La princesa y los panties

by Kia

Tras finalmente salir del cl�set a mis 30 a�os, y tras una decepci�n amorosa terrible, donde perd� a mi mejor amiga (de la cual estaba enamorada), decid� tomarme una semana de vacaciones, yo sola, en una playa en un lujoso hotel.

Luego de registrarme esa tranquila ma�ana de domingo, y de que un amable bellboy me llevara a mi habitaci�n, me recost� en la cama. Me sent�a sola, a�n triste, pero el sonido de las olas golpeando la arena, la c�lida brisa que entraba por mi ventana, y las copa de tequila que me acababa de tomar, terminaron por relajarme.

Me asomo al balc�n, con una incre�ble vista a la playa. Se alcanzaban a ver algunas personas asole�ndose en la arena, y las albercas se encontraban casi a tope, y se escuchaba todo el bullicio de las personas que estaban disfrutando de su �ltimo d�a de estancia. Para esto, opt� por hospedarme en un hotel familiar, no en un hotel para adultos. Quer�a pasar desapercibida y no dar la impresi�n de que voy a buscar pareja o una aventura de una noche.

Para m�, a mis treinta, todo una profesionista, con un c�rculo social bien formado, con expectativas familiares altas, fue dif�cil declararme homosexual. Ya me conoc�a como tal desde la secundaria, cuando me d� mi primer beso con mi mejor amiga. Para ella fue al parecer s�lo pr�ctica, para m� fue una epifan�a. Tras ello, busqu� parejas sexuales en la clandestinidad. Citas de s�lo una noche, nada serio. Era una vida excitante, pero me sent�a vac�a. Necesitaba sentirme no s�lo deseada, sino amada. Mi amiga Dora, a quien conoc�a desde hace algunos a�os, siempre me pareci� atractiva, y sin darme cuenta me fui enamorando de ella. Tras una fiesta, donde ella hab�a tomado un poco de m�s, la llev� a casa en mi auto (siempre suelo ser la conductora designada porque no acostumbro a beber). Ella estaba con una actitud que me pareci� un tanto de coqueteo. Ella tambi�n era soltera y sin novio desde hace varios a�os, por lo que pens� que tendr�a oportunidad con ella. En su casa, la siento en el sill�n, la comienzo a acariciar en el rostro e intento besarla. Ella me detiene, se carcajea, y me pregunta qu� rayos estoy haciendo. Le confes� mis sentimientos, ella se ri� y me dijo que estaba loca, antes de quedarse dormida. El lunes siguiente en el trabajo, ella me llama por tel�fono y me dice muy seriamente que ya no la busque ni la llame, pues ella no es "de esas".

Por fin me levanto de la cama, me pongo uno de los trajes de ba�o que traje conmigo, un bikini por cierto, color rosa intenso, muy sexy para algunos. Me pongo bloqueador en todo mi cuerpo. Frente al espejo me maquillo discretamente, mientras veo mis ojos verdes y mis voluptuosos labios. Bajo a la alberca a buscar un camastro d�nde recostarme bajo la sombra en espera de que el bloqueador surtiera efecto (no quiero que mi blanca piel sufra quemaduras). Tras un rato de b�squeda, encuentro el camastro perfecto bajo una sombra a la orilla de la piscina familiar. Me recuesto, me pongo mis gafas de sol y me relajo. Pido una pi�a colada y me refresco mientras pasan los 20 minutos recomendados por el fabricante de Eclipsol.

En la alberca hay un mont�n de ni�os y ni�as jugando, as� como varias sexys mam�s cuidando de sus reto�os. Pero alguien llama poderosamente mi atenci�n. Es una ni�a, de unos 6 a�os, muy bonita ella, una carita blanca, cabello casta�o claro largo hasta media espalda, con una cola de caballo. Su ojos grandes y azules como el cielo, sus labios color coral, carnosos. Su redondeada carita mostraba una hermosa sonrisa con unos dientes blancos, perfectos, aunque con una que otra pieza ausente (mudanza de dientes, supuse). Estaba un poquit�n alta para su edad, delgadita, con un vientre plano, un pecho igualmente plano, pero con un trasero que me pareci� muy, muy atractivo: redondito, apretadito, tama�o perfecto, prominente, con sus piernas igualmente bien torneadas y largas. Parecia como cuerpo de gimnasta o nadadora. Llevaba puesto un traje de ba�o azul marino, de una pieza, que se ve�a muy sexy en ella. Sexy. Una palabra que no cre� usar para describir a una ni�a de 6 a�os. Pero al ver su mojado traje de ba�o pegarse a su cuerpecito, marcando sus pezones infantiles, y meti�ndose entre sus gl�teos, sent� que comenzaba a lubricarse mi vulva.

Desoncertada, me pongo de pie, me quito el sombrero y me meto a la piscina, esperando que el agua fr�a me hiciera olvidar de esos pensamientos hacia esa peque�a. Era la primera vez que me sent�a as�. Bueno... honestamente no lo era. A lo largo de varios a�os, navegando en internet, me encontraba "accidentalmente" con p�ginas de modelaje de ni�as, y otras de lolicon. Al principio las ve�a por curiosidad, pero al notar que mi cuerpo reaccionaba ante esas im�genes, en un acto m�s de negaci�n que de otra cosa, cerraba esa pesta�a del navegador y abr�a otra de porno l�sbico convencional.

Doy gracias a Dios porque mis lentes de sol no revelaban hacia d�nde estaba mirando, pues a pesar de estar dentro del agua (la cual estaba bastante tibia para mi sorpresa) segu�a dirigiendo mis ojos hacia esa ni�a, y mi vagina segu�a produciendo sus jugos. Ten�a miedo de que llegaran los padres reclamando el porqu� no quito los ojos de su hija, y llamaran a la polic�a o algo as�. Pero nunca pude ver a los padres de la ni�a. Se ve�an los padres de los otros ni�os gritando cosas como "Jonathan, no empujes a tu hermano" o "Paty, cuidado con la resbaladilla", pero ning�n rastro de los padres de mi musa, a quien yo segu�a mirando fijamente, casi descaradamente. En alg�n momento pens� en tomarle fotos, pero cre� que eso ser�a demasiado. En f�n, me puse a nadar un rato, siempre mirando a mi angelita. En eso, yo creo que la ni�a sinti� mi mirada, y voltea conmigo. Me observa con esos grandes y hermosos ojos, y me sonr�e, al tiempo que me saluda con su mano derecha. Yo me sonroj� s�bitamente, como pude, devolv� el saludo sonri�ndole de vuelta, y decido que es mejor ir al restaurante a comer algo. Salgo del agua, voy a cambiarme y me dirijo al restaurante, con mi mente a�n en esa hermosa ni�ita.

Tengo que admitir que mis ojos buscaron a esa ni�a durante la comida, pero no la hall�. - Ni hablar- suspir�. Y me dirig� al cuarto a descansar un poco del calor al abrigo del aire acondicionado.

Por la tarde, antes de ir a comer, decido ir al �rea de computadoras, pues decid� ir sin mi laptop y eso de navegar en el tel�fono no es lo m�o. Evito a toda costa el Facebook, pues no quiero saber de nadie en �ste momento de reflexi�n. Veo algunos art�culos, noticias, algunos tablones de im�genes, en fin. En eso, oigo a una mujer que entra junto con una ni�a. Era ella, con su madre. No me pareci� haberla visto en la alberca. Su madre era bastante atractiva, pero parec�a prestar m�s atenci�n a otras cosas, menos a su hija. Probablemente era soltera, no lo s�. La madre toma una m�quina y comienza a hacer algo en Power Point. La ni�a toma otra m�quina y va a una p�gina de juegos en flash. All� estaba, sentadita con sus sandalias rosas con piedrer�a, un delgado vestidito floreado, su pelo en cola de caballo adornado con un broche de estrellas de mar. Comienzan a platicar de algo, pues al parecer el cumplea�os de la ni�a estaba cerca:

- Mami, �que me vas a regalar en mi cumplea�os?

- No lo s� hija, esp�rame... �d�nde dej� esas facturas...?

- �Sabes que quiero mami?

- ufff... �qu�, Melanie? As� supe que esa hermosa muchachita se llamaba Melanie.

- Unos panties usados

Casi escupo mi limonada al o�r eso. La madre, m�s enojada que sorprendida, le dice:

- �unos panties usados? �Y de qui�n o qu�!

La ni�a continu�:

- s�, unos panties usados: unos tuyos, unos de mi hermana mayor, otros de mi t�a Celia, otros de mi amiga Fernanda, otros de tu amiga, �c�mo es que se llama? Esa muy bonita... �Clara!, y otros de la miss Tere...

