Abandonada

by Kia

Era la en�sima vez que discut�a con mi novio, y por en�sima vez, por la misma raz�n. Era ya muy noche, una muy helada noche, pero los �nimos estaban bastante encendidos entre �l y yo.

Jorge y yo ten�amos como a�o y medio de novios, no recuerdo exactamente. Lo conoc� en el segundo a�o de la carrera, en una fiesta. �l va un a�o adelantado de m�. Desde entonces, hemos tenido bastantes altibajos en nuestra relaci�n... m�s bajos que altos, para ser honesta.

Mi vida ha sido lo que puede considerarse privilegiada. Tuve la fortuna (o disfortuna) de nacer en el seno de una familia muy adinerada. Ropa, viajes, autos, formaban parte de mi vida cotidiana. Hace poco mi familia se fue a vivir a la capital, pero yo decid� quedarme en �sta ciudad pues mi c�rculo social era de aqu�.

Siempre fu� a las mejores (y m�s caras) escuelas, con mi auto de lujo propio, y tras la mudanza de mis padres, con una casa de 600 metros cuadrados para m� sola.

Podr�a creerse que lo ten�a todo (y as� era hasta cierto punto) pero estaba lejos de sentirme feliz. No me ubicaba en mi propio medio, a pesar de haber nacido en �l. Desde la secundaria, muchos chicos comenzaban a seguirme. No los culpo. Siempre fui muy atractiva: tez clara, cabello largo negro como la noche, ojos verdes, labios carnosos, alta, con un cuerpo envidiable producto de mis horas en el gimnasio, pero tambi�n por bendici�n gen�tica. Mis senos eran firmes, redonditos, copa DD, mi cintura de avispa, mis caderas voluptuosas, sin celulitis, terminando en unas largas y torneadas piernas.

Como dec�a, era producto de miradas, envidias y deseos. Sin embargo, nunca me emocion� mucho la idea de tener novio. De cuando en cuando me met�a en una relaci�n con el chico m�s popular del momento, pero m�s para ser el producto de elogios y comentarios, que porque realmente lo deseara. Mis relaciones usualmente duraban menos de 3 meses. La m�s larga fue de 6, y eso porque hize un viaje a Jap�n de 3 meses.

Pod�a decirse que, a pesar de estar siempre rodeada de gente que me adulaba y complac�a, siempre tuve una constante sensaci�n de soledad en mi interior.

Jorge era bastante acaudalado. Hijo de pol�ticos, muy allegados a mi padre. Lo conoc� en la universidad. Unas "amigas" me lo presentaron. �l era bastante popular, y atractivo, he de admitirlo. Pero no sent� la chispa que me hubiera gustado sentir al conocer a alguien as�. Comenz� a salir con �l m�s que nada porque mis padres as� me lo recomendaron, y para ser la envidia de mis compa�eras. S�lo mi �nica verdadera amiga, Sandra, siempre me dec�a que si no lo quer�a, deb�a dejarlo.

Sandra ha sido mi amiga desde la primaria. Ella iba a mi escuela, con una beca especial que proporcionaba el colegio. Ella no era como yo. Ella era de clase trabajadora, hija de un carpintero y una maestra de preescolar. Me identifiqu� mucho con ella desde el principio. Pod�a ser aut�ntica con ella y quitarme la m�scara de mujer de sociedad. A veces �bamos al cine y a lugares menos opulentos a pasear. Ella siempre fue una hermana para m� (a pesar de que tengo otras dos hermanas mayores).

Hace unos meses, Sandra me dijo que se casar�a. Yo me emocion�. Fue antes de andar con Jorge. La ayud� a planear la boda y fui madrina de ramo. Luego, empez� a andar con Jorge, y cuando se acercaba la boda, tuvimos nuestro primer gran pleito, precisamente por eso: �l no quer�a ir a una boda de la prole. Trag�ndome mi coraje, fui sola. Luego jorge se disculp� y me di� alg�n regalo caro que ya ni conservo.

Pero los pleitos fueron m�s y m�s frecuentes, pero por otra causa, y siempre la misma. Sexo. De hecho, �sta era la principal raz�n de mis rompimientos en relaciones previas. No porque fuera malo, sino porque estaba ausente. Yo me negaba a tener sexo con mis novios. Es m�s, de hecho, mis relaciones eran m�s bien de "manita sudada": manos tomadas, abrazos, uno que otro besito. Y nada m�s. No hubo fajes, ni frotes, ni masturbaci�n, ni sexo oral, ni nada.

No me explicaba el porqu� de �sto. Mis novios se ve�an sumamente excitados cuando estaban conmigo. Yo estaba seca y fr�a. No suelo ser una chica muy sexual. Rara vez me excito, y cuando lo hago, curiosamente, es cuando me maquillo, o me pongo alguna ropa sexy. Me arreglo y me visto sexy, s�, pero para m�, y para que me vean, no para tener acci�n en la cama esa noche.

Me las arregl� para convencer a Jorge que quer�a llegar virgen al matrimonio. Y as� estuvimos, no sin algunas peleas porque me negaba a darle ni siquiera un faje. Realmente no creo haberlo querido en serio, pero estaba con �l, y la gente que me rodeaba parec�a feliz por ello, as� que me dej� llevar por la corriente.

Tras un a�o de relaci�n (aunque fue menos si contamos los meses que o �l o yo est�bamos de viaje), me invita a un viaje en globo, y all�, cual clich� hollywoodense, saca una botella de champagne y un anillo de diamantes y me pide matrimonio. Al decirle que s�, lo hice pensando en mi familia y amigos m�s que en m� misma.

Y ya comprometidos, creo que se sinti� con m�s derecho sobre m�, y me presionaba m�s y m�s para tener sexo. "esp�rate a la luna de miel", le dec�a. Pero �l segu�a muy molesto, y cada vez, m�s por esa situaci�n.

Esa noche, pas� lo mismo. - Siempre es lo mismo contigo Ari!- me dec�a �l. -Siempre sacas eso de llegar virgen, carajo, ya nos vamos a casar, qu� m�s quieres!-

- Y qu� quieres?, que finja?- le dije, llorando de coraje: - Que me entregue a t� con remordimiento y culpa y no lo disfrute?- El coraje en sus ojos era m�s que evidente. Los ten�a rojos, en parte debido al enojo, y en parte debido a su frecuente h�bito de beber para pasarla bien: "soy bebedor social", dec�a siempre.

Discutimos, fuertemente. Fue nuestra peor pelea, y a tan s�lo un mes de la boda. Dej� salir todo. Le dije que no me gustaba su manera de beber, su estilo de vida fiestero y parrandero, que no me gustaban las fiestas de "la alta", que no quer�a acostarme con �l s�lo porque �l me lo exigiera... en fin.

Al final de la pelea, mientras los dos nos grit�bamos cosas, tomo el anillo de m�s de medio mill�n de pesos, y lo arrojo al piso. Salgo de su casa. �l no vino tras de m�, pero se qued� grit�ndome groser�as. Subo a mi Volvo S60 rojo y salgo de ah�, a toda velocidad.

Recorr� varias calles un rato, iba muy r�pido, y lo peor de todo, enojada y... distra�ada. Me pas� no s� cuantos rojos, brinqu� no s� cuantos topes... afortunadamente ya eran las 3 de la ma�ana y las calles estaban desiertas. Termin� sin darme cuenta en calles del oriente de la ciudad, en un barrio popular. Yo segu�a a todo lo que daba, en eso, veo a lo lejos una figura humana que se atraviesa. Freno a fondo dejando escapar un sonido aterrador. Con todo y eso, y a pesar del sistema del auto para evitar este tipo de circunstancias, golpeo a esa figura.

Me qued� paralizada. La sangre se me fue a los pies. Estaba temblando del miedo. Que pod�a hacer? Escapar? Quedarme ah� como tonta? Bajarme a ayudar a esa persona?

La tentaci�n de escapar era mucha, pero mi conciencia me hace bajar del veh�culo. Me acerco al cuerpo de la persona que golpee. Oigo algunos quejidos.

- est� bien?- pregunto, con mi boca seca y amarga.

La persona voltea a verme. En eso veo que se trata de una ni�a, de unos diez a�os. Sucia de la cara y el cabello, con su ropa sucia y deshecha. Descalza, y con un fuerte olor a mugre.

- s�, se�orita, s�lo algo raspada...- responde ella � y me duele la cabeza-

- segura? Mejor te llevo al hospital a que te revisen, de acuerdo?- Estaba muy nerviosa por ello, no quer�a meter en �sto al seguro o a la polic�a, as� que pens� que lo mejor ser�a llevarla yo misma a que la revisaran. - y tus padres?- le pregunt�. Necesitaba el permiso de ellos, y quiz� tendr�a que darles algo de dinero para no involucrar a la polic�a.

- eh...- titube� ella. En eso, ca� en la cuenta de que seguramente la habr�an abandonado. Es decir, era m�s que claro que ella era una ni�a de la calle.

As�, opto por cargarla, y la recuesto en el asiento de atr�s. Me llam� la atenci�n la ligereza de su delgado cuerpo. Por alg�n motivo, no me import� su f�tido olor o que fuera a ensuciar el asiento del auto. Lo importante era que estuviera bien. Arranco el auto y me dirijo a la cl�nica donde laboraba Sandra.

En el camino la ni�a me sigue diciendo: - estoy bien se�orita, de veras, no se preocupe... b�jeme aqu�-. - No, tenemos que asegurarnos que est�s bien- le dije. Obviamente mi miedo era meterme en problemas legales, pero tambi�n me sent�a genuinamente preocupada por esa fr�gil ni�a.

En el trayecto, la ni�a segu�a diciendo que no era necesario que me tomara todas esas molestias. Su manera de expresarse era muy peculiar. No parec�a ni�a de la calle. Empleaba palabras muy sofisticadas y las pronunciaba correctamente. La miro por el retrovisor. Estaba sentada, con la cara con algo de sangre en el rostro. Sus rubios cabellos sucios, enmara�ados, pegajosos. Su carita era finita. Su nariz respingada y sus ojos grandes y verdes. Me llam� la atenci�n su dentadura: perfecta completamente. Eso me hizo pensar a�n m�s que no se trataba de una ni�a de la calle como otras. Su blusa estaba sumamente sucia y con algunas rasgaduras, cubriendo su esbelto torso. Un pantal�n de mezclilla viejo y manchado cubr�a sus largas piernas. Sus piez, descalzos por completo. Pero, insisto, no ten�an ni hongos ni nada anormal. La pobre ni�a desped�a un desagradable aroma, a suciedad, a basura o comida descompuesta.

Llegamos al hospital, a urgencias, y pregunto por la Dra. Ram�rez. Llega Sandra tras unos minutos, y le comento la situaci�n, omitiendo el peque�o detalle de la pelea con Jorge (de hecho, en ese momento ni me acordaba ya).

-Ya veo- Me dijo. -La mantendremos en observaci�n por la noche. Hoy tengo guardia as� que no te apures, yo la vigilar� personalmente y te reportar� cualquier cosa �de acuerdo?-

Acord� en no reportar nada a la polic�a, y que dar�a aviso a trabajo social hasta que yo me tranquilizara y decidiera qu� acci�n tomar.

- �sta noche te quedar�s aqu�... eh... c�mo te llamas mija?- le pregunto. - Alicia- responde ella. -Muy bien Alicia, no te vayas a escapar ni nada de acuerdo? Por la ma�ana vendr� a recogerte y te dejar� en donde me pidas OK?-. - Est� bien se�orita, pero estar� bien, no se apure. Para ma�ana todo �ste episodio quedar� en el pasado-.

As�, me dirig� a la salida de la sala de urgencias, pero Alicia me dice: -Se�orita, lo siento mucho! Estaba distra�da y me atraves� sin fijarme!- Volteo y sonr�o, y le digo adi�s con la mano.

Subo al auto, y casi en autom�tico, conduzco a casa. Al llegar, me siento, me recargo en la puerta y rompo a llorar. Llor� como nunca, gritando, moqueando. No lloraba por lo de Jorge ni porque estaba por cancelar la boda. Lloraba por las palabras de Alicia. Yo fui la irresponsable que casi la mata, y ella fue la que pidi� perd�n. Esa pobre ni�a, desamparada, fr�gil, delicada, con un incierto futuro por delante, con todas las de perder en la vida, fue quien me pidi� perd�n. Sent� el impulso por regresar al hospital a verla, pero me detuve. Estaba cansada, triste, asustada. No quer�a causar otro accidente. As�, tom� un ba�o y fu� a dormir.

Por la ma�ana, en lugar de ir a la escuela a perder el tiempo, me dirig� al hospital. A�n encontr� a Sandra. Su turno hab�a finalizado hace una hora, pero me esper�. Esa era la clase de persona que era. Ella finaliz� su carrera antes que yo, pues mis padres me enviaron por a�o y medio a viajar por el mundo. Por eso, ella ya estaba trabajando mientras yo segu�a estudiando.

- Todos los ex�menes est�n bien, no te apures- Me dijo. Suspir� de alivio. -�nicamente tiene algo de desnutrici�n, pero eso no es culpa tuya-

- Puedo verla?- pregunto, con un rastro de emoci�n en mi voz que incluso yo misma not� para mi sorpresa. Sonriendo, Sandra me indica el cuarto donde est� internada la ni�a, y me dirijo hacia �l.

Llego frente a la puerta, y toco. Escucho una vocecilla, la cual responde "adelante". Abro la puerta y la veo, acostada en la cama, cubierta con su batita color rosa. Casi no la reconozco al verla, tanto as� que tuve que ver su ficha de identificaci�n de la pared para ver que su nombre coincidiera. "Alicia" reza el papel, con letras grandes color negro, seguido de la leyenda: "12 a�os". "12 a�os!?" Pens�. Se ve�a m�s chica en realidad.

Al irme acercando, vi que la ni�a estaba totalmente irreconocible, con su cabello dorado, lavado, su carita limpia, y sin ese olorcito desagradable.

Me paro junto a la cama donde est� sentada. Observ� que en realidad era una ni�a bastante bonita. Sus ojos grandes con unas largas pesta�as, su nariz finita, con unos labios carnosos. La batita cubr�a su desnudo cuerpo, pero se notaba su pecho en desarrollo, con sus erectos pezones resaltando a trav�s de la tela.

- Hola se�orita!- Me salud�. Al momento, sent� que mi rostro se encend�a, sonroj�ndome. Quiz� fue el escuchar su voz, o quiz� el ver su belleza inesperada, o quiz� el hecho de que estaba observando sus senos cuando me salud�. Sonrojarme no era algo que me pasara muy a menudo, ni siquiera cuando estaba con alguno de mis ex novios d�ndonos un beso o tom�ndonos de las manos.

- Hola Alicia- Respondo el saludo. -C�mo te sientes?-. - Muy bien se�orita, s�lo fueron algunos golpes. Usted fue quien se ve�a m�s asustado que yo?, se encuentra bien?-

Sonr�o tiernamente ante su genuina preocupaci�n. Extiendo mi mano y para mi sopresa, comenz� a acariciarle su cabecita. Ella cerr� los ojos, sonriendo, divertida. - Me da gusto que est�s bien Alicia-.

Yo segu�a sorprendida por su radical cambio. �sta hermosa ni�a no se parec�a nada a la peque�a que atropell� ayer. En realidad, m�s que por el cambio que v� en ella, segu�a impresionada por su belleza. Realmente era hermosa.

En eso oigo que entra Sandra. - Alicia est� muy bien, le curamos sus heridas y la ba�amos, de hecho puede irse ya si as� lo desea, pero...- me dice con la cara en expresi�n de preocupaci�n, mientras se�alaba con la mirada una bolsa en un rinc�n de la habitaci�n. Me acerco a la bolsa, y al percibir un aroma a suciedad, me doy cuenta de que era la ropita de Alicia. En ese momento me doy cuenta de que no ser�a agradable salir de un hospital con ropa sucia. Sandra me toma el brazo y me lleva hacia afuera de la habitaci�n. - Creo que no tiene padres o se escap� de su casa- me dice. - Le preguntamos al respecto y ella no dice nada, s�lo que no tiene casa ni padres. Pens� en llamar a trabajo social, pero quise preguntarte primero sobre qu� pod�amos hacer-. Cerr� mis ojos, pensando. Ella no quer�a que localizaran a sus padres, o bien no ten�a padres en realidad. Me imagino que tendr�a sus motivos, y eso lo respetar�a. Pero la ropa para sacarla de ah�... definitivamente no dejar�a que saliera con esas prendas tan sucias. - Si ella no quiere decir nada, d�jala- Le dije a Sandra. - En cuanto a la ropa... ir� a comprarle algo para que pueda salir del hospital, no creo que sea muy c�modo el salir con ropa sucia-. Sandra sonr�e. Le doy las gracias y tras abrazarnos, se retira a casa a descansar. Antes de irme, me asomo a la habitaci�n y le digo a Alicia que espere ah�, que regreso en un ratito para sacarla ya del hospital.

As�, me dirijo a una tienda departamental cercana al hospital. Me encantaba comprar ropa, pero era la primera vez que lo hac�a para alguien m�s. Comenz� por comprarle algunas blusitas. Algo no tan infantil, no creo que las que ten�an figuritas de Disney fueran las m�s apropiadas, es decir, la ni�a ya ten�a 12 a�os. As� que busqu� algo m�s coqueto. Tom� algunas camisetas, unas blusas lisas y otras con estampado. Una linda blusa formal que pens� que se ver�a muy bien en ella. Como hac�a algo de fr�o, compr� algunas blusas de manga larga tambi�n. Y un par de su�teres, un par de sacos, y una encantadora chamarra. Compr� tambi�n algunos pantalones, unos de vestir, y obvio, los infaltables jeans. Le compr� unos de lycra, pues insisto, ya no era una ni�a. Tambi�n tom� unos yogapants y una falda escosesa. Claro, era obvio que necesitar�a algo de calzado, as� que compr� un par de tenis y unas sandalias muy coquetas, as� como unas zapatillas de vestir. Sus pies no eran tan grandes, era como de mi talla, as� que me las prob� antes de comprarlos. Realmente estaba muy metida en todo �sto. Mientras estaba comprando la ropa para Alicia, cruzo frente a un espejo, y me doy cuenta de algo raro: estoy sonriendo. Una sonrisa aut�ntica. No una sonrisa falsa como cuando me pidieron matrimonio o me dijeron que hab�a ganado el concurso de belleza de la prepa. No, era una sonrisa de verdadera felicidad. Me sonrojo como nunca, y siento un nudo en la garganta. Estoy a punto de llorar. No queriendo hacer una escena, respiro profundo y sigo en mi frenes� de compras.

Voy a la caja, pero reparo en que me hace falta algo crucial: ropa interior. Tragu� saliva por alguna raz�n. Y me dirijo al departamento de lencer�a y corseter�a. Me sent�a nerviosa sin saber bien por qu�. Tomo algunos sostenes entrenadores muy tiernos y delicados. Vino a mi mente la imagen de Alicia, sentada, semidesnuda, con sus peque�os senos protruyendo a trav�s de la bata. De nuevo me sonrojo. Tomo algunas medias y calcetines, y finalmente, lo que hab�a estado evitando hasta el momento: las pantaletas. Titub�e. No sab�a que llevarle: �algo infantil? �Algo sexy? �Algo tierno? Opt� por llevar algunos bikinis convencionales, muy coloridos. En eso, veo una tanga. Una de algod�n, color rosa intenso. Como un rayo, cruza por mi cabeza la imagen de la ni�a usando �sta tanga. Sacudo mi cabeza, y me dispongo a irme, pero de �ltimo momento, decido tomar la prenda y comprarla.

�Cu�nto gaste? Ni idea. Quiz� diez o veinte mil pesos. No lo s�. Satisfecha, me dirigo de vuelta al hospital hacia la habitaci�n de Alicia.

- Hola Alicia, �lista para cambiarte e irte?- Le digo mientras entro. La ni�a estaba almorzando. Eso me record� que yo no hab�a ni desayunado, por lo que tendr�a que pasar a alg�n lado a comer. Alicia com�a algo acelerada. Parec�a que no hab�a comido en d�as, y probablemente as� habr�a sido. Me mira, sonr�e, y al acabar de comer, se incorpora a ver la ropa.

- �d�nde est� mi ropa se�orita?- Se�alo la bolsa con su ropa sucia.

-Es �sa la ropa que tra�as, pero como ya est�ba muy gastada, te compr� m�s � Alicia observa el mont�n de bolsas y cajas que traje. Comenz� a mostrarle una y otra prenda. -�Y cu�l de todas es la m�a?- me pregunta. Levant�ndo la mirada para verla, le digo que toda �sta es su ropa. - Pero es demasiada se�orita, no tengo dinero para pagarla-. Sonr�o y le digo: - no es necesario que lo hagas, yo las compr� como regalo para t�-. Alicia se sienta, se cubre la cara con las manos y comienza a llorar. Sorprendida, la observo. En eso, se descubre su rostro dejando ver la m�s hermosa de las sonrisas que halla visto en mi vida, tanto que me hizo sonrojar (de nuevo y por en�sima vez en menos de un d�a). Y me dice: - gracias se�orita...- y completando su frase, le digo mi nombre: - Ariana, me llamo Ariana, mija-

Espero mientras Alicia se cambia en el vestidor. Opt� por unos jeans y una blusa de manga larga. Y no, no escogi� la tanga (creo que ni la vi�). Sale del vestidor y al tiempo que da una vuelta me pregunta

-�c�mo me veo?-. Se ve�a realmente linda. - Te vez muy bien Alicia-. Le doy una chamarra que compr� para ella, pues hac�a fr�o afuera. �bamos saliendo, cuando la detengo. - Espera- Le digo, me coloco detr�s de ella. Me quito del cabello uno de mis broches, y pein�ndola con una colita, se lo pongo a ella. -Ahora s�, ya est�s lista!- Alicia voltea a verme, sonriendo, y muy sonrojada.

Mientras nos dirig�amos al auto pensaba en qu� rayos har�a a continuaci�n. Lo m�s prudente ser�a llevarla a su casa, pero algo dentro de m� no quer�a hacerlo. Trataba de convencerme a m� misma de que sent�a eso porque ten�a miedo de que me denunciaran, pero en realidad no era eso. Le abro la puerta, y subo al auto. Enciendo el motor y le pregunto: -y, �a d�nde quieres ir?- Ella s�lo encog�o los hombros. No quer�a preguntar m�s, sobre todo teniendo en cuenta que tampoco le quiso decir nada a Sandra, pero a�n as� lo hice.

Apago el auto, y le pregunto: - �tienes a d�nde llegar?-. Con los ojos con l�grimas, me dice que no. Siento mis propios ojos al borde del llanto. Pero me logro contener y le pregunto nuevamente: - �y tu familia?-. - No tengo familia. Ni siquiera los ni�os de la vecindad me quieren. Estoy sola, totalmente abandonada -.

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Mientras sirvo algo de limonada en unos vasos, veo desde la cocina a la esbelta figura sentada en mi sala. Decid� traerla a mi casa, al menos mientras decidiera bien qu� hacer. Estaba por escuchar la historia de Alicia, quien, luego de llorar todo el camino, finalmente se tranquiliz�.

Me cont� algunos detalles de su vida. Luego de la muerte de sus padres en un accidente, cuando ella ten�a 6 a�os, sus abuelos la acogieron. Su vida era tranquila y normal, pero luego de alg�n tiempo, sus abuelos tambi�n fallecen, primero su abuelo, y luego de unos meses, su abuela. Una t�a lejana la acogi�. Ella ya ten�a un par de hijas y un hijo. All� comenz� el infierno. El hijo y el padre beb�an mucho alcohol, y golpeaban a su t�a y a sus hijas. �stas a su vez desquitaban su coraje con Alicia, la humillaban, la encerraban en la casa, la hac�an trabajar mucho, y la golpeaban si no obedec�a. Su t�o y su primo tambi�n llegaron a golpearla y a hacerle insinuaciones sexuales. Trataban de espiarla mientras dorm�a o se duchaba. Su �nico escape era la escuela, donde era una excelente alumna. �sta situaci�n lleg� al l�mite cuando el primo, de unos 19 a�os, lleg� tomado y gritando a la casa. Alicia estaba sola en ese momento, haciendo quehacer. El primo la golpe�, la arroj� a la cama e intent� violarla. Alicia gritaba, y en su desesperaci�n, logr� quitarle a su primo la botella que a�n sujetaba, y se la rompi� en la cara. El desgraciado cae inconsciente. Alicia afirma que respiraba muy raro, y sangraba demasiado. As� que, asustada, tom� su mochila de la escuela, un paquete de galletas y sali� corriendo de la casa, aprovechando que la puerta hab�a quedado abierta.

Anduvo por las calles un tiempo, hasta que unos chicos y chicas que lavaban parabrisas la hallaron y la invitaron a su "casa", o sea, un cuarto en una vecindad. Ah� estuvo un tiempo, hasta que algunas de las chicas, envidiosas por la belleza y educaci�n de Alicia, le robaron su mochila, en la cual ten�a sus preciados libros. Adem�s le inventaban chismes, y finalmente la agredieron f�sicamente. Algunos de los chicos tambi�n la agredieron, por lo que decide escapar. Estuvo as� como dos semanas, sola, deambulando por las calles de la ciudad, comiendo de los contenedores, y si alg�n ciudadano se apiadaba, comprando algo en la tienda.

- Ese d�a estaba muy contenta porque una se�ora me regal� veinte pesos, fui al minisuper y me compr� mis galletas favoritas. �staba tan emocionada que atraves� la calle sin fijarme y...-

Me sent�a a punto de llorar. Al o�rla decir �sto, supe que se refer�a a la noche que la atropell�. Sin decir nada, me acerco a ella y la abrazo. Ella recarga su cabeza en mi pecho y comienza a llorar. Yo misma estaba ya derramando algunas l�grimas. En eso, oigo que la ni�a me dice, con el rostro a�n hundido en m�, mientras lloraba � creo que el ser atropellada fue lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo... -

Pasaron algunos minutos, y al notar la tranquila respiraci�n de Alicia, me percato de que est� dormida. Tratando de no despertarla, la cargo y la llevo a acostar a la habitaci�n de hu�spedes. La recuesto, le quito el calzado y la tapo con una s�bana. Est� profundamente dormida. Me siento junto a ella, y comienzo a acariciarle el cabello. Es cuando mi est�mago ruge, y decido que voy a ir a comer algo. Antes de salir de la habitaci�n, me acerco a ella y le doy un suave beso en la mejilla.

Prepar� algo r�pido para comer, a pesar de ser ya las 6 de la tarde, me preparo unos huevos con tocino (mi debilidad es el tocino). Tras comer, me asomo a la habitaci�n de Alicia. A�n duerme. Me voy a la sala a descansar un rato, en eso suena mi celular. Era Jorge. En ese momento �l era la menor de mis preocupaciones, as� que decido finalizar todo de una vez. Contesto. �l me pidi� perd�n, me dijo que iba a cambiar, etc. No era la primera vez que o�a �stas palabras. Pero ya estaba harta de �l. En ese momento, me sent�a llena de una nueva fuerza en mi interior, por lo que pude decirle la verdad: ya no me interesaba nada. Le dije que le pagar�a lo que hab�a gastado, pero que ya no ten�a inter�s en casarme, y que todo estaba cancelado. Le hable tranquilamente, en plan de amigos, con un tono de voz soprendentemente relajado. Sin embargo, �l no lo tom� tan bi�n. Comenz� a elevar el tono de voz y a insultarme, decirme mojigata, que era una hip�crita por vestirme como una zorra y no acceder a tener sexo. En fin. Tras un rato de escucharlo, sin inmutarme demasiado (la verdad ya no me importaba lo que �l u otros opinaran de m�), dice que me vaya al diablo, que �l conseguir� a otra mujer de "de verdad", y cuelga. Cuando lo hace, me siento extra�amente relajada, como si me hubiese quitado un peso de encima. Tras unos minutos, repar� en que muy seguramente iba a recibir llamadas de mis amistades o de mis padres. Vendr�an tiempos dif�ciles seguramente. Pero nada se comparaba con lo que hab�a vivido Alicia. Si ella ha sido de capaz de sobrevivir a todo eso, y a�n as� ser capaz de sonre�r como lo hace, yo podr�a enfrentar esto.

No pasaron ni 10 minutos cuando son� de nuevo mi celular. Cre� que ser�a mi padre o mi madre. Pero no. Era Sandra. - C�mo est�s, qu� pas� siempre con la ni�a?- Me pregunt�. - Termin� por traerla conmigo a casa- Le dije y a�ad� � creo que ella esta sola por completo y no tiene a d�nde llegar- . - En serio? Vaya! Y qu� har�s despu�s?-. Lo mismo me he preguntado desde que comenz� todo �sto. Le respondo: - No lo s�. Creo que dejarla conmigo unos d�as, luego... simplemente no s�- suspir�. - Si ocupas ayuda u otra cosa me llamas sale? Oye y que onda con Jorge? Ya cambi� su estatus a soltero!- Eso me record� que yo misma tendr�a que cambiar el estatus tan pronto como fuera posible. - Cancel� la boda- le dije, y procedo a platicarle la historia. Sandra se escuchaba feliz. No por mi rompimiento, sino porque finalmente tuve el valor de hacer lo que yo quer�a, y no lo que otros me dec�an que deb�a hacer.

Tras finalizar la llamada, procedo a entrar a mi perfil. Cambio el estatus a "soltera". Doy una revisada a mi perfil. V� mis cientos de fotos de fiestas, viajes, reuniones... v� mis m�s de mil "amigos"... vi mis sugerencias de amigos. Suspir�. Decid� borrar mi perfil. Tras hacerlo, doy otro largo y profundo suspiro de alivio.

En eso, escucho unos pasos y una vocecita. - Est� bien se�orita?- Volteo a ver a Alicia. A�n amodorrada, despeinada, con una carita de preocupac��n. - Hola mija, s� estoy bien, no te preocupes, ah! Y no me digas se�orita, llamame Ariana o Ari, y h�blame de t�, no de usted, pues me haces sentir viejita! - Con eso, nos re�mos juntas.

Platicamos un momento en la sala. De �sto y de lo otro. No dejaba de sorprenderme de su inteligencia y de su fortaleza. Comenz� a oscurecer. Me pongo de pie y le invito a cenar fuera. Ella acepta encantada, y entusiasmada, se pone su chamarra.

Decido ir a un restaurante en una plaza comercial. Pens� que ser�a lo mejor pues aparte de cenar podr�amos distraernos un rato. Alicia se ve�a un tanto t�mida en la calle, incluso asustada. �bamos caminando cuando en eso, siento que me toma del brazo. Por alguna raz�n, mi coraz�n se aceler� cuando hizo eso.

Cenamos y conversamos buen rato. Alicia se ve�a fascinada con todo. Parec�a que todo era nuevo para ella. El panini que se com�o y la soda italiana que bebi� parecieron fascinarle. Ya eran las 11 cuando salimos. El tiempo realmente vol�. Pasamos frente a un cine, el cual ella miraba fijamente. Casi bobamente. - Otro d�a te traigo al cine �sale?- le dije. Ella volte� conmigo y sonriendo, asiente encantada.

"Otro d�a te traigo al cine". Me sorprendi� la naturalidad con que dije esas palabras. �Qu� esperaba realmente de todo �sto? Pareciera como s� diera por sentado que Alicia iba a estar conmigo varios d�as m�s. Y ella parec�a no tener intenciones de irse. Llegamos a casa. Alicia estaba exhausta, por lo que se retira a dormir. Le doy una pijama (que tambi�n compr� en mi frenes�) y le dije que ma�ana acomodar�amos todo en el cl�set. De nuevo, me sorprend� al decir eso: �acaso eso significaba que quer�a que Alicia se quedara conmigo indefinidamente? Le doy las buenas noches, y me retiro a mi cuarto. Mientras me dirig�a a mi habitaci�n, paso por la puerta principal. Casi nunca la cierro con llave, pues hay vigilancia en el coto y nunca pasa nada. Pero esa vez, cerr� con llave, la cual guard� conmigo. No supe bien por qu� lo hice. Creo que no quer�a que Alicia se escapara mientras dorm�a. Me dirig� de nuevo a mi cuarto, pero me detuve de pronto, recordando el c�mo sus t�os la encerraban a ella. De inmediato, quit� la llave a la puerta y as�, me retiro a dormir.

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Amanece nuevamente. Es fin de semana, pero me levant� muy temprano para ducharme y vestirme. Son apenas las ocho, y supuse que Alicia seguir�a dormida. Pero mi coraz�n se estremece al pensar que quiz� se escap� durante la noche. Me dirijo a su cuarto, y abro la puerta lentamente. La cama estaba tendida, pero no hab�a nadie. Mi coraz�n se estemeci� a�n m�s, sobre todo porque todo estaba en absoluto silencio. Comienzo a llorar. En eso, se abre la puerta del ba�o del cuarto y sale Alicia, vestida ya, sec�ndose el cabello. Se sorprende al verme, sobre todo porque estaba llorando. - Hola Ariana, buenos d�as... �te ocurre algo? -. Sonriendo y suspirando de alivio al verla, a�n con la voz entrecortada por el llanto, le contesto: - estoy bien, es s�lo que... cre� que te hab�as ido -. Alicia sonr�e, y me abraza un momento, luego, se separa de m� y me da las gracias. La dejo en el cuarto mientras termina de arreglarse, y voy a la sala a esperarla para el desayuno.

�Qu� rayos fue lo que me pas�? �Por qu� llor� cuando cre� que se hab�a ido? Algo me estaba pasando. Esa ni�a me estaba haciendo sentir cosas que a mis 27 a�os nunca hab�a sentido. No sab�a qu� hacer. Todas esas emociones eran nuevas para m�. Para cualquier otra persona resultar�a obvio lo que me estaba sucediendo, menos para m�. Mi forma de vivir todos estos a�os nunca me hab�a permitido experimentar esa misteriosa emocion que estaba sintiendo ahora.

Tras desayunar, vamos a su cuarto a acomodar toda la ropa. Ella se ve�a muy emocionada de ver toda la ropa que le compr� y que ya ten�a d�nde guardarla. Yo estaba guardando sus blusas, y ella su ropa interior. En eso, de reojo, veo que saca la tanga que compr� y se queda observ�ndola. Siento mi piel erizarse, y mi coraz�n agitarse, pero hice como si no viera nada y contin�o haciendo lo que estaba haciendo. Alicia observ� un momento la prenda, sonrojada intensamente. En eso, veo que la abraza suavemente, y procede a guardarla. Ese acto me sorprendi� un poco, pero no quise abordar el tema.

Es s�bado, y casi siempre suelo salir con mis amigas a desayunar o al caf�. Casi siempre mi tel�fono est� sonando toda la ma�ana con invitaciones. Pero hoy no. Con mi perfil borrado, y con todos los n�meros de mi agenda bloqueados (excepto el de Sandra), mi celular permaneci� en calma. Como era de esperarse, ten�a alrededor de 300 llamadas perdidas. Al menos 100 de ellas eran de diferentes n�meros.

- �Qu� quieres hacer hoy? - Le pregunto a mi joven invitada. Titubeando, y sonrojad�sima, me dice, t�midamente � n...no s�... �ir.. al... cine?- . Sonr�o ante la encantadora imagen que tengo enfrente. Le contesto: - Eso me parece muy bien, pero mejor d�jalo para la noche, yo digo �ahorita a d�nde quieres ir?

Y as�, fuimos al parque. Al parecer, a ella le gustaba mucho ir cuando viv�an sus padres y sus abuelos, y nunca hab�a tenido oportunidad de ir desde entonces. Preparamos un lonche para comer all�. Jugamos un buen rato, corrimos, nos perseguimos, nos revolcamos como ni�as. Creo que no me hab�a divertido as� desde... nunca. Era realmente incre�ble el estar con ella. Me divert�a mucho y me encantaba convivir con esa fr�gil peque�a. Exhaustas, nos sentamos a comer el lonche. Mientras devor�bamos las salchichas, veo que de pronto su semblante se pone serio. - �Te pasa algo mija?- le pregunto. Con la mirada baja, responde: - No, es s�lo que... me siento muy contenta... me siento muy feliz contigo Ariana...-. Su rostro se enciende como carb�n al rojo vivo, y siento que el m�o hace lo mismo. Me acerco a ella, me siento a su lado, la abrazo y le doy un beso en la cabeza. Ella sonr�e y reanudamos nuestro lonche. M�s tarde, llegamos a casa y Alicia se mete a ba�ar para alistarse para el cine, y lo mismo hago yo. Al salir, de ba�arme, suena mi tel�fono. Como todos los n�meros est�n bloqueados menos el de Sandra, era evidente que era ella.

- Hola Ari, �c�mo estas?-. - Bien, bien Sandra, y t�?-. - Excelentemente, pero oye, qu� onda con tu vida, tus pap�s me hablaron para preguntarme de tu rompimiento!-. Mis padres (sobre todo mi madre) nunca aceptaron por completo mi amistad con Sandra, dec�an (de nuevo, sobre todo mi madre) que no era de nuestro nivel. Por eso era muy extra�o que le hubieran hablado. - Lamento eso, es que bloquee todos los n�meros para que no me molestaran con eso- . - Lo entiendo, pero est�s bien �verdad?-. - Claro, Sandrita, nunca me he sentido mejor -.

Me dijo que mis padres estaban decepcionados (s�, sobre todo mi madre) y que era una pena y que m�s val�a que buscara una reconciliaci�n y r�pido. Tambi�n me dijo que el face estaba loco por el chisme. Y que al parecer Jorge ya andaba con otra chava (creo que resulta obvio el pensar que ya andaba con ella desde antes). Tras conversar un rato m�s, me pregunta: - oye, �y qu� pas� con Alicia?-. Me sonroj�, y le contesto: - Nada, sigue aqu� conmigo, le acondicion� un cuarto, ya guardamos su ropa all�. En la ma�ana fuimos al parque y se est� ba�ando porque vamos a ir al cine al rato-. Sandra responde: - Me da gusto por ustedes dos, en serio. Creo que ambas se sent�an muy solas por diferentes razones, �y ahora est�n acompa��ndose una a la otra! -

Era cierto, ambas est�bamos muy necesitadas de compa��a, y �sta situaci�n nos cay� del cielo. Esa ni�a realmente me hac�a sentir feliz. Tras vestirme con unos ajustados y sexys jeans, y una escotada blusa, me perfumo, me maquillo ligeramente y voy a la sala, donde ya est� Alicia, jugando con mi peque�a Katy (mi peque�a gatita blanca y peluda). La veo, vestida con una falda de mezclilla y una blusa formal, y un saquito que le combinaba. Se da la vuelta y me pregunta c�mo se ve. - Hermosa- respondo. Ella sonr�e. En eso le digo que me espere. Voy a mi tocador por un perfume que me encanta. Regreso, le coloco en el cuello, manos y pecho. - Ahora s� estamos listas!- le digo.

No hab�a mucho de d�nde escoger en el cine. Una comedia rom�tica hollywoodense, una pel�cula de unos superh�roes que nunca hab�a escuchado en mi vida, una pretenciosa pel�cula de arte, y una pel�cula infantil de animaci�n digital. Optamos por �sta �ltima, ya que quer�amos divertirnos, no aburrirnos o llorar.

Compr� unas palomitas y unas sodas. Era una pel�cula que ten�a de todo: comedia, algo de drama, y muy emotiva y dulce. En eso, Alicia me dice que le acompa�e al ba�o pues hab�a tomado mucha soda. Salimos de la sala, usamos el ba�o (yo tambi�n beb� mucho refresco) y regresamos. Al entrar, nos dirigimos lentamente a nuestros asientos. La escena en la pantalla era oscura, por lo que no se ve�a muy bien la sala. En eso, siento que Alicia me toma de la mano. Mi coraz�n comienza a latir fuertemente. Mientras caminamos, entrelazo mis dedos con los de ella, y finalmente nos sentamos, a�n tomadas de la mano, y con su cabecita recargada en mi hombro. Duramos as� el resto de la pel�cula. Realmente no prest� mucha atenci�n al resto del filme. Estaba concentrada en la sensaci�n de su mano en la m�a, y tambi�n estaba embelesada mirando sus largas y esbeltas piernas, pues su falda le cubria s�lo como medio muslo, supuse que la posici�n en que estaba le hab�a levantado un poco la falda.

Sus piernas eran realmente lindas. Su carita infantil sumamente hermosa. El aroma del perfume que le puse se combin� con su propio olor dando por resultado una embriagante fragancia que me estaba enloqueciendo. No me hab�a sentido as� nunca. Creo que me estaba excitando. Al salir de la sala, a�n tomadas de la mano, le digo que voy al ba�o nuevamente. Ella me esper� afuera. No quer�a ir al ba�o en realidad, s�lo ten�a que verificar algo. As�, me encierro en uno de los retretes, me bajo la pantaleta y me reviso. S�, en efecto, mis sospechas se confirmaron. Estaba sumamente mojada. Me limpio mientras pienso en el porqu� de �sto. El mentirme a m� misma siempre me ha resultado f�cil, pero �ltimamente ya no lo era. Era obvio lo que estaba pasando. Alicia me excit�.

Al salir, estaba all� mi joven compa�era, la cual me toma de la mano, mientras caminamos hacia la salida. En eso, me encuentro con Sandra y su novio. Al parecer, a Sandra se le antoj� ir al cine cuando le dije que Alicia y yo saldr�amos tambi�n.

Nos saludamos, nos presentamos y conversamos un poco. Ya nos desped�amos cuando llega Ana, una conocida en com�n, tambi�n del jet set. Me interrog� sobre mi rompimiento, y al ver que estaba con Alicia, a�n tomadas de la mano, me pregunta: - �Y qui�n es �sta ni�a?- Sandra intent� salir al paso, pero yo, con una se�al, le hice ver que todo estaba bien. Pude haber dicho que era mi prima, mi sobrina, una amiga. Pero lo que dije fue : -�Oh, ella? Ella es mi compa�era-. Ana se ve�a confundida, pero por fortuna se despidi� y se fue. Sandra sonri�, y tambi�n se despidi� y se fue. Alicia y yo nos dirigimos entonces al auto.

Todo el camino nos fuimos tomadas de la mano. Platicamos sobre la pel�cula y las palomitas. Al llegar a casa nos sentamos en la sala a descansar. Es cuando Alicia me pregunta: - �Qu� quisiste decir con "compa�era?-. No supe qu� responder en el momento. Pero tras unos segundos, y tras tomarle de las manos, le contesto: - Compa�era es... alguien especial, que te hace sentir feliz y contenta. Alguien con quien puedes platicar, jugar, o llorar. Una compa�era es alguien a quien ...-. - �Alguien a quien quieres?- Me interrumpe, mir�ndome con sus tiernos ojos, grandes como la luna, verdes como aguamarina, y expectantes como un gatito. Extendiendo, l�ntamente, mi mano derecha, hasta tocar suavemente su mejilla. Ella cierra sus ojitos, y sonr�e. Mi coraz�n palpita a mil por hora. No s� que est� sucediendo con exactitud, pero mi cuerpo parece actuar por su cuenta. Con mi pulgar acaricio suavemente sus labios de coral. Ella abre sus ojos nuevamente. Al verlos, reacciono nuevamente, y finalmente le contesto:

- s�, es alguien a quien quieres-.

Tras ese momento de trance no sucedi� gran cosa. Ella sonri�, me abraz�, y seguimos conversando sobre varias cosas. Finalmente, luego de unos momentos de bostezar, se retira a su habitaci�n. Le doy las buenas noches y yo misma me retiro a mi cuarto, suspirando, con mi cabeza dando vueltas, a�n sin comprender que acaba de suceder en la sala de mi casa. Me recuesto en mi blanda cama, y tomo el celular. M�s llamadas perdidas, m�s mensajes bloqueados, y ning�na notificaci�n. Decido marcarle a Sandra. - Hola Ari, �c�mo est�s?-, me contesta animada. - Bien, creo... oye �vas a estar ocupada ma�ana por la ma�ana?-. -Mmm... no, creo que no tengo planes...-. Un poco nerviosa, le digo: - �Podemos vernos en alg�n lado?, tengo que platicar contigo-. Quedamos de vernos en un caf� que acostumbr�bamos. Tras colgar, caigo profundamente dormida, sin ni siquiera haberme vestido para ello.

Me despierto temprano, y tras ba�arme y vestirme, voy a la habitaci�n de Alicia. A�n duerme, pero despierta al escucharme. - Voy a salir un momento mija, te quedas solita OK? Hay panqu�s de microondas y cereal en la cocina -. - �Te vas a tardar?- me pregunta, inquieta. - No, voy con Sandra pues quiere platicar conmigo de algunas cosas, no me voy a tardar- . Ella sonr�e y se acurruca nuevamente. Salgo despacio del cuarto, y cuando estaba cerrando la puerta, me detengo. - No te apures Ari, no me voy a salir, te voy a estar esperando aqu�-, me dice. Era cierto, eso era lo que en verdad me preocupaba, y de alg�n modo esa ni�a pudo leer mis pensamientos (o mis sentimientos). M�s tranquila, acudo al sitio de mi encuentro con Sandra.

Al llegar, al caf�, la veo en nuestra mesa de siempre: en un rinc�n, junto al jard�n, bastante apartada de las dem�s mesas. All�, refugiada tras una humeante tasa de caf�, la veo recibirme, sonriente. Conversamos un momento, pido mi taza de t� chai y finalmente me pregunta: - y bien, �de que quer�as hablar conmigo?-. Siento mi rostro sonrojarse un poco, y tras dar un sorbo a la taza, le digo, suspirando: - pues, quer�a hablarte de... de Alicia-. Ella abre sus ojos, sorprendida: - �En serio? Cre� que querr�as hablarme sobre la boda cancelada o Jorge -. - No, eso ni me apura en realidad, es un cap�tulo cerrado de mi vida y uno que preferir�a olvidar -. Ella me observa y me interroga de nuevo: - �Y qu� hay con la ni�a?-. Tras contarle lo que sent� al creer que se hab�a ido, lo del parque, lo sucedido en el cine, lo que sent� cuando nos tomamos de las manos, lo de la pl�tica en el sill�n de la sala, de cuando la acaricie en el rostro y en los labios, ella me mira con seriedad, da un sorbo a su caf� que acababa de llenar nuevamente la camarera, cierra sus ojos y me dice, con un tono de voz serio pero relajado: - Ari, lo que te voy a preguntar lo hago como tu amiga... �no!... como tu hermana. Y cre�me que contestes lo que contestes, nada, pero absolutamente nada va a cambiar lo que siento por ti, el cari�o y el afecto que te tengo, y la profunda amistad que nos une, pero por favor, s� sincera al contestarme-. Sorprendida por sus palabras, �nicamente asiento con la cabeza y la escucho mientras me pregunta, sin rodeos: - �Te gusta Alicia? -.

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Sent� que el tiempo se paraliz� por completo. La sangre se me fue a los pies y a mi rostro, el cual sent�a al rojo vivo. Mi coraz�n se estremeci�, casi dolorosamente, al escuchar las palabras de mi amiga. Tratando de disimular mi sorpresa, y casi temblando, doy un sorbo a mi taza de t�. Volte� a verla. All� estaba, sonriendo comprensivamente. Creo que ella ya sab�a mi respuesta, pero quer�a escucharla de todas formas. - Bueno... claro que no... es decir... ella... es que...-. No pod�a articular bien las palabras. Finalmente, cierro los ojos, respiro profundamente y contesto: - pues... creo que... creo que s�. Alicia me gusta-.

Sandra suspira de alivio. Al observar mi nerviosismo y que estoy a punto de estallar en llanto, toma mi mano, estrech�ndola. Con eso me calmo un poco, y entonces mi amiga comienza a hablar nuevamente: - Me da gusto, �sabes?, me da mucho gusto porque es la primera vez que te veo as�: ilusionada, enamorada...-. Levanto mi mirada para verla, siento ya que una l�grima recorre mi mejilla. Sandra contin�a: - s�lo recuerda: ella es una ni�a a�n, y hay gente que no es tan tolerante al respecto. Debes tener cuidado. En lo personal, creo que Alicia siente lo mismo por t�. Lo v� en sus ojos cuando fuiste a verla-. Toma algo de aire y prosigue: - si crees que ella es la persona correcta para t�, lucha por ello, y sean felices. De hecho, creo que ya eres feliz en �ste momento. Nunca te hab�a visto tan contenta y entusiasmada en lo que llevo de conocerte-. Tras tranquilizarme, seguimos conversando un rato m�s. Al despedirnos, ella me abraza y me dice lo contenta que est� de verme as�. Ella aborda su veh�culo, y despidi�ndose con la mano, y con una gran sonrisa en la boca, se retira.

Entro a la casa, y veo a Alicia en la sala, a�n con pijama, jugando con Katy. Me quedo unos segundos viendo tan enternecedora escena, y procedo a �nirme en su juego. Tras dejar exhausta a la pobre felina, Alicia me pregunta: - �qu� tienes Ari?-. Sorprendida, le pregunto el porqu� de su pregunta, a lo que ella me responde: - no s�, te ves como m�s... contenta, m�s.. bonita-. Sonr�o, y le acaricio la mejilla. Luego le pergunto a d�nde quiere ir, a lo que, entusiasmada, me responde que quiere ir a comer algo rico.

Tras ba�arse y cambiarse con una falda escocesa y una blusa con cuello y manga corta, subimos al auto. En el camino, record� mi conversaci�n con Sandra, y c�mo Alicia not� mi cambio tras haber reconocido (hacia m� misma) mis sentimientos por ella. Tomo de la mano a mi compa�era, y as� vamos todo el camino. Ella est� visiblemente contenta por ir as�. No pod�a creer lo que me pasaba. Nunca imagin� que algo as� pudiera sucederme. Para empezar, Alicia es otra mujer. Siempre sal� con chicos, aunque como ya mencion�, nunca sent�a la chispa o la emoci�n por estar en una relaci�n. Nunca cre� fijarme en otra pesona de mi mismo sexo... o eso me dec�a siempre. Como ya dije, sol�a ser muy buena para mentirme a mi misma, pero en retrospectiva, creo que era algo que se ve�a venir. Es decir, me excitaba cuando me ve�a al espejo mientras me vest�a, o cuando alguna chica linda pasaba a mi lado, la miraba fijamente, argumentando que ve�a la clase de ropa que llevada puesta. Es m�s, en un par de ocasiones, termin� "sin darme cuenta" mirando algunos videos porno. La acci�n chico-chica era excitante, sobre todo al observar las reacciones de ella, pero debajo del video, en la secci�n de videos sugeridos, hab�a unos videos l�sbicos. Por curiosidad, vi algunos de ellos, y all� estuve un rato, viendo c�mo dos (o m�s) chicas se besaban, se acariciaban tiernamente y se hac�an el amor apasionadamente. Tras verlos, termin� sumamente excitada y h�meda. Tanto, que me avergonz� de mi misma y nunca m�s vi videos pornogr�ficos. Y permanec� en negaci�n acerca de mi sexualidad... hasta hoy.

Pero eso no era todo. Claro que no. La otra parte es que Alicia es quince a�os menor que yo. Quince a�os. Igual no ser�a problema si ella tuviera veinte y yo treinta y cinco. Pero no, ella s�lo ten�a doce a�os. Pod�a decirse que a�n era una ni�a, sonre todo con lo delgada que era y el busto en desarrollo que ten�a. Quiz� ni siquiera hab�a menstruado. A�n era muy joven. Tendr�a que ser cuidadosa si quer�a mantenerla a mi lado. En ese momento me preguntaba cu�les ser�an los sentimientos de Alicia hacia m�. Sandra dijo que se ve�a en los ojos de la ni�a que as� eran. Por ello, al detenernos frente al restaurante, la miro a los ojos. La ni�a me mir�, dulce y tiernamente, y pude ver el amor en sus ojos. Es dif�cil de describir, pero fue as�. Seguimos mir�ndonos frente a frente, y en eso Alicia se acerca a m� y me da un r�pido beso en la mejilla, tras lo cual de inmediato se sienta en el asiento con el rostro encendido y la mirada baja. Sonr�o, y mientras la tomo suavemente por la barbilla, y mir�ndola a los ojos, le digo suavamente: - gracias por el beso-. Ella me dice: - el otro d�a... el primer d�a que me qued� contigo... cuando me qued� dormida tras platicarte mi historia... un �ngel me dio un hemoso beso en mi mejilla... y ahora quise devolverlo, porque me gust� mucho ese beso-. Me qued� sin palabras. Me quedo mir�ndola, all�, sentadita, con su angelical carita infantil, con su esbelto cuerpo, sus largas piernas... creo que me estaba enamorando cada vez m�s de �sta joven chica. La tomo de la mano y la invito a bajar del auto.

La comida transcurri� sin contratiempos. Alicia sin duda era la m�s dulce de las ni�as que hab�a conocido. Era inteligente, amable, inocente, pero a la vez, usaba palabras que parec�an sacadas de alg�n libro de poemas de amor. Todo eso me encantaba de ella, y cada vez m�s estaba m�s abierta a demostrarlo.

Tras comer, paseamos un rato, tomamos un helado, fuimos a caminar por el jard�n principal, fuimos de compras al s�per... en fin, cosas cotidianas. Eran ya casi las 10 de la noche cuando llegamos a casa. Nos dirigimos a descansar a la sala y nos sentamos un rato. Tras charlar un rato, tomo de la manita a Alicia, y le digo: - Mija, desde hace unos d�as hay algo que tengo que decirte...-. La ni�a levanta las cejas, sorprendida. Contin�o: - quiero pedirte disculpas por haberte atropellado esa noche. De veras lo siento. Fui una tonta. Acababa de pelearme con alguien y estaba tan enojada que no prestaba atenci�n a lo que hac�a... por favor, disculpame-. La ni�a se acerca a m�, se acurruca en mi pecho y me dice suavemente: - no te apures, Ari, claro que te perdono, como te dije, el ser atropellada por t� fua algo bueno. Yo creo que Diosito nos puso en el camino de �sta forma. Si eso no hubiera pasado esa noche... nunca te habr�a conocido... nunca me habr�a sentido as� como me siento ahora...-. Tragando saliva, y movida por las dulces palabras de la ni�a, le pregunto, mientras le acaricio suavemente el cabello: - �y c�mo te sientes ahora? -. Alicia sonr�e mientras levanta la mirada para verme. - Pues...- contesta, y contin�a: - me siento muy feliz contigo Ari, me gusta mucho estar contigo, me gusta mucho salir contigo... me gusta mucho...- .

En ese momento no pude m�s. Interrumpo a la ni�a mientras la tomo suavemente de su barbilla y acerco su rostro al m�o. Ella se sorprendi�, pero creo que entend�o lo que estaba sucediendo, porque de inmediato cerr� suavemente sus ojos. Acercamos nuestos rostros cada vez m�s, hasta fundirnos en un bello beso. El sentir sus labios contra los m�os era la sensaci�n m�s maravillosa de todas. Nunca hab�a sentido esto al besar a mis "novios". No. Los labios de la ni�a eran suaves, c�lidos, delicados. Comienzo a acariciarle su cabello mientras nos besamos. No necesitamos palabras. Alicia s�lo imitaba mis movimientos para perfeccionar nuestro primer beso. Con mis labios abr�a ligeramente los de ella, mientras los acariciaba con mi lengua. �sto pareci� excitarla pues se estremieci� un poco. Yo misma me estaba excitando ante tan embriagante experiencia. Suavemente introduzco mi lengua en su boca y busco ansiosa su propia lengua, y tras hallarla, comienzo a lamerla y chuparla suave y delicadamente. La ni�a comenz� a gemir y lleva su mano a mi cintura, acarici�ndo suavemente mi cadera. Era una experiencia totalmente nueva para m�. Me sent�a en trance, en �xtasis. No pod�a creer que estuviera pasando �sto. Mi cuerpo parec�a actuar por s� mismo. Comenz� a acariciar la espalda de Alicia, as� como sus caderas, y empec� a besarle el cuello y los hombros. Cuando volteaba a verla, ella se encontraba sumida en su propio �xtasis, jadeando, con los ojos cerrados, mordi�ndose el labio en se�al de placer.

Me sent�a ardiendo. Mi vulva estaba lubricando como nunca antes. Apretaba mis muslos uno contra el otro para tratar de satisfacer el ansia de placer, en vano. Nos separamos un momento, jadeando, y es cuando ella me dice: - Te amo Ari -. Contuve las l�grimas, pues a pesar de que eran l�grimas de alegr�a, no quise arruinar el momento ni asustar a la ni�a. Finalmente le digo: - y yo a t� Alicia, te amo -.

Reanudamos as� nuestros besos y caricias. La ni�a se sienta en mis piernas, con los rostros frente a frente. Alicia comenz� a besarme el cuello, con lo cual me estaba llevando al l�mite. Mientras lo hac�a yo empez� a acariciar sus piernas, sus muslos, mientras llevaba mis manos cada vez m�s y m�s arriba, por debajo de su falda. Alicia estaba lamiendo mi cuello. Me sorprend� de que ella supiera de �sto, pero luego me contar�a de que vi� algunas cosas en la vecindad, como algunos chicos teniendo relaciones con las muchachas de all�. En eso, Alicia sume su rostro en mi escote, entre mis pechos, y comienza con una mano a masajear suavemente uno de ellos por encima de mi blusa. Mis manos van recorriendo sus muslos hasta llegar a sus nalgas. En eso me percato de que est� usando la tanga que le obsequi�. Al notar mi cara de sorpresa, Alicia se r�e p�caramente con una de sus manos cubriendo parcialmente su boca, cosa que me encendi� a�n m�s.

Procedo as� a acariciarle sus suaves nalgas. Me sorprendi� lo firmes y redonditas que estaban, a pesar de estar tan delgada. Supongo que era su encanto escondido. Comienzo a recorrer la tela de la tanga, la cual estaba ya h�meda en la zona que cubria su m�s �ntima zona. La ni�a estaba excit�ndose m�s y m�s, al punto de que decide bajarme la blusa junto con el sost�n, sacando uno de mis grandes senos. La ni�a se retira un poco, y decide sacar el otro tambi�n. Se retira y se queda sentada en mis rodillas unos instantes, contemplando mis desnudos senos, con mis grandes areolas rosadas y mis pezones erectos como nunca en mi vida. La ni�a se muerde el labio, y con voz suave me dice : - me encantan tus pechos Ari -. - Entonces disfruta de ellos mija � le respondo con mi voz entrecortada por la adrenalina del momento. La ni�a comienza a sobar con las yemas de sus dedos mis pechos, acaricia suavemente mis pezones, los pellizca tiernamente, y finalmente acerca sus labios a ellos, con su lengua de fuera.

Casi siento un orgasmo al sentir su h�meda y c�lida lengua en mis pezones. No cre� que mis pechos fueran tan sensibles. Empieza a chupar mis pezones, primero con suavidad, y luego con ansias y mucha pasi�n. Yo estaba gimiendo a viva voz, acariciando las nalgas de mi compa�era, sob�ndo por encima de su tela h�meda sus genitales. En eso, tratando de detener un poco la intensa estimulaci�n del momento, la invito a mi habitaci�n.

Caminamos hacia mi cuarto, yo iba a�n con los senos de fuera. Al llegar, Alicia se sorprende: -Es la primera vez que entro a tu cuarto... es muy lindo-. Tras decir eso, nos arrojamos a la cama. Comienzo a quitarme la blusa y el sost�n, as� como mi pantal�n, quedando s�lo con una tanga negra de hilo dental. Ella hace lo mismo: comienza a quitarse la blusa, quedando s�lo en sost�n. Tras ello, se desata la prenda poco a poco, dejando as� que vea su lindo pecho en desarrollo. As�, me acerco a sus peque�os senos, y comienzo a besarlos, a lamerlos, a chuparlos. Era incre�ble c�mo cab�a en mi boca un pecho completo, y era muy excitante el ver a Alicia reaccionar ante mis caricias. Nos recostamos una al lado de la otra, bes�ndonos en los labios. Alicia est� ocupada acariciando con sus manitas mis senos, mi abdomen, mi espalda. Comienza a acariciar mis nalgas. Yo respond�a con caricias similares por todo su hermoso cuerpo. En eso, mi mano se halla ya por encima de su pubis. Estaba por dar un gran paso. La ni�a estaba sumamente excitada, por lo que procedo a meter mi mano bajo su tanga y acariciarle su vulva.

Mi coraz�n palpita con fuerza al sentir su c�lida vulva. Sus labios a�n eran los de una ni�a, sin ning�n vello a�n. Su humedad es extraordinaria. Con mis dedos comienzo a localizar su cl�toris, el cual se escond�a t�midamente entre sus labios. Finalmente, lo encuentro, y con movimientos suaves y r�pidos, procedo a estimularlo. La ni�a gem�a de placer y se retorc�a de gusto. Comienza a besarme m�s apasionadamente, a la vez que acerca su mano a mis genitales, desliz�ndo su manita lentamente por debajo de mi tanga. Al sentir su mano, siento un delicioso escalofr�o en mi cuerpo. Sus suaves manos localizan mis genitales, adornados por un coqueto corte con s�lo una l�nea de vello. Ella comeinza a sobar mi vulva y mi cl�toris, el cual est� por estallar. As� duramos un rato, masturb�ndonos mutuamente mientras nos bes�bamos.

Tras unos momentos, siento que ya no puedo m�s. Mi orgasmo es inminente. Es quiz� la primera vez que siento uno. Siento que la sensaci�n es cada vez mayor. Pero al abrir mis ojos, veo que Alicia est� muy sonrojada, retorci�ndose de placer. Su propio orgasmo est� cerca. Decido que tengo que esperar a que ella termine primero, pero es muy dif�cil. Finalmente, cuando cre�a que hab�a alcanzado mi l�mite, Alicia se despega de mis labios, gimiendo de placer, dejando salir una abundante y c�lida humedad de su infantil vulva. Con ello, yo misma dejo salir mi orgasmo, moj�ndome como nunca en mi vida, gritando del m�s satisfactorio placer que halla sentido.

Acostadas, jadeando, tomadas de la mano, Alicia me pregunta: - �Fue tu primera vez?... porque yo nunca hab�a hecho algo as�... y la verdad fue lo m�s hermoso que he sentido en mi vida -. Sonr�o, la beso y le digo con suavidad: - s� cari�o, fue mi primera vez... y tambi�n fue maravilloso para m�-. Tras eso, nos besamos nuevamente, cada vez m�s apasionadamente. Comienzo a besarla m�s y m�s, recorriendo su cuello, sus senos, su ombligo... le beso sus piernas, sus caderas, sus ingles... Finalmente, coloco mi cara frente a su enrojecida vulva. Su olor era fascinante, delicioso, me excitaba de sobremanera su fragancia. Inhalo profundamente hasta llenarme de su aroma. Tras ello, le separo con mis dedos sus labios, dejando al descubierto su t�mido cl�toris y su peque�a abertura vaginal. La ni�a me observa con mirada perdida, totalmente embriagada de placer. Con la punta de mi lengua comienzo a lamer su vulva. El sabor era incre�ble. Yo misma me sent�a escurrir a�n sin ser estimulada. La ni�a gime m�s y m�s fuerte por la deliciosa sensaci�n que cruzaba por su cuerpo. Finalmente, su cuerpo se tensa, deja salir un apagado grito de placer, y con sorpresa, siento que un chorro de l�quido llena mi boca, la cual segu�e pegada en su vulva. La ni�a tuvo un orgasmo tan intenso que la hizo eyacular. �sto me excito demasiado y yo misma sent� un orgasmo. Tras recuperar el aliento, Alicia se sienta, me acuesta y se coloca entre mis muslos y dice: - Ahora me toca -.

Sus movimentos de lengua eran r�pidos, audaces, ansiosos. Volte� a mirarla, y la observ� lami�ndo mi vulva, con los ojos cerrados, saboreando cada cent�metro y cada gota de mis jugos. Siento una nueva sensaci�n, similar a querer orinar. No s� que hacer, el est�mulo de Alicia es demasiado intenso, y dejo salir todo: un grito, mi orgasmo, mi propia eyaculaci�n. Cuando recupero el aire, veo que Alicia est� sentadita, sonriendo ampliamente, con la cara llena de mi n�ctar. Nos besamos apasionadamente, en eso, decido intentar algo que v� en mis andadas por cierta p�gina de videos sexuales.

Siento a la ni�a frente a m�, le separo las piernas, y haciendo yo lo mismo, me acerco a ella hasta que nuestras vulvas entran en contacto una con la otra. Creo que por instinto, Alicia comienza a mover sus caderas. Yo hago lo mismo. La sensaci�n de su h�meda y ardiente vulva contra la m�a es incre�ble. No s� cuantos orgasmos m�s tuvimos al hacer eso. No s� cu�ntas veces m�s eyaculamos. Al final, exhaustas, sobre las s�banas empapadas de nuestros jugos, nos acurrucamos, y tras darnos un tierno beso, ca�mos dormidas sin darnos cuenta.

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Despierto despu�s de un rato. A�n tengo entre mis brazos al desnudo cuerpo de Alicia, la cual duerme profundamente, con una sonrisa en su boca. Con mucho cuidado, salgo de la cama, saco una s�bana seca del cl�set y la cubro con ella. Voy al ba�o y tras vaciar mi repleta vejiga, me veo al espejo. Realmente me veo distinta. Lo que acababa de pasar hace un par de horas en mi cama fue la experiencia m�s maravillosa de mi vida. Comienzo a llorar. Llorar de alegr�a, porque Dios me permiti� encontrarme con �sta fr�gil y hermosa �ngel que duerme desnuda en mi cama. Salgo del ba�o, y me acuesto junto a mi joven amante. Al sentirme, me abraza y se acurruca en mi pecho. As� quedamos dormidas el resto de la noche.

Al d�a siguiente el Sol parece relucir con m�s br�o, los p�jaros parecen cantar m�s lindo, el aire se respira m�s limpio. Abro los ojos y recuerdo que no estoy sola. No. Tengo a la m�s dulce de las compa��as a mi lado. Con dulzura, le doy un beso al tiempo que la despierto. La ni�a abre sus hermosos ojos, y sonriendo me da los buenos d�as.

Como un par de ni�as (bueno, ella t�cnicamente lo era) nos metemos al ba�o juntas, jugando. Nos metemos bajo la ducha para asearnos y refrescarnos. Comenzamos, de nuevo, con nuestros juegos. Al principio eran juegos normales, pero se fueron haciendo m�s y m�s sensuales. Hacer el amor bajo la ducha fue una nueva experiencia, igualmente m�gica que la de anoche. Nuestros cuerpos enjabonados frot�ndose entre nos ofrecieron una gama de sensaciones sumamente er�ticas y placenteras. Tras un buen rato ba��ndonos y tras no s� cuantos orgasmos, salimos hambrientas de la regadera, nos vestimos, ella con un su�ter de manga larga y unos pantalones sumamente entallados multicolor, y yo con una minifalda de mezclilla y un top, y fuimos a desayunar. De nuevo, no acud� a clases. Seguramente todos en el sal�n cree�an que era debido a que estaba deprimida por mi boda cancelada. Nada m�s distinto a la realidad. Lejos de sentirme deprimida, me sent�a feliz, contenta, llena de energ�a y gusto por la vida. Alicia fue la que hizo ese cambio en m�.

El d�a transcurri� con normalidad. Desayunamos en un peque�o restaurante, tras ello fuimos a una plaza comercial a mirar los aparadores, pero terminamos comprando varias bolsas de ropa y accesorios. Comimos una deliciosa paella en un pintoresco restaurante espa�ol y paseamos por las calles de la ciudad, siempre tomadas de la mano, disfrutando del estar vivas. Alicia me dice de pronto: - Me gust� mucho lo de anoche Ari... me gust� el hacerlo contigo... y dormir contigo -. Ten�a ganas de besarla, pero me contuve y s�lo la abrac�, al tiempo que le digo: - a m� tambi�n me encant� todo lo de anoche, de hecho me gustar�a que ya durmieras todas las noches conmigo, �que dices?-. La ni�a asiente encantada. - Y tambi�n tendremos que pasar toda tu ropa al cl�set de nuestro cuarto, �verdad?-. La ni�a me abraza, llorando de alegr�a. Nuestro cuarto. Ya no �ramos ella y yo por separado. Ya �ramos nosotras.

Ya eran casi las dies de la noche, los antros del centro de la cuidad comenzaron a llenarse, a pesar de ser lunes. Decid� que mejor regresar�amos a casa a descansar. Cuando cruz�bamos por uno de ellos, me pareci� ver algunas caras familiares. Parec�an varios de los amigos y amigas de Jorge. Me puse algo nerviosa. Primero porque ven�a tomada de la mano de Alicia. Segundo, porque Jorge no tom� muy bien el rompimiento y ten�a tendencia a ser algo violento. Tercero, por la circunstancia anterior, tem�a que lastimara a Alicia.

Cruzamos enfrente de dicho antro. En efecto, eran los amigos de Jorge, bebiendo en pleno d�a laboral. Seguramente all� estaba �l, pero no quize voltear. Tras dejar el establecimiento detr�s, suspiro de alivio. Alicia lo nota y me pregunta si me pasa algo. Le digo que no, que todo est� bien. Ella me toma del brazo y vamos as�, caminando juntas hacia el estacionamiento. En eso, oigo un grito detr�s de m�: - �Regr�sate maldita puta! A mi nadie me deja as� cabrona, �ven o voy por t�!-. Mi coraz�n se aceler�, y volteo a ver. Si, era Jorge, quien ven�a, con copa en mano, hacia m�. Varios de sus amigos y amigas lo segu�an, ri�ndose. Llega conmigo y comienza a gritarme: - �No te voy a dejar ir perra, t� eres m�a y siempre vas a ser m�a, y por mis huevos que as� va a ser por la buena o por la mala! -. Realmente estaba asustada. Jorge estaba obviamente pasado de copas y sumamente enojado. Instintivamente me pongo enfrente de Alicia, protegi�ndola. - C�lmate Jorge, no hagas una escena, ya te dije todo lo que ten�a que decirte y sigo en pie con lo del rompimiento. Ya no te necesito, enti�ndelo por favor -. Mis palabras fueron apagadas nuevamente por sus gritos: - �C�llate! �!Que ya tienes otro o qu� pinche puta!? -. En eso ve a Alicia. Mi coraz�n estaba al mil por los nervios. La pobre estaba detr�s de m�, asustada, casi llorando. - !Y qui�n es �sta pinche ni�a!- dice al tiempo que trata de sujetarla. Con eso, me le puse enfrente tratando de detenerlo. Al no permitirle tocar a Alicia, su frustraci�n lleg� al m�ximo y me avent�, con lo cual ca� estrepitosamente. Volteo a ver a Jorge quien se dirige hacia m�. En ese momento dese� haber tomado las clases de karate cuando era ni�a en lugar de las clases de ballet. Se ve�a sumamente enojado, me arroja su copa, pero logro esquivarla. -Vas a ver cabrona, ahora s� vas a ver -. Me prepar� a recibir un golpe. Pero en eso, sale Alicia y le da un pu�etazo en la cara. Jorge se desconcierta ante ello, y trata de golpear a la ni�a. La agilidad de Alicia hace que logre esquivarlo, y le da una patada en sus pies, haciendo que Jorge se desestabilize y caiga brutalmente de cara. Ni las manos puso el bastardo.

Comenzaron las risas y burlas de sus compa�eros. Se o�an cosas como "te madre� una morrilla wey", o "iii que mal pedo que te partiera la madre una ni�ita". Yo estaba sorprendida. Ante la confusi�n, tomo de la mano a Alicia y salimos corriendo de all�. Estaba asombrada. Supongo que el vivir en la calle le ense�� una o dos cosas a Alicia. Al llegar al auto, nos miramos y nos echamos a re�r. Le doy las gracias y la beso en los labios. Nos besamos m�s rato, cada vez m�s apasionadamente. La adrenalina del momento, el ver c�mo Alicia me rescat� y estarla besando tan sensualmente en el auto terminaron por excitarme de sobremanera. As�, arranco el auto y vamos a casa.

Me sent�a demasiado excitada. Quiz� fue ver a Alicia no como una linda lolita, sino como una "pr�ncipe azul" que vino a mi rescate. El punto es que en cuanto llegamos a casa, comienzo a besarla apasionadamente, al tiempo que comienzo a acariciar su cuerpo. Llegamos a nuestra habitaci�n y nos sentamos en la cama. Alicia comienza a meter su mano bajo mi falda, y haciendo a un lado la tela de la pantaleta, comienza a masturbarme. A mi vez, meto mi mano por debajo de su pantal�n hasta acariciar sus suaves nalgas. Me sorprendi� el hecho de que no estuviera usando ropa interior. Comienzo a acariciar su vulva, la cual ya estaba bastante h�meda. En eso, se me ocurre algo. Recorro mi dedo hasta el delicado ano de Alicia, el cual comienzo a masajear. Alicia parec�a disfrutarlo bastante. En eso, se pone de pie y se quita la ropa, mostr�ndose su deliciosa desnudez. Yo tambi�n me desnudo, y me recuesto en la cama. -Ven- le digo, y la hago que se coloque encima de m�, mirando a mis pies, para formar un 69. Procedo a acariciar su delicioso trasero, lo beso, lo lamo, y tambi�n comienzo a lamer su vulva. Alicia comienza a hacerme lo mismo. Separando mis labios, comienza a lamerme mi vulva, introduciendo su lengua en m�. Est�bamos ardiendo. Yo segu�a lamiendo con entusiasmo la vagina de la ni�a, saboreando sus jugos con gusto, con su ano pegado a mi nariz, lo que me permit�a inhalar su dulce aroma. En eso, decido comenzar a masajearle el ano nuevamente. Era incre�ble como ese peque�o anito respond�a a mis caricias: se contra�a y luego se relajaba abri�ndose muy ligeramente. Mi lengua no puede m�s, y comenz� a lamerle el ano. No s� porqu� me excit� tanto al hacerlo. Tanto que tuve un par de orgasmos, lo cual hizo que Alicia lamiera m�s y m�s vigorosamene, al tiempo que mov�a sensualmente sus caderas en mi cara. Mi lengua recorri� cada mil�metro y cada pliegue de su rosado anito, el cual sab�a delicioso. Decid� introducir ligeramente mi lengua en �l, lo cual hizo que Alicia gimiera de placer. Tras lamerle su ano, comienzo de nuevo a lamer su cl�toris, pero �sta vez decid� introducir la punta de unos de mis dedos en su orificio trasero mientras lo hac�a. Sent�a las paredes de su esf�nter apretar mi dedo vigorosamente, y comienzo a sentir que Alicia literalmente escurre de su vulva: est� teniendo un intenso orgasmo. Rendida, cae encima de m�. Toma aire, luego voltea a verme y me dice: -Eso fue genial, yo tambi�n quiero probarte de all� atr�s-. As�, nos ponemos de lado, para as� ambas poder tener una mejor vista del trasero de la otra.

Llena de lujuria, inmediatamente comienzo a lamerle el ano, primero suavemente, luego m�s vigorozamente, tratando de introducirle mi lengua, mi dedo, mi cara. Ella empez� a besarme y lamer mis nalgas, y posteriormente comenz� a masajear mi ano con uno de sus dedos. La sensaci�n era incre�ble, asombrosa. Hab�a cierto morbo en el sexo anal que lo hac�a extraordinariamente excitante. Cuando sent� su lengua en mi ano, me estremec� y sent� tener un intenso orgasmo. Entonces procedo a lamerle m�s apasionadamente el de ella, haciendo que se viniera ota vez, y otra, y otra, y no s� cuantas veces m�s. Igualmente yo, sent�a un orgasmo tras otro. Tras unos minutos de intensos orgasmos anales, nos acostamos una al lado de la otra, ri�ndonos. - �Somos unas pervertidas verdad? -. Me pregunta. Yo asiento, la abrazo y la beso en los labios.

A�n agitadas por el sexo, Alicia finalmente pregunta algo que seguramente ten�a en la cabeza desde hace un buen rato: - Ari, �qui�n era �se que te atac�?-. Procedo a contarle mi historia. Ella escucha atentamente mientras le digo lo falsa que era mi vida antes de conocerla. Al ver que estoy llorando, la ni�a me abraza. - �res lo mejor que me ha pasado Alicia, eres todo para m�... te amo como no tienes idea-. La ni�a me da un suave beso en los labios, y me dice: - Gracias por todo lo que me has dado Ari. Quiero estar contigo para siempre. Te amo- .

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Por la ma�ana me despert� yo primero, y volteo a ver a mi �ngel que yace junto a m� en la cama. Nunca me hab�a sentido tan feliz. Extra�amente, lo primero que hice antes de salir de la cama fue, rezar. Casi nunca lo hago, siempre me consider� alejada de Dios, pero �ltimamente he tenido grandes pruebas de su amor y de su existencia, que no pude evitar darle las gracias por todo esa ma�ana.

El resto de la ma�ana transcurri� como es usual: falt� (de nuevo) a clases, �sta vez decidimos desayunar en casa, jugar con Katy, disfrutar del estar juntas. Ya eran como las tres de la tarde, cuando est�bamos haciendo de comer, que suena el timbre de la casa. Me sorprend� pues casi nunca recibo visitas, y cuando las tengo primero me avisan desde la puerta de acceso al fraccionamiento. En fin, tomo el interfon y pregunto qui�n es: era mi padre.

Algo nerviosa, voy a la puerta y lo recibo. Mi padre, quien vino solo, pasa a la casa. Le ofrezco algo de comer, a lo cual accede. En eso se percata de la presencia de Alicia, a quien saluda amablemente, y la ni�a, un poco t�mida, hace lo mismo.

- Vine para platicar contigo Ariana- dice mi padre con voz grave. Ya oigo venir el serm�n sobre la importancia de los compromisos sociales, sobre el est�tus, sobre el linaje, etc�tera. Pero en lugar de ello, me sorprende cuando me dice: - Sabes, hija, yo siempre te apoyar� en tus decisiones. Tu madre no comparte tanto �sta opini�n, pero ya se calmar�... siempre lo hace...-. Hace una pausa, toma un bocado, y contin�a: - Si cancelaste la boda, tus motivos has de tener. A m� lo �nico que me importa eres t�. T� siempre has sido diferente a tus hermanas, por eso vine a platicar contigo. Quer�a dejarte bien en claro que lo �nico que deseo es tu felicidad. No me importa si te casas o no, o si te enamoras de alguien pobre, alguien rico, de un hombre, de una mujer, de alguien m�s viejo, de alguien m�s joven... no me importa siempre y cuando t� seas feliz-.

Con l�grimas en mis ojos, me lanzo hacia mi padre y lo abrazo, llorando de alegr�a. No s� porqu� dijo esas palabras. �Acaso sospechaba algo sobre mi sexualidad? �Fu� porque vi� a Alicia conmigo? No lo s�, y nunca me molest� en averig�arlo. Me sent�a feliz de contar con el apoyo total de mi padre.

Tras comer y charlar otro rato, mi padre se prepara a retirarse. Hizo un espacio en su apretada agenda para volar desde la capital para verme, pero ahora iba de regreso para seguir con su trabajo. Antes de irme, finalmente hace la pregunta: - �Y puedes decirme qui�n es �sta adorable jovencita?- dice, mientras voltea a ver a Alica, quien sonrojada, se oculta detr�s de m�. As�, procedo a contarle nuestra historia, claro, omitiendo ciertos detalles que eran o muy expl�citos, o que bien a�n no me sent�a preparada para contarle. Mi padre sonr�e y me dice: - Me da gusto que hayas encontrado a alguien que te acompa�e. Pero como siempre lo he dicho: si vas a hacer algo, hazlo bien. Ma�ana te enviar� los datos de un juez amigo m�o para que te ayude a que seas la tutora legal de Alicia. As� podr�s enviarla a la escuela y ser la responsable de ella. Otra cosa m�s: ya no faltes a clases y por favor...- mi padre toma aire y dice: - si �se imb�cil te pone la mano encima de nuevo, av�same y me encargar� de �l-. Diciendo �sto, se despide de nosotras y aborda el taxi que lo esperaba en la puerta desde hace unos minutos.

�C�mo supo mi padre de mi incidente de anoche? Nunca lo sabr�. Supongo que alguien lo public� o le avisaron personalmente. Una vez que mi padre se fue, yo tomo de las manos a Alicia y le pregunto: - �O�ste eso? �Quieres que sea tu tutora para que podamos estar juntas para siempre?-. Alicia, con los ojos llenos de l�grimas, sonr�e, me abraza, me besa y me dice: - Claro que s� Ari, quiero estar contigo para siempre -.

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EP�LOGO

Pasaron varias cosas desde aqu�l d�a. Inscrib� a Alicia al colegio, y yo retom� mis clases. A�n recuerdo el primer d�a de Alicia, se ve�a tan hermosa con su uniforme que no pude evitar hacerle el amor en cuanto lleg� de la escuela. El convertirme en la tutora de Alicia result� ser muy sencillo gracias a las influencias de mi padre, quien por cierto segu�a manteni�ndome mientras estudiaba. Una vez que me gradu�, y gracias a las recomendaciones de mi padre, pude instalarme en un lucrativo puesto de negocios. Alicia tambi�n la estaba haciendo en grande. En le escuela demostr� ser brillante, y si bien era t�mida, era bastante energ�tica y asertiva. Como una manera de dar gracias a la sociedad y a Dios, me asoci� con Sandra e iniciamos una fundaci�n para ayudar a los ni�os y ni�as en situaci�n de calle. Era mucho trabajo, pero la fundaci�n creci� cada vez m�s, lo cual nos llen� de satisfacci�n. Alicia y yo seguimos tan enamoradas como siempre o incluso m�s. He decidido que nunca la separar� de m�, y yo nunca me alejar� de ella. Ella fue quien lleg� a mi vida y llen� ese vac�o. Desde que estoy con ella, ya no me siento sola, ya no me siento apartada de todos, ya no me siento alienada, ya no me siento... abandonada.

FIN