaba, pero por el tronco de
la verga resbalaron unos goterones de semen amarillento. Poco a poco fuimos
disminuyendo la marcha hasta detenernos. Sin extraer la verga y sin alterar la
postura, nos besamos. Le acariciaba el culo mientras duraba el morreo,
luego ella se incorporó y se apeó de mi cuerpo como si bajara de un caballo.
La pinga me relucía por el rastro del semen, con el glande enrojecido por la
follada.
A la media hora, aún seguíamos desnudos sobre la cama, abrazados. Asela se puso
en cuatro patas y yo de rodillas atras de ella, apretó mi pinga con su culo,
empezando a moverlo de una forma espectacular. Recupere la erección
instantáneamente, juventud divino tesoro!
Su culito,lindo y en forma de pera, con una raja que en la parte de abajo se
veían unos cuantos pelitos suaves y largos justo alrededor del marrón agujero de
su ano. era chico y terriblemente duro
-"Métemelo por detrás"- dijo ella con una voz entrecortada pero en la que se
notaba el placer que estaba sintiendo.
Proseguí con lo que ella me había pedido, le empecé a meter primero uno y
después dos dedos por el ano ayudados con los líquidos de Asela y un poco de
saliva, para que se dilatara y mi gorda polla pudiera entrar con mayor facilidad.
Empecé a meter lentamente mi pinga en su maravilloso culito, y fui cautelosamente
acelerando la velocidad, para poco a poco metérsela toda, el culo de Asela
se abrió como si de una flor se tratara, algunas gotas de sangre se veían salir
de su esfínter, siendo dilatado, quería disfrutar viendo la expresión de su rostro
mientras le taladraba su culito con mi pinga. En esta postura mi pene empezó a
presionar sobre aquella diminuta abertura que quedaba entre sus blancas y pequeñas
nalgas y al hacerlo el rostro de ella revelaba el dolor cada vez que mi erecto
aparato ganaba un milímetro de espacio en su castigado trasero.
No tardo en empezar a suplicarme que la dejara porque le dolía y sentía que le partía
el culo en dos,los gritos de dolor fueron menguando, hasta que se transformaron en
gemidos de placer.
-"Ahhhhh!!!!!, que gorda la tienes!!!!!!-dijo Asela con un poco de sufrimiento
en su voz- Ahhhhhh!!!!" ni siquiera había sospechado lo que le costaría albergar
mi verga en su traserito cuando me lo ofreció; pero ahora si que lo estaba
"descubriendo"
Seguimos así por un buen rato, como disfrutábamos los dos de esto. Estaba tan
prendido que no aguante mas y me vine en su rico culo, Asela a su vez se había
corrido ya varias veces. Yo sentía que la estreches del culo me apretaba la verga,
el placer que sentía era indescriptible, al sacar la pinga una cantidad increíble
de leche salio de su dilatadísimo culo, mi pinga salio cubierta de mi propia leche,
sangre y materia fecal. Le manó mi leche del ano
¿Te has estado besando hoy con tu novio? le pregunte.
No – dijo.
No quiero que folles con ese maricón, eres mía, ¿me has entendido, putita?
Sí, sólo quiero follar contigo. Me gusta mucho.
Eres mi puta y que no me entere que follas con ese maricón le dije celoso de
compartirla.
Sí, no lo haré…
Eres mía, desde ahora tu eres mia… vas a ser para mi siempre… Quiero oírtelo decir.
Si amor siempre voy a estar contigo, soy toda tuya.
Asi aprendi que a Asela le gustaba y excitaba ser dominada por mi, tan severo y
tan joven. Era una ninfómana y era mi puta, y tal hecho la ponía a cien.
Volvimos a besarnos, acabado esto fui a bañarme, y Asela me siguió. Nos bañamos
juntos en la ducha.
Me dio una chupada en la pinga para dejarmela mas limpia, mientras yo le metía
el dedo por su sexo. Asela dejo mi pinga limpia. Yo le lave sus recientemente
desvirgados agujeros dejandoselos limpiesitos y listos para volverlos a usar con
mi durísimo tolete.
Vi sus dos agujeritos dilatados, enrojecidos y brillando como dos diamantes;
y me sentí feliz de haberla hecho mi mujer y desvirgarle todos sus agujeros.
“Asela era mía”, y quería que siguiese siendo mía, no quería compartirla con
nadie. La sola visión de su novio follándola me horrorizaba.


Capitulo cuarto.
Como disfruté de aquella primera incursión en el sexo. Después de esta
aventura, segui teniendo encuentros de este tipo con Asela, goze con ella
siempre que pude, fue mi hobby y mi pasatiempo por dos años, no habia lugar en
casa donde no lo hicieramos varias veces en el dia. Mis padres trabajaban y yo
estaba a veces en vacaciones.
Había días que perdía la cuenta de las veces que lo hacíamos y en las calurosas
noches del verano, repetíamos y repetíamos nuestras fornicaciones tras un
ligero descanso entre polvo y polvo
Empezamos distintos juegos entre nosotros:
Vienes muy guapa, así me gusta.
Gracias.
¿Llevas bragas?
No.
Enséñame el coño -. Asela se elevaba la salla hasta descubrir su coñito.
Yo resoplaba ante la visión y mi verga palpitaba -. ¿De quién es ese coño?
Tuyo.
¿Quieres hacerme una paja?
Lo que tú quieras.
Date la vuelta y arrodíllate en el sofá. Pídeme que te coja!!! dímelo a la
cara pídeme que te coja!!
Quiero que me cojas, me pidio, obedientemente, se giró hacia el sofá y se
arrodilló echando el tórax sobre el respaldo, con las tetitas aplastadas
contra los cojines y la cabeza por fuera de la parte de arriba del respaldo.
Ella misma echó los brazos hacia atrás y se elevó la salla ofreciendo su
abombado culo y su sabrosa rajita en los bajos.
Acto seguido, termine de bajarme los pantalones y el slip hasta los tobillos y
me acerque al jugoso culo de Asela habriendole el chocho de un golpe seco,
dirigiendo la verga a la entrepierna y contrayéndome en cuanto la punta rozó
la vulva. Asela soltó un bufido manteniendo la mirada al frente y poco a poco
fui aligerando la marcha asestándole fuertes penetraciones, magreándole las
nalgas y la espalda al mismo tiempo.
Se la clavaba con nerviosidad, por miedo de ser visto por mis padres que se
encontraban en su cuarto. Asela emitía jadeos secos ante las severas punzadas,
mirando al frente, sin volver la cabeza en ningún momento.
Joder, voy a reventar, levanta -. Le ordene, que enseguida acató la orden
colocándose a mi lado y encargándose de machacarme la verga.
Asela frenó los meneos de la verga cuando un grueso chorro de leche muy líquida
y amarillenta se estrelló contra su cara y goteó inmediatamente hacia el interior
del escote. Un segundo chorro más largo le empapó la cara completamente y un
tercero le salpicó todo el cabello. Fue un derramamiento de semen abundante,
como si le hubiera echado un cubo de pintura blanca sobre la cara.
Con este y otros muchos juegos llegue a dominarla completamante.
Un dia me confeso que no le habia bajado la regla no quedandole mas remedio que
dejarnos para casarse con su novio pero se fue llorando porque al que ella queria
de verdad y habia sido su primer hombre era yo.
Le di ordenes de no poder tener nigun hijo con su esposo, al año regreso a vernos
y venia con un niño de varios meses en sus brazos para presentarselo a la famila.
Le habia puesto de primer nombre mi segundo nombre, nos pidio que como ella nos
queria mucho si mi madre y yo pudieramos ser los padrimos pues su esposo asi tambien
lo queria. Esa noche Adela toda una señora, no pudo resistir la tentación de ser
infiel, por primera vez, a su marido con el señorito que la folló por primera vez,
fue fabuloso.
Mi madre por supuesto acepto que fueramos los padrinos y ellos pasaron a ser parte
de nuestra segunda familia, nos veiamos en todas las fiestas y Asela cuando venia a
la Capital se quedaba siempre en nuestra casa.
Han pasado varios años y Asela tuvo una niña y otro niño. Ningunos se parecen
a su padre. Nadie en la familia hace comentarios pero mi madre los mira mucho,
especialmente al primero que cumpía los 10 años.

Fin
Opiniones y comentarios,
http://[email protected] Autor:Lothario