Estaba totalmente sorprendida ante la respuesta de la ni�a, sobre todo ante la naturalidad con que lo dec�a. Mi mente comenz� a divagar pregunt�ndose para qu� quer�a una ni�ita unos panties de mujer usados. Al parecer su madre ten�a la misma duda:

- �y para qu� quieres unos panties usados? Pregunt� al tiempo que pon�a al lado del escritorio un grueso f�lder.

- �porque me gusta olerlos!

Casi me desmayo tras o�r esa respuesta. La madre no parec�a demasiado sorprendida.

- T� est�s loca. Ya te he dicho que no pienses esas cosas.

- pero es que s� me gusta olerlas, cuando las huelo, siento algo raro en mi colita... algo rico

Tras escuchar eso, siento que mi vagina tiene un espasmo y se moja notablemente. Oficialmente, estoy excitada, y mucho. Mientras sumo mi mirada en mi monitor, afino mis o�dos para seguir escuchando, al tiempo que aprieto mis muslos, porque mi excitaci�n es mucha.

- Ya te dije que dejes eso, y esp�rame aqu� que tengo que ir a la sala de juntas. Te veo para comer en una hora. Y ya deja esas cosas �de acuerdo? Si no, no va a ver fiesta.

- Est� bien mami... nos vemos al rato.

Tras esto, la madre se pone de pie y se retira. La observo mientras se aleja, observando su voluptuosa figura, contone�ndo sus caderas mientras camina.

Melanie sigue jugando en la computadora. Est� a dos m�quinas de distancia. Estamos solas en ese cuarto. Volteo a verla, y ella voltea y me sonr�e. Hago lo mismo, y la saludo, tratando de ocultar mi nerviosismo.

- Hola. Melanie, �verdad?

- s�, y t� c�mo te llamas?

- C... Carolina Respondo con la boca seca, como llena de algod�n. Tratando de sacar alg�n tipo de conversaci�n m�s... interesante, le pregunto:

- �Y va a ser tu cumplea�os pronto, Mel?

- S�, el pr�ximo mes, el 27. Voy a cumplir 7 a�os!

La edad que calcul� fue la correcta. Queriendo tener una pl�tica m�s sexy le interrogo sobre los panties.

- o� que de regalo quieres... unos panties usados verdad? Por qu�?

Mir�ndome t�midamente, me contesta, sonrojada:

- es que... yo... no le vayas a decir a nadie eh?... pero es que me gusta oler los panties usados de mujeres. Es que una vez fui a casa de mi amiga Ana, y fui al ba�o y su mam� que es muy bonita dej� sus panties all�, y estaban usadas. Eran unos panties negros como de encaje. Y los v� y no se por qu� se me ocurri� olerlos y me gust� el olor, adem�s de que en mi colita sent� rico no s� por qu�.

Nerviosa como nunca, le contin�o preguntando:

- �y haces eso muy a menudo?

- a veces, sobre todo con la ropa de mi mami o mi hermana, pero casi siempre la esconden o la llevan luego luego a la lavander�a.

- �y te gustan todas las panties?

- no, s�lo la de las mujeres bonitas, o tambi�n ni�as. Es que una vez v� en internet unas fotos de unas modelos de ropa interior y me gust� mucho verlas, y las v� mucho tiempo, y sus pantaletas se me hac�an muy lindas, pero vino mi mami y me rega�� y me dijo que no deb�a ver esas cosas. Eran unas modelos muy bonitas.

Cas� mordi�ndome el labio, le pregunto:

- �bonitas? �Y las panties que le pediste a tu mam� son de mujeres bonitas?

- s�, todas ellas son muy bonitas. Parecen modelos.

Mir�ndome de arriba a abajo, agrega sonriendo:

- �t� tambi�n eres muy bonita como modelo de ropa interior!

�Modelo, yo? Nahh... Es decir, soy algo alta (170 cm), mi cara es linda, mi cabello a los hombros... pero... mi busto es bastante grande, copa E (herencia de mi madre), y aunque tengo una cinturita y un vientre plano, mis caderas son muy anchas y mis nalgas, bueno, bastante generosas (eso s�, sin celulitis). M�s que cuerpo de modelo yo dir�a que es de actriz porno. Pero no por eso dej� de sentirme menos halagada por su comentario.

- �de veras te parezco bonita?

Pregunto, con una evidente emoci�n en mi voz

- s�, es m�s, en la alberca cre� que eras la mujer m�s bonita de all�

- �me viste en la alberca?

- s�, �a poco no te acuerdas que te salud�?

As� que s� record� que me vi� en la alberca. Me sent� orgullosa, me sent�... feliz. En eso, se acerca a m� sacando algo de su bolso. Era un tel�fono celular. Bastante costoso, contra agua, contra polvo, con c�mara... un gadget muy sofisticado y caro para una ni�a de 6 a�os. Comienza a cambiarle la tarjeta de memoria.

- es m�s, mira, te voy a ense�ar algo pero no le digas a mi mami, y no te vayas a enojar por favor...

- te lo prometo... �qu� ocurre?

- es que te tom� unas fotos en la alberca...

- �en serio? �Y por eso no quieres que le diga a tu mam�?

- s�, porque ella a veces me revisa el tel�fono y si ve fotos de una mujer en traje de ba�o me va a castigar

Tomo su tel�fono y comienzo a ver las fotos. Ella me mira, nerviosa, pero emocionada. La primera foto est� algo movida, soy yo de cuerpo entero, de pie junto al camastro. Otra foto, m�s clara, soy yo acostada, otras en la alberca, y llego a una que me llama poderosamente la atenci�n. Es un acercamiento a mi trasero, y estoy, como dicen vulgarmente, "comi�ndome" el bikini. La volteo a ver a los ojos, ella me ve y pregunta, temerosa:

- �est�s enojada porque te tom� esta foto?

- no... no realmente, s�lo que me sorprendi�...

- se te ve muy bien tu cuerpo en esa foto, por eso te la tom�. Y �stas otras tambi�n...

Diciendo �sto, me ense�a unas fotos de mi busto (mi pez�n se alcanzaba a apreciar a trav�s de la tela del bikini) y otra de mi zona p�lvica, donde se ve�a claramente mi corte brasile�o.

Me sent�a m�s y m�s mojada, al grado de empapar por completo mi tanga negra. Le entrego el aparato a Melanie.

- �Te gustaron?

Me pregunta.

- s�, son muy lindas... muy lindas

- �puedo qued�rmelas Caro?

- s�, si, claro...

Tras un rato de silencio, me pregunta:

- �cu�nto tiempo vas a estar en el hotel Caro?

- 5 noches, �y t�?

- tambi�n. Vine con mi mami a un viaje de negocios. �Y t� vienes sola?

- s�, vine sola, a relajarme un poco.

Mirando hacia el suelo, balanceando sus piernas, me pregunta:

- Caro, �me puedes dar tu n�mero de tel�fono? Para platicar y que no est�s tan sola y yo tampoco...

Nunca antes me sent� tan emocionada porque alguien me pidiera mi n�mero. De hecho, hab�a mantenido apagado mi tel�fono desde que llegu�, pero ese era un gran motivo para encenderlo, cosa que hago en el momento.

- Por supuesto, es el... mmm... perm�teme... es el 55 6693452

Ella lo anota en su tel�fono, y me marca. Su n�mero aparece en la pantalla de mi aparato.

- �y ese es mi n�mero!

Para ese momento estaba tan excitada como nunca en mi vida. Decid� hacer algo un tanto peligroso.

- Mel, te voy a dar algo prestado, al ratito que me veas me lo devuelves �sale?

- �S�, que es?

- y tampoco le digas anda a tu mami �de acuerdo?

- �de acuerdo!

Miro a los lados cercior�ndome de que no halla nadie alrededor. Me inclino sobre la silla y r�pidamente me quito la tanga metiendo la mano debajo de mi vestido. De prisa la cubro entre mis manos y se la entrego a Melanie, quien me observa con los ojos abiertos, sorprendida. Estirando sus manitas, toma mi mojada prenda.

- �est� muy mojada..!

Dice susurrando al tiempo que la guarda en su bolso.

- �por qu� est� tan mojada Caro? �Hiciste pis?

- no, no es pis... luego te explico �sale?

- Est� bien... muchas gracias, luego te la devuelvo... ehhh...

En eso suena su tel�fono, acelerando a�n m�s mi ya taquic�rdico coraz�n.

- Es mi mami... �bueno? S�, aqu� estaba platicando con una se�ora...

�Se�ora?, bueno, creo que ya tengo edad para pasar como tal.

- s�, ya voy, nos vemos ahorita mami... adi�s.

- ya me voy Caro, te veo luego para darte tu ya s�bes qu�... adi�s!

- Adi�s Mel!

La ni�a sale casi corriendo del cuarto, sujetando fuertemente su bolso, como quien lleva algo muy valioso. Suspiro, y decido que es hora de ir a comer tambi�n, pero primero tengo que ir a ponerme algo de ropa interior a mi habitaci�n.

Mientras me pongo otra pantaleta, pienso en las posibles consecuencias de lo que hice. �Se dar� cuenta su madre? �Qu� pasar�a si as� fuere?. Y sobre todo, me pregunto sobre mis verdaderas intenciones con esa ni�a. No dejo de pensar en esa peque�a y en lo mucho que me excit� el s�lo conversar con ella. �Qu� es lo que realmente espero de ella? �sexo?... �qu� piensa ella de m�? Es decir, hoy muchos ni�os (gracias a la maldita TV e internet con art�culos alarmistas y pseudocient�ficos) est�n conscientes del abuso infantil y de los pederastas y ped�filos. Yo nunca me he visto como una ped�fila, pero esa ni�a, de veras me movi� el piso. Adem�s, abusar de ella es algo que nunca har�a. Me gustar�a, honestamente, tener contacto f�sico m�s �ntimo con ella, pero sin lastimarla ni hacer nada que ella no quiera. Pero eso s�, si ella quiere, llegar hasta donde me sea posible.

Llego al restaurante, tomo mi plato y escojo mis alimentos. Oigo a lo lejos una voz que hace que mi coraz�n palpite fuertemente de emoci�n. Es Melanie, platicando con su madre, alegremente. Parece que todo est� bien, todo normal. Me quedo vi�ndola un momento, de espaldas a su madre, quien no se percata de mi presencia. La ni�a me ve, se sonroja y sonr�e timidamente. Su rubicundez era tal que la madre le pregunt� qu� le pasaba, a lo que la ni�a respondi� con un "nada". Tras comer voy a la alberca. Eran alrededor de las tres. Me puse un sexy bikini y me recost� junto a la piscina familiar. Realmente esperaba que llegara Mel. Pero no la v�. Tras un buen rato, decido ir a asomarme al snack bar, y a la playa, pero nada. Un tanto desilusionada, me recuesto en un camastro en la playa, viendo al mar azul, azul como los ojos de mi hermosa peque�a. Nunca me hab�a sentido as�, ni mucho menos en tan poco tiempo. Me sent�a un poco tonta sinti�ndome como una adolescente enamorada, y sobre todo por una ni�a tan peque�a. En eso, escucho que llega un mensaje a mi tel�fono. Cre� que era del trabajo, o quiz� Dora. Sin mucho entusiasmo, tomo mi tel�fono. Era un mensaje de Mel. Me hab�a olvidado que le d� mi tel�fono y yo ten�a el de ella. Le�, con el coraz�n a mil por hora, su mensaje, el cual dec�a:

"Hola Caro sal� de paseo con mi mami espero est�s bien en el cuarto fui al ba�o con tu panti estaba muy mojada todav�a y ol�a muy rico y tami�n la prob� y ten�as raz�n no es pis es otra cosa que tambi�n sab�a rico hasta mi colita se moj� y sent� raro hasta me toqu� un poco pero mi mami toc� la puerta y tuve que salir al rato de devuelvo tu panti tqm"

Eso fue todo. Fue mi l�mite. Tom� mis cosas, fui de prisa al cuarto, me desnud� y comenz� a masturbarme. No pod�a creer lo mojada que estaba. Estaba literalmente escurriendo, bastaron s�lo unas cuantas caricias en mis labios y mi cl�toris para tener mi primer orgasmo. Pensaba en Mel. La imaginaba oliendo y lamiendo mi h�meda tanga. Me la imaginaba oliendo y lamiendo mi h�meda vulva. Le la imaginaba entre mis brazos, acariciando su plano pecho, sus deliciosas nalgas y su virginal vulva. Me vine otra vez, y luego otra, y otra m�s, y otra m�s. Qued� exhausta. Las s�banas quedaron sumamente mojadas de mis fluidos. Me ba�� y me vest� nuevamente. Me recost� en la hamaca del balc�n, pensando en Mel. Tom� el tel�fono. Quer�a llamarla. Pero no tuve el valor, no sab�a si estaba con su madre. Qued� dormida unos minutos. Me despert� otro mensaje, de Mel. Dec�a simplemente:

"ya regres� me muero por verte tqm"

Como adolescente emocionada para ir a ver al chico m�s popular de la prepa, me arreglo, me maquillo, incluso me perfum�, y bajo al restaurante a cenar.

Al llegar, casi no disimulo el que estoy buscando a alguien. Entonces, la veo llegar por la escalera, junto con su madre. Mi coraz�n (y mi vagina) palpitan. Se ve hermosa, con su cabello suelto, una blusita rosada y una falda holgada, blanca. Para mi sorpresa, se sientan en la mesa de junto. Trato de disimular mi emoci�n. Mel tambi�n se ve visiblemente excitada, con sus mejillas rojas y una sonrisa t�mida. Su madre me queda de espaldas y ella de frente, as� que puedo disfrutar de su rostro sin problemas.

Aunque su madre desped�a un delicioso aroma a perfume y su ce�ido conjunto perla le resaltaba su voluptuosa figura, yo s�lo ve�a a su hija de 6 a�os. Su madre se retira al ba�o unos minutos, caminando con su particular contoneo y atrayendo las miradas de los excitados varones y de las envidiosas damas. Mel cambia de asiento quedando m�s cerca de m�, y sacando algo de su bolso, me lo da entre sus manitas:

- aqu� est�n tus panties

me dice susurrando.

Niego con la cabeza y le digo.

- No. Mejor qu�datelas, son mi regalo de cumplea�os para t�.

- En serio? genial!

Guarda mi ya seca tanga en su bolso, y me dice:

- te extra�� mucho Caro.

- Y yo a t� princesa.

- Ma�ana vamos a jugar en la alberca juntas s�? Mi madre tiene junta a esas horas y yo estoy solita toda la ma�ana.

- de acuerdo, a qu� hora te veo?

- mmm... no s�, la junta de mi madre es a las 9, entonces yo creo que a esa hora est� bien, pues mi mami y yo desayunamos muy temprano, hasta me enojo porque digo, entonces para que vinimos de vacaciones si me voy a despertar temprano?

No puedo evitar re�rme de su inocencia y franqueza. En eso, mi mano, casi por su cuenta, se acerca a su cara y le acaricia su mejilla y su cabello. Ella cierra sus ojitos. Un plato se cae a lo lejos y reaccionamos. Ella sonr�e y vuelve a su silla, y yo retomo mi posici�n. Su madre llega tras un momento y luego se van las dos, con Mel vi�ndome y sonri�ndome mientras se alejan.

Casi no pude dormir esa noche. Estaba muy emocionada. La luz a trav�s de la ventana me despert�. Decido levantarme, ba�arme, y ponerme un traje de ba�o. Uno especial, pues tengo una cita (de juegos) con una hermosa chica (de 6 a�os). Es un trikini con el abdomen casi descubierto, la espalda desnuda y con cachetero. Muy sexy en realidad, por lo que mejor me cubro ligeramente con una capita. Bajo el elevador casi temblando, y tras desayunar r�pidamente, pues ya eran las 8:50, voy a recostarme en un camastro. La alberca est� sola. Es temporada baja y adem�s hoy es lunes. En eso, oigo unos pasitos y la veo. All� est� ella, con un traje de ba�o de dos piezas, con un top muy coqueto, verde con rosa, y un calzoncito verdecito, ajustadito, tanto que se notaban sus labios vaginales. Casi me muerdo el labio al verla.

- Hola Caro buenos d�as! C�mo me veo?

Me pregunta al tiempo que da una vuelta, lo que me permite ver su espectacular trasero, con su traje de ba�o dejando ver f�cilmente m�s de la mitad de sus nalgas, e introduci�ndose en su pliegue.

- hola Mel. Te ves divina princesa.

- Gracias, tu tambi�n te ves muy bonita y muy...

Creo que Mel buscaba la palabra correcta para describirme. Pero por su inocencia no sab�a cual emplear. Pero mi sorpresa fue grande cuando finalmente la dice, a la vez que inconscientemente se muerde el labio inferior.

- muy... buena.

Ri�ndome, me levanto, la tomo de la mano y nos metemos a la alberca. Nadamos un poco, platicamos de esto y lo otro, de su escuela, de c�mo su madre es divorciada y trabaja demasiado, al igual que su padre. De su hermana mayor que estudia en otra ciudad, de su gato y de su perro. De que iba a clases de gimnasia y nataci�n tambi�n. De su soledad... Yo le platico de mi trabajo, de mi ni�ez, en fin. Fue una pl�tica soprendentemente amena y relajada. La alberca a�n estaba vac�a. En eso, ella sale de la alberca, mostrando su infantil pero espectacular cuerpo reluciendo ante el sol de la ma�ana, y me dice:

- c�chame, Caro!

Y se arroja hacia m� al agua. La atrapo y nos sumergimos en el agua. La tomo de la cintura y salimos juntas, ri�ndonos. Sigo con mis manos en su cintura y ella me abraza del cuello. Nuestros rostros frente a frente. Sonriendo, sonroj�ndonos. Con el agua escurriendo en nuestras caras. La abrazo sujet�ndola m�s fuertemente, pegando su cuerpo al m�o. El sentir su calidez me excit� demasiado. Era obvio que ella tambi�n estaba excitada, pues inconscientemente se frotaba los muslos uno contra el otro y los apretaba. Casi autom�ticamente, mis manos descienden poco a poco, hasta su cadera, y finalmente la tomo de las nalgas, qued�ndo sentada en mis manos. Estaba en el cielo. Sus firmes y redonditas nalgas estaban ardiendo. La pego m�s a mi cuerpo haci�ndo que ella abra sus piernas y yo quede en medio de ellas, abrazada. Sent�a su intenso calor genital en mi abdomen. Comienza, muy lentamente, por instinto, a mover sus caderas y a frotarse contra m�, mientras cierra los ojos. No pod�a creer que �sto estuviera pasando. Mi cl�toris estaba a punto de explotar. Con mis dedos acariciaba sus gl�teos lentamente, sintiendo su piel de gallina por mis movimientos. Acerqu� mis dedos a�n m�s al pliegue intergl�teo, por encima de su bikini, y apret� cari�osamente sus nalgas. Estaba al l�mite. En eso, ella abre sus ojos, voltea alrededor, y al no ver a nadie m�s, me pregunta:

- Caro, alguna vez has besado a alguien?

Tragu� saliva. Si las cosas iban como pensaba (y esperaba) que iban a seguir, ser�a un gran paso (y tambi�n uno sin vuelta atr�s).

- s�, porqu� princesita?

- se siente rico?

- pues, s�, sobre todo si es con alguien que quieres y que te gusta

se queda en silencio un momento, y con su rostro encendido me pregunta:

- me quieres?

- pues.. s�, princesa, claro que te quiero!

- y... te gusto?

Suspiro y finalmente salgo (de nuevo) del cl�set:

- S�, me gustas mucho.

Ella sonr�e, y me dice dulcemente:

- me das un beso, por favor?

Me sent�a en trance. Finalmente, sonr�o, y sacando mi mano derecha del agua, le quito el cabello del rostro, la tomo de la barbilla y la acerco a mi cara. Ella cerr� sus ojitos y yo, tras echar un �ltimo vistazo alrededor, tambi�n. Me voy acercando a ella hasta sentir sus suaves labios en los m�os. Le doy un peque�o y tierno beso. Me retiro un poco. La veo sonreir y le pregunto:

- quieres otro?

- s�, s�, claro que s�!

En esta ocasi�n, abro mis labios un poco, y hago que ella tambi�n los abra. Tras un rato m�s largo, me retiro un poquito, ella sigue con su rostro hacia m� con su boquita entreabierta, y le doy otro beso, m�s apasionado, m�s largo, m�s sonoro, acaricio con mi lengua la suya, siento sus dientes, sus labios, su saliva mezcl�ndose con la m�a. Finalmente nos separamos, jadeando. Ella sonr�e y se recuesta en mi pecho, abraz�ndome.

- me gustan tus pechos, son grandes y suaves. Crees que yo los voy a tener igual?

- seguramente, querida

Lo m�s seguro es que as� fuera, considerando la figura de su madre.

Duramos abrazadas un rato, luego me suelta, la suelto y se echa a nadar otro poco, y comenzamos a juguetear de nuevo, salpic�ndonos, o cach�ndola cuando sal�a del tobog�n, momento que aprovechaba para tocarla m�s.

Finalmente lleg� m�s gente a la alberca y la intensidad de nuestros juegos tuvo que cambiar. Llegaron m�s ni�os, los cuales la invitaron a jugar. Le dije que fuera a divertirse y que yo la observar�a desde fuera.

El ver a esa ni�a inocente jugar como cualquier otro ni�o en la alberca me caus� algo de conflicto. Hace unos momentos est�bamos bes�ndonos y acarici�ndonos, y ahora, s�lo era una ni�a m�s en la alberca. Pero a la vez, esa misma inocencia que me causaba culpa me provocaba m�s morbo y excitaci�n.

Tras un rato, llega la madre de Mel, luciendo un traje de ba�o que resaltaba sus grandes senos y su espectacular trasero. Admito que me parec�a sumamente atractiva, pero nada comparado con lo que sent�a por Mel. Me quedo otro rato m�s, luego Mel y su madre salen a comer. Mi est�mago me hace hacer lo mismo. Me dirijo al cuarto a cambiarme. Mientras lo hago, me quedo pensando en lo que hicimos Mel y yo. Ten�a ganas de masturbarme, pero dejan de servir la comida a las 5 y ya ten�a hambre.

En el restaurante no v� a Mel ni a su madre. Supuse que salieron a pasear nuevamente, lo que se confirm� con otro mensaje de Mel:

"mi mami y yo salimos a pasear de nuevo me gust� mucho lo de hace rato ojal� lo hagamos de nuevo tengo muchas ganas de verte y besarte otra vez cuando llegue te aviso tqm".

Hora de la cena. Mi mente est� un poco distra�da, al grado que olvid� mis llaves en el cuarto y tuvieron que abrirlo por m�. En la cena v� a Mel y a su madre en otra mesa, algo lejos. Resignada, com� de prisa y sal� a tomar la brisa nocturna. Son� mi tel�fono. Era Mel:

- Hola Caro donde est�s?

- hola princesa, estoy en la playa!

- oye, mi mami va a salir hoy a un pueblo cercano y va a llegar hasta ma�ana...

Supuse que la se�ora consigui� alguna cita, nada extra�o considerando lo atractiva que es.

- ... y voy a estar solita... no puedes venir a acompa�arme?

Ni en mis m�s locas fantas�as aparec�a este tipo de escenario. Pero, le dije que ah� la ve�a en un momento.

Por alg�n motivo, en mi cuarto, decido ponerme algo sexy. No me puse bra pero s� una tanga muy chiquita y sexy, que deja muy poco a la imaginaci�n. Decid� ponerme un liguero incluso. No s� por qu� lo traje conmigo, quiz� en caso de tener suerte (aunque no era mi objetivo del viaje). Me puse un ce�ido vestido largo, con una abierta casi hasta la cadera de cada lado, espalda desnuda y con un escote bastante generoso, y ante la ausencia de bra, mis pezones rosados resaltaban a trav�s de la tela. Me maquill�, me pein�, me perfum�... cuello, pliegue de codo, abdomen, escote... y entrepierna.

As�, vestida para algo que no sab�a si quer�a que pasara (o si pasar�a en absoluto) me dirig� a su cuarto. En el camino resultaba obvio que atra�a todo tipo de miradas: libidinosas, celosas, envidiosas, de admiraci�n, tanto de hombres como de mujeres. As�, llego a su habitaci�n. Toco a la puerta y oigo su vocecita:

- qui�n es?

- Soy Caro, princesa.

Ella abre la puerta, y entro. Ella se queda de pie, vi�ndome, con la boca abierta, y los ojos abiertos por completo. Era algo graciosa esa escena. Casi estaba babeando.

Ella por su parte se ve�a deliciosa. Un vestidito corto holgado con dise�o floral, unas medias blancas hasta el muslo y dos colitas con mo�os blancos. Adem�s, creo que se rob� algo del perfume de su madre porque ol�a a tal. Me pregunt� qu� clase de pantaletita tendr�a debajo de ese vestido, pero dej� eso para despu�s.

Conversamos un rato, vimos TV, bailamos un poco con los videos, y finalmente, nos sentamos en la cama, y nos recostamos. Ella me toma de la mano y me dice:

- muchas gracias por tus panties Caro, las voy a guardar muy bien como recuerdo.

R�o un poco, y mir�ndola a los ojos le digo:

- de nada princesita, espero que no te las cache tu mami.

- yo tambi�n... pero...

Su semblante se pone un poco triste. Y me dice:

- ... ya est�n secas, no huelen ni saben igual.

Trago saliva. �sta es la charla sexy que estaba esperando. Ten�a que ser sutil, suave, cari�osa, y dejar que pareciera que era ella quien toma la iniciativa.

- pues... si quieres te doy estas tambi�n. Ahorita est�n ya muy mojadas.

Voltea a verme y emocionada dice:

- en serio? Que bien!

Luego medita unos segundos y me dice:

- y por qu� nos mojamos? Yo tambi�n me siento mojadita

- pues es algo que el cuerpo hace cuando nos sentimos bien con alguien y queremos que ese alguien nos bese y nos toque.

- ... puedo olerlas?

Obviamente se refer�a a la tanga. Nos incorporamos y me dispuse a quit�rmela, pero se me ocurri� otra cosa. Con la voz temblando, el coraz�n a m�xima capacidad, y con mis rodillas apenas soportando mi peso, le digo:

- si quieres, va a oler m�s rico si la hueles mientras la traigo puesta...

�ste era el momento de la verdad...

- est� bien eso? No te vas a enojar o algo si lo hago?

- claro que no coraz�n... al contrario, voy a disfrutar mucho si lo haces.

Le doy un beso en los labios, y le acaricio el rostro. Me pongo de pie y me levanto el vestido dej�ndola ver mi tanga h�meda, y mi liguero.

- te vez muy bien con esas medias...

- gracias princesita linda...

Ella se hinca frente a m�. Coloca sus manos en mis caderas haciendo que me estremezca un poco. Cierra sus ojitos y se acerca casi hasta tocar me vulva con su nariz. El verla all�, hincada, tan cerca de mi zona �ntima, con tan s�lo 6 a�itos de edad, me llev� al m�ximo de excitaci�n. En eso siento su respiraci�n en mi cl�toris. Comienzo a jadear de placer. Ella me aprieta las caderas con sus manos las recorre hasta tocar y acariciar mis nalgas. Mi vagina sigue produciendo m�s y m�s fluidos. Es cuando ella pega su nariz en mi tanga, haciendo que deje escapar un gemido.

- est�s bien? Te doli�?

Me pregunt� mir�ndome a los ojos

- No princesa, al contrario, gem� porque se siente muy rico cuando haces eso...

Diciendo �sto, ella sonr�e y pega su nariz a mi vulva, inhalando profundamente. Estoy ardiendo. Con mi voz quebrada le digo:

- tambi�n si quieres puedes probarla...

- ah! S� de veras!

Y as�, saca su lengua y procede a lamerme y a chupar la prenda. En su inexperiencia, sus movimientos eran bruscos pero se sent�an divinos. No pod�a m�s, la tom� de la cabeza y con mucho cuidado, sin dejarme llevar por la pasi�n y exitaci�n, la presion� contra mi vulva, muy suavemente para que no se asustara. El orgasmo recorri� todo mi cuerpo, hasta hacerme caer de rodillas, gimiendo, casi llorando de felicidad. Tratando de recuperar el aire, volteo a ver a mi joven amante, con su carita mojada por mis jugos, y quien se ve fascinada por lo que acaba de suceder. Le tomo el rostro entre mis manos y la beso apasionadamente.

- eso fue maravilloso Mel... fue maravilloso

- en serio?

Luego de pensar un ratito, algo pas� por la cabecita de Mel y me pregunta:

- Caro, a t� tambi�n te gusta oler panties?

- claro...

- quieres oler las m�as?

Eso sin duda era algo de las muchas cosas que quer�a hacer esa noche, as� que le dije:

- por supuesto cari�o, pero tengo una idea mejor.

La pongo de pie y le desabrocho el vestidito. Se lo quito lentamente, mientras la beso en sus labios, cuellito, y hombros. Se ve algo nerviosa.

- Est�s bien princesita?

- S�, un poquito nerviosa...

- quieres que me detenga?

- n... no

- si algo que haga no te gusta o si te sientes inc�moda, dime de acuerdo? Yo voy a hacer todo para que te sientas bien y sientas muy rico, como t� me hiciste sentir hace unos momentos. Pero si te sientes mal, o quieres que me detenga, dime. Te juro que no me voy a enojar y tampoco voy a dejar de quererte. Sale cari�o?

M�s tranquila, y sonriendo, asiente con la cabeza. Nuevamente comienzo a besarla en el cuello. Trato de contener mi impulso de saltar sobre ella y follarla apasionadamente. Al besarla la oigo gemir de placer, suavemente. Le deslizo el vestido que ten�a ya a la altura de la cintura. Se lo quito por completo. Me hago un poco para atr�s para contemplarla. Su torso desnudo muestra sus rozados pezones, erectos. Observo su vientre plano con su hermoso ombliguito, y su zona femenina est� cubierta por unos calzoncitos de algod�n, bastante tiernos, con las figuras de las hero�nas de Frozen al frente. �ste �ltimo detalle me golpe� como un cami�n, pues volv� a caer en la cuenta de que se trata de s�lo una ni�a. Casi me hace detener todo por completo, pero al verla all�, semidesnuda, con sus medias sexys en sus piernas, con el pecho rubicundo, su mirada ansiosa, sus labios entreabiertos, me hicieron desear el seguir con �sto. Quer�a que esa ni�a fuera m�a.

La tomo de las axilas y de un impulso la subo a la cama. La recuesto mientras la acaricio en el rostro y el cabello, bes�ndola en los labios. Me excitaba demasiado el hecho de que ella respond�a cada vez mejor a mis besos, y a veces era ella quien buscaba mis labios y met�a su lengua en mi boca. Con mis labios y lengua recorro su cuello, su pecho y con ansias comienzo a lamer suavemente sus pezones, primeo el derecho y luego el izquierdo. Mientras lo hac�a, volteaba a ver la carita de mi joven amada. Ella estaba cerrando sus ojitos, con el rostro encendido, gimiendo de placer, moviendo involuntaria y ligeramente sus caderas. Yo me sent�a explotar, y pens� en masturbarme mientras hac�a todo �sto, pero �ste era su momento, y quer�a que lo disfrutara al m�ximo. Comienzo a besar su vientre y a lamer su ombliguito. A�n ol�a a jab�n de ba�o y al perfume de su madre. Al llegar a su pelvis, comienzo a besarle los muslos y a lam�rselos, haciendo que se estremeciera.

- est�s bien querida?

Le pregunt�. Ella, volte�ndo a verme, muy sonrojada, y mordi�ndose el labio, me contesta:

- s�, si Caro... es que se siente muy rico todo esto que estamos haciendo.

Diciendo �sto, vuelvo a lamerle los suaves muslos. El delicado aroma de su vulva excitada me rodea. Elsa y Anna est�n ya un poco h�medas. Ese aroma infantil de sus genitales me est� volviendo loca. Nunca hab�a olido una fragancia tan deliciosa como la de una vagina infantil excitada. Me coloco frente a su vulva, a�n cubierta por su ropita interior, e inhalo profundamente. No puedo m�s, y finalmente pego mi rostro a su calzoncito, inhalando su dulce perfume. Comienzo a acariciar su vulva con mi lengua a trav�s de la tela de algod�n, mientras ella mueve sus caderitas ansiosamente. Me incorporo la contemplo. Extasiada, disfrutando de mis caricias. Voltea a verme, un poco desilusionada porque me detuve.

- qu� pasa? Por qu� te detuviste?

Me pregunta. Con mucho cari�o, le hago una petici�n:

- Mel, princesa... quiero hacerte algo a�n m�s rico. Me dejas quitarte el calzoncito?

Ella me mira, t�mida, y apretando sus ojitos y encendida como el carb�n, asiente con su cabecita mientras se cubre la carita con sus manos.

- Segura? No me enojar� si no quieres dulzura.

- s�... estoy segura... pero...

Se sonroja a�n m�s, si es que eso era posible.

- qu� pasa cielo?

- ... despu�s tu tambi�n te tienes que quitar todo, si Caro?

Sonr�o a la vez que le digo que as� ser�. Con mi ansiedad al m�ximo, tomo los resortes de su calzoncito y comienzo a tirar hacia abajo. Queda al descubierto as� su tersa y n�bil vulva. Sus labios cubiertos por un suave vello como de durazno, dorado como el sol. Su vagina cerradita por completo, pero lubricada con su n�ctar infantil. El color de sus genitales hac�a m�s que evidente que la ni�a estaba sumamente excitada. Casi lloro de alegr�a ante esa visi�n. Poco a poco, comienzo a acercar mi boca a sus genitales, mientras le digo nuevamente que si algo no le gusta, o si quiere que me detenga, me diga de inmediato.

Con suavidad comienzo a besar sus labios mayores. Yo misma siento un peque�o orgasmo al hacerlo. Comienzo a lamerlos, suave y delicadamente, como un gatito. Observo su carita mientras lo hago. La ni�a me mira, fascinada, mordi�ndose el labio, con sus manitas agarrando las s�banas con fuerza. Comienza a menear sus caderas. Yo, sigo lamiendo, saboreando su infantil n�ctar. Lamo sus labios e introduzco mi lengua entre ellos hasta lamer los labios menores. Con mis dedos separo ligeramente sus labios hasta dejar al descubierto su peque�a uretra y encima, su cl�toris. Su hermoso, hermoso cl�toris, peque�o, rojito por su excitaci�n, erecto. Comienzo a lamerlo muy delicadamente, pues s� que deb�a estar muy sensible. Ella comienza a gemir, m�s y m�s. Sus manitas comienzan a apretar a�n m�s las s�banas. Su cabeza se echa hacia atr�s. Comienza a mover sus caderas m�s bruscamente, haciendo m�s dif�cil en controlar mis lamidas. Siento que se moja m�s y m�s, y yo gustosa bebo sus jugos. Comienzo a lamer m�s r�pidamente su cl�toris. La ni�a me dice:

- Caro. Siento algo. Creo que me voy a hacer pis...

- no es pis querida. No pasa nada, deja que salga todo mi amor...

diciendo �sto, siento que unas manitas se colocan en mi cabeza, empuj�ndo mi rostro hacia su vulva. La ni�a se estremece, se pone tensa de todo su cuerpo, y deja salir m�s n�ctar de su vagina. Est� teniendo un orgasmo. Mi propia vagina estaba inundada.

Tras un momento, mi dulce amante se relaja, y jadeando, voltea a verme. Me acuesto a su lado, le doy un beso en los labios.

- eso fue incre�ble Caro... sent� demasiado rico. Te amo, Caro.

"Te amo". Esas palabras tan hermosas casi me hacen llorar. Pero me contuve. No quise asustar a la peque�a. As� que la beso nuevamente, y la abrazo.

En eso, casi brincando, se sienta. Me asust� un poco. Cre� que hab�a escuchado algo en el pasillo:

- qu� ocurre Mel?

- ahora me toca! Qu�tate los panties!

- claro, pero primero, besame un poco...

Y as� lo hace. Siento su infantil boca lamiendo mis labios, mi cuello, mis orejas. Yo estaba extasiada. Mi cl�toris estaba a punto de estallar, ansiaba venirme y ya. La ni�a comienza a jugar con mis pechos. Los soba, pellizca mis pezones, estaba muy divertida. Comienza a darles suaves besos y a succionar, bajo mi instrucci�n, mis grandes y erectos pezones. Ya no aguantaba, pero tuve que esperar un poco m�s. Finalmente, la ni�a me quita la mojada tanga, para lo cual le ayudo (a desabrochar el liguero) y se coloca en posici�n, con su rostro entre mis piernas. Miraba, fascinada, mis genitales.

- me gustas mucho Caro. Me gusta que tengas pelitos en tu colita. Me gusta mucho como hueles... me gusta ver como sale agua de tu cosita...

Yo s�lo la miraba, ansiosa. Ella acerca su boca a mi vulva. Titubea un momento, y ri�ndose, pregunta:

- ehh ... c�mo le hago?

- recuerdas lo que yo te hice?, bueno, me gustar�a que hicieras lo mismo conmigo...

Torpemente comienza a lamerme. Como puedo, le voy instruyendo d�nde y c�mo lamer, a�n lo hace un poco brusco y arr�tmicamente, pero sin duda es la sensaci�n m�s excitante de mi vida. En ese momeno siento que necesito m�s, comienzo a decirle que lo haga m�s r�pido y fuerte. Como puede, lo hace. No bast� mucho para que llegara el momento. Siento mis piernas tensarse y mi vagina contraerse. "Oh oh", pienso. Estoy por venirme. Y yo soy una "squirter". Esperaba que la ni�a no se asustara, pero ya no aguantaba m�s. Me vine en su carita y en su boca. Casi pierdo la conciencia tras la intensidad del orgasmo. Ella trepa hasta quedar acostada encima de m�. La abrazo dulcemente. Me dice:

- tambi�n sentiste rico verdad?

- as� es Mel

- Sali� mucha agua de tu cosita... tuve que tom�rmela casi toda. Sab�a rara, pero muy rico...

La beso en los labios sabore�ndo mi propio n�ctar.

- Te amo, Mel...

Le dije, y antes de caer dormida, la escucho decir:

- y yo tambi�n te amo Caro...

Me despierto, a�n con el cuerpo de mi infantil amante desnudo encima de m�. Con cuidado, volteo a ver el reloj: 6 am. Lenta y delicadamente, la recuesto a mi lado. A�n dorm�a. Tratando de no hacer ruido, comienzo a vestirme, y a buscar cualquier evidencia que nos delatara. A pesar de mis esfuerzos por no hacer ruido, Mel se despierta:

- qu� haces Caro, a d�nde vas?

- oh Mel, cari�o, lo siento, no quise despertarte. Estoy visti�ndome pues ya es de ma�ana y voy a mi cuarto antes de que llegue tu mam�.

La ni�a asiente, se para, va al closet y se pone una pijama. Tras hacerlo, se vuelve a acostar.

- ya me voy princesita. Disfrut� mucho lo de hoy.

Me acerco a ella y la beso tiernamente. Medio dormida, me dice:

- te veo al ratito en la alberca?

- claro amor. Te veo al ratito.

En mi cuarto, me recuesto otro rato, pensando en lo sucedido. Nunca me hab�a sentido tan feliz en mi vida. Tan enamorada. Me parec�a incre�ble que una ni�a de 6 a�os pudiera provocar �stas emociones en una treintona. Hundo mi cara en la almohada, y comienzo a llorar. Las l�grimas salen en abundancia. Algunas l�grimas son de alegr�a, porque es la primera vez que me sent�a amada, y que yo amaba a alguien. L�grimas de felicidad porque nunca hab�a tenido un orgasmo tan intenso. L�grimas de miedo: �qu� pasar�a si alguien se da cuenta de lo nuestro?. L�grimas de culpa: �que tal si ella no sab�a lo que hac�amos y despu�s provoco un trauma en ella?. L�grimas de incertidumbre: �que ser�a de nosotras una vez terminaran las vacaciones? Es decir, ella era de ota ciudad, retirada de donde yo resid�a. Todo �sto me provocaba tantas emociones que llor� por casi media hora.

Me dorm� sin darme cuenta. Al despertarme, el despertador marcaba las 8:30. de prisa, me cambio, y bajo al comedor. Ya no hab�a tiempo de ba�arme, adem�s la alberca se encargar�a de eso no?.

En el comedor veo a una desvelada madre y a Mel desayunando. No puedo evitar sonrojarme al verla, y menos despu�s de lo de anoche. Ella alcanza a observarme y sonr�e, y luego de voltear a ver a su madre y a su alrededor, me env�a un beso con sus labios. Siento mi rostro encenderse intensamente, y titubeante, volteo a mi alrededor y tambi�n le env�o un beso. Ella comienza re�rse, al grado que su madre le pregunta si algo le pasaba, a lo que ella responde que nada, que vi� algo gracioso.

Tras desayunar, voy a la alberca. Hay s�lo otras dos personas a �sta hora. Me quito la ropa qued�ndo s�lo en mi bikini, y me dispongo a ponerme bloqueador. S�lo me faltaba la espalda, cuando en eso llega Mel.

- Hola, buenos d�as!

- hola princesita! Buenos d�as!

- te ayudo a ponerte crema en la espalda?

As�, comienza a untarme crema en la espalda, mientras estoy recostada. Creo que las otras personas no nos prestaban atenci�n, y si as� fuere, no hay nada extra�o en que, digamos, una sobrina le ponga bloqueador a su t�a. Las suaves y resbalosas manos de la ni�a se sent�an divino. Ella me platicaba sobre su madre, que lleg� en la ma�ana, poco despu�s de que me fu�. Al parecer no sospech� nada. Las manitas de mi musa se deslizaban por mi cintura y hombros, pero sent�a que se dirig�an en ocasiones hasta mis senos. En eso me dice:

- tambi�n te pongo ac� abajo?

Obvio se refer�a a mi trasero. Le digo que s� y comienza a untarme crema. Era excitante sentirla, sus t�midas manos toc�ndome me estaban excitando. En eso se detiene.

- Todo bien querida?

Le pregunto mientras volteo a verla. Ella, roja de la cara, me dice t�midamente:

- es que... me estoy sintiendo como anoche...

Resultaba obvio que la peque�a estaba excit�ndose con todo esto. Decid� jugar con ella un poco y le dije que era mi turno de ponerle bloqueador. As�, deslizaba mis lubricadas manos por todo su delicioso cuerpo infantil. De vez en vez rozaba con mis dedos su pecho o su vulva. Ambas est�bamos muy excitadas. Como la mujer mayor que soy, me toc� poner alto a esa situaci�n y controlarme un poco. La invito as� a acostarse en el camastro de junto.

Tras conversar un rato (me sorprend�a lo agradable que resultaba conversar con ella a�n a su joven edad), decidimos meternos al agua. Como ya hab�a m�s gente, nos abstuvimos de actos obscenos expl�citos. S�lo nadamos, jugamos, conversamos y nos relajamos. Tambi�n aprovech� para sacarle un mont�n de fotos a mi ni�a amante. Fotos, videos, fotos ella sola, las dos juntas, etc�tera. En mi mente me lament� por no haber llevado mi c�mara anoche, pero supuse que ser�a demasiado para la primera cita de amor.

No pod�a tener suficiente de ella. Me encantaba estar con ella. Salimos al snack bar a comer unas hamburguesas, y disfrutamos del paisaje. Me sent�a de maravilla junto a ella. Para mediod�a, est�bamos nuevamente en la alberca. Ella jugaba con varios ni�os de su edad. Me encantaba verla as�, es decir, despu�s de todo es una ni�a (aunque ya hayamos hecho cosas pervertidas), aunque he de admitir que de repente me daban celos cuando alg�n ni�o o ni�a le hablaba o tocaba jugando.

Finalmente, llega su madre busc�ndola para comer. Me inquiet� un poco cuando se sienta en el camastro junto al m�o (creo que era natural pues es all� donde estaban las cosas de Mel) y me saluda sonriente "buenos d�as". Me puse nerviosa, he de admitir, tanto que tir� mi limonada en el suelo. Mel sale al encuentro de su madre y tambi�n se desconcierta al vernos a las dos juntas. La madre comienza a cambiarla y se retiran a comer. En eso, Mel voltea y me dice adi�s con su manita. La madre observa eso y tambi�n se despide de m�. Suspiro.

En la comida no pude verla como es costumbre. Supuse que nuevamente estaba de paseo. Me sent�a triste en realidad, con muchas ganas de verla otra vez. Cada vez resultaba m�s evidente que me me estaba enamorando. De una mujer. De 6 a�os. En tan solo un par de d�as.

Mi tel�fono vibra al recibir un mensaje de Mel:

"hola mi mami me pregunt� por t�...

Sent� que la sangre se me bajaba a los pies, y mi boca se secaba, pero segu� leyendo:

... me pregunt� si te conoc�a y le dije que s� que eras mi amiga y que a veces platicabamos y jugabamos en la alberca porque estabas sola y mi mami me dijo que estaba bien, pero que no te molestara mucho y que estaba bien que tuviera amigas grandes. Pero yo no te molesto verdad Caro?"

Cautelosamente, le contesto:

"por supuesto que no princesa. Al contrario. Disfruto mucho estar contigo, tanto que ya te extra�o"

Poco despu�s suena otra vez mi tel�fono:

"yo tambi�n te extra�o mucho mi amor. Te amo"

Era casi bizarro lo que estaba sucediendo. Una peque�a ni�a dici�ndome palabras como esas. Pero me sent�a muy feliz. Comenc� a derramar l�grimas nuevamente. Decido ir al ba�o a tranquilizarme un poco, y luego ir a la playa a relajarme. Pero antes, le env�o mi respuesta:

"yo tambi�n te amo cari�o"

En el camastro, pensaba en muchas cosas. Como en qu� dir�a su madre si se le ocurre revisar su tel�fono y descubre nuestros mensajes, cosa que no quisiera que pasara, pero que a la vez me parec�a poco probable tomando en cuenta la inteligencia de la ni�a, evidenciada por su astucia al esconder las fotos prohibidas en otra tarjeta de memoria. En eso, se acerca una chica un tanto hippie, ofreci�ndome tatuajes temporales. "ser� divertido", pens�. Y decido hacerme uno en la espalda baja, en el coxis. La verdad, lo hice teniendo en mente a Mel, pens� que le parecer�a sexy.

Tras quitarme la arena y el agua salada, me cambio y mi habitaci�n y voy a cenar. Est� bastante tranquilo, quiz� porque a�n es temprano. En eso, veo llegar a Mel y a su madre, arreglada, con su tez blanca, su nariz respingadita y su contoneo al caminar. Para mi sorpresa, se dirigen hacia m�. Mi coraz�n casi sale de mi pecho al verlas sentarse en mi mesa; obviamente, por cortes�a, la madre pregunt� primero si pod�an hacerlo y, obviamente, por mis nervios y sorpresa, dije que s�.

Charlamos un rato las tres. Para mi sorpresa, Sara, como dijo llamarse la madre, result� ser una mujer bastante agradable, aunque algo ensimismada y un tanto despreocupada por su familia. Los nervios estaban al mil, pero me tranquilic� cuando por debajo de la mesa, siento que una manita toma mi mano. La estrecho fuertemente y as� estuvimos buen rato, hasta que suena el tel�fono de Sara, y �sta, despidi�ndose, nos deja, no sin antes encargarme a Mel y decirle que tras cenar fuera al cuarto o a ver el show del hotel si quer�a.

As�, terminamos Mel y yo de cenar de prisa. La noche era joven y decidimos pasear por la playa. Ah� corrimos un rato, jugamos, caminamos, siempre tomadas de las manos, con los dedos entrelazados. Ese detalle era importante para m�. Una amiga me dec�a que si alguien te tomaba de las manos de una manera normal, no significaba nada, pues as� se tomaban de las manos los padres e hijos, o los hermanos, o los amigos. Pero si ese alguien te tomaba la mano y entrelazaba sus dedos contigo, significaba que esa relaci�n era especial.

En la playa, nos detenemos, y nos miramos frente a frente. La cargo para que su rostro quede a mi altura. Ella se r�e, y me abraza por el cuello. No hab�a otra alma en la arena. A lo lejos se o�a la m�sica del show, donde estaba toda la gente. Las olas rompi�ndose en la costa ambientaban nuestro abrazo.

- te amo.

Me dice ella. Yo, embriagada de amor, y perdida por completo en su hermosa carita, la beso. Nos besamos apasionadamente, amorosamente. No quer�a que terminara nunca ese momento. Me sent�a plena. Me sent�a en el cielo.

Esa noche fue larga y triste. La madre de Mel nos alcanz� en el Lobby y tras agradecerme, se fueron a su habitaci�n. Yo me fui sola a la m�a. No pod�a dormir. Pensaba demasiado en ella. Abro el minibar y saco tres botellitas: una de tequila, una de brandy y otra de whisky. No acostumbro a beber, as� que eso bast� para ponerme ebria. Llor� desconsoladamente, extra�ando a mi ni�a. Me sent�a demasiado mareada, hasta que vomit� en un par de ocasiones, una en el pasillo camino al ba�o, y otra encima de la taza del ba�o. Tras baj�rseme un poco lo ebria, tardo un rato en limpiar mi desastre. Eran ya las 3 am cuando me acuesto y quedo dormida.

Tras ba�arme con agua fr�a, bajo al comedor. All� estaban Mel y su madre. Con una se�a, �sta me invita a un�rseles. Desconozco los motivos de la madre de Mel para invitarme. Quiz� le ca� bien, o le gust� como amiga de su hija, o s�lo quer�a una ni�era gratis. No era que me importara, lo importante era que pod�a estar con Mel.

Como ya era nuestra rutina, jugamos en la alberca buen rato. Luego su madre le llama para ir a cambiarse y a comer. Ya me hab�a resignado a no verla hasta la noche, pero cuando fui al snack bar fue grata mi sorpresa verla all�, con su madre y una gran hamburguesa. En eso, Mel me invita a sentar con ellas. Su ocupada madre nos deja solas tras recibir otra llamada. En eso Mel, que ya estaba sin su traje de ba�o y con un vestidito verde, muy fresco, me dice:

- Caro, quieres ver algo?

- s� claro, que es princesa?

La ni�a se pone entonces de pie, y tras un r�pido vistazo alrededor, se levanta la falda d�ndome un pantyshot... o as� ser�a si llevara puestas unas panties. Pero no. Me qued� literalmente babeando. Se sienta ri�ndo p�caramente. Me acerco a ella y le digo:

- voy al ba�o, encu�ntrame all� en 2 minutos

Ella abre sus ojitos llena de emoci�n, y asiente con la cabeza.

As�, voy al ba�o, tomo el destinado a los discapacitados, tambi�n me quito las panties quedando s�lo en mi falda blanca corta, y espero dos minutos. Los dos minutos m�s largos de mi vida.

Oigo que abren la puerta y mi coraz�n se estremece. Oigo unos pasitos de alguien buscando algo. Finalmente oigo que pregunta:

- Caro? D�nde est�s?

Abro la puerta del ba�o y me asomo invit�ndola a entrar.

Apenas cerr� con seguro la puerta, la abrazo y comienzo a besarla apasionadamente. Me siento en la taza y a ella la siento en mis piernas, frente a frente. Comienzo a acariciarle sus piernas y sus nalguitas, y con el dedo medio me atrevo a acariciarle su firme ano. La ni�a se estremeci� un poco pero no dijo nada, segu�a extasiada bes�ndome. Comenz� a acariciarle su vulva, la cual ya estaba mojada. Ella llev� su manita hacia mis genitales, y abre sus ojitos, sorprendida, cuando se da cuenta de que tampoco ten�a ya ropa interior.

Estuvimos as� un rato, masturb�ndonos mutuamente. Sus movimientos a�n eran torpes aunque ya menos. Yo segu�a sobando su delicioso cl�toris y sus jugos empapaban ya mi mano. Finalmente siento esa tensi�n en su cuerpo, y m�s n�ctar en mi mano. Ella muerde mi labio inferior al grado que me dol�a un poco, pero no me importaba, no quer�a interrumpir su orgasmo. Jadeando, recargada en mi pecho, me dice:

- ahora sigues t�!

Y comienza a besarme los pechos, a los cuales saca de las copas del sost�n y comienza a chuparlos. Con una mano me sobaba los senos y con la otra me segu�a masajeando mi vulva. En eso, creo yo que curiosa por lo que hice yo, siento que uno de sus dedos se desliza (mojado por mis jugos) hasta masajear mi ano, e intent� introducirlo ligeramente. Con eso tuve y dej� salir mi orgasmo mientras apagaba mis gritos de placer bes�ndo la boca de mi princesa.

Tras arreglarnos, salgo yo primero del ba�o y tras dos minutos, ella. Nos miramos, ri�ndonos p�caramente, y nos sentamos de nuevo en el bar, mientras tom�bamos un helado. La tarde transcurri� tranquila. Sara se llev� de paseo a Mel. Y yo me qued� extra��ndola. Lo del ba�o fue sumamente excitante para ambas. Ten�a tantas ganas de hacerla m�a de nuevo.

Por la noche, tras cenar con Sara y Mel, �sta y yo nos vamos a ver el show del hotel. Sara se fue a un festejo o a una junta, no s� (y la verdad no me importaba).

Estaba por comenzar el show, que esa noche iba a estar dedicado a los ni�os. El destino tiene un peculiar sentido del humor, ya que la tem�tica del show era ni m�s ni menos que las pel�culas de Disney. El ver a los ni�os emocionados (incluyendo a mi Mel) me hizo enternecer. Mel era multifac�tica: tierna novia, inocente ni�a, apasionada amante. En eso, sale el sketch de Frozen. Al ver a las dos hermanas en el escenario me hizo recordar las panties que Mel us� nuestra primera noche. Comenz� a excitarme. Mel me ve y creo que lo not�. Tras acabar el show, la ni�a me toma de la mano y me lleva al lobby. Junto al elevador, me dice:

- creo que en tu cuarto ser� mejor, pues mi mami puede llegar al m�o en cualquier momento, y si estoy contigo y llego m�s tarde, le puedo decir que est�bamos platicando.

Y as� nos dirijimos a mi cuarto.

El ruido de las olas ambientaba el sonido de nuestros besos apasionados. Est�bamos ya desnudas, sentadas frente a frente en la cama, bes�ndonos, acarici�ndo cada cent�metro de nuestros cuerpos. Decido que es tiempo de intentar algo nuevo. Le digo a Mel que se coloque encima de m�, mirando hacia mis pies. Emocionada, lo hace.

- As� podemos lamernos al mismo tiempo y disfrutar las dos a la vez

Le dije.

As�, mi ni�a se coloca en posici�n ofreci�ndome una maravillosa vista de su trasero. Ya estaba con su conchita toda h�meda, y pod�a observar plenamente su delicioso anito. Rosadito, estrechito, perfecto, tentador. Con lentitud me acerco a ella y coloco mi rostro entre sus nalguitas. Siento que ella se estremece un poco pero se relaja. Posteriormente siento que ella comienza a tocarme mi vulva con sus deditos, acarici�ndo mi cl�toris inflamado.

El tener mi cara en su trasero era incre�ble. Su aroma me embriagaba. Inhalaba profundamente mientras ten�a mis labios en su vulva y mi nariz en su ano. Comienzo a lamer sus infantiles genitales con suavidad. Me encantaba saborear sus jugos. En eso, siento que ella tambi�n comienza a lamerme, gimiendo de placer. Su curiosa lengua se introduc�a en mi vagina y estimulaba mi cl�toris, mientras saboreaba mis jugos. Yo estaba perdida lami�ndole sus nalguitas y su vulva. Luego de unos breves instantes, siento que viene mi primer orgasmo, el cual tengo, intenso, fuerte, mientras sumo mi rostro entre sus gl�teos. Me siento extraordinariamente mojada. La ni�a sigue lami�ndome, lo cual me excita en demas�a. Sigo lamiendo su vulva y poco despu�s siento que ella se tensa, y gime de placer. Su orgasmo hace que su anito se abra ligeramente, invit�ndome a disfrutar de �l. Y as� lo hago. Llena de lujuria, comienzo a lamer sus nalgas, su pliegue entre ambas, y finalmente, a besar y a lamer su ano.

Parece que ella realmente disfrutaba eso, pues mov�a sus caderas sensualmente. Con mis manos separaba sus nalgas y lam�a suavemente al principio, y luego m�s vigorosamente su ano. Era realmente delicioso. Mientras lo lam�a, cuando sent�a que se relajaba, arpovechaba para introducir ligeramente mi lengua en �l, adem�s, con mis dedos lo acariciaban e introduc�a de vez en vez la punta de mi dedo �ndice en su ano, el cual se sent�a incre�blemente estrecho y caliente. A�n sin que Mel me tocara (estaba demasiado ocupada disfrutando de lo que yo le hac�a) tuve otro orgasmo: el hacerle el amor a su ano me excitaba en demas�a. Finalmente, siento que Mel se moja mucho de su vaginita, y se tensa, gritando de placer. Su orgasmo fue intenso, y lo m�s interesante, fue un orgasmo anal.

La ni�a cae rendida encima de m�, y tras recuperar el aliento, me dice:

- Eso fue muy bonito Caro... te puedo hacer lo mismo yo?

- claro princesa, a mi tambi�n me gusta cuando me acarician mi anito.

Dici�ndo �sto, me pongo en cuatro patas, y le expongo totalmente mi trasero a Mel. Volteo a verla y la veo all�, sonriente, mordi�ndose el labio, se acerca a mi culo, mientras me dice:

- Me gusta tu tatuaje. No lo ten�as antes verdad?

Ya no recordaba que me hab�a hecho el tatuaje, pero me dio alegr�a que fuera del gusto de Mel

- No cari�o, me lo hice para t�... te excita?

Ella asiente con la cabeza. Se acerca a m� y comienza a acariciarme las nalgas, luego, a cada una le da un suave beso. Yo me sent�a chorreando. Comienza a besar m�s y m�s mis gl�teos, hasta que finalmente siento su carita en medio de mis nalgas, siento su respiraci�n agitada, y su ansiosa lengua recorrer mi ano. Era una sensaci�n incre�blemente pervertida y placentera. La ni�a logra introducir su lengua en mi ano, y luego uno de sus deditos, el cual entra por completo. Sigue lami�ndome el ano, cual gatito hambriento. Entonces, mi orgasmo me hace gritar un poco, y dejo caer boca abajo en la cama, respirando agitadamente. Mel se recuesta a mi lado y me besa apasionadamente en los labios. Nos quedamos abrazadas un rato, hasta que decido que ya es tarde. Nos vestimos y llevo a Mel a su habitaci�n.

Esa noche me acost� relajada en mi cama. A�n sent�a la leng�ita de Mel en mi ano, y a�n ten�a el sabor de ella en mi boca. Me siento muy feliz, pero de pronto, cual balde de agua fr�a, me percato de algo: ma�ana ser� mi �ltima noche en el hotel.

Mi felicidad empieza a ser desplazada por un sentimiento de tristeza, coraje y nostalgia. No s� que pasar� luego de ma�ana. No s� que pasar� despu�s de que Mel y yo nos separemos. No s� que sera mi vida despu�s de ella. Ya no me imagino sin verla. Ella es mucho m�s que ua aventura de verano, es la primera mujer de la que puedo decir con certeza, que realmente amo.

Pero, decid� dejar de preocuparme y empezar a ocuparme. Si ma�ana ser�a mi �ltimo d�a con ella, lo disfrutar�a al m�ximo.

Por la ma�ana, bajo a desayunar con Mel y su madre, como ya era costumbre. El destino, como ya dije, tiene un peculiar sentido del humor, pero adem�s, a veces nos pone las cosas en el camino y nos deja a nosotros decidir nuestro propia ruta. Sara me dice durante el desayuno:

- Caro, tengo que pedirte un enorme favor, no s� si quieras o puedas hacerlo

Sorprendida, le digo:

- Dime, si est� en mis manos ayudarte, as� lo har�.

- Bueno, ummm...

Se v� un poco titubeante. Me pregunto si ser� algo malo o bueno lo que me va a pedir. Acaso me va a pedir que deje en paz a Mel?

- ver�s, para festejar el cierre del contrato, organizamos una fiesta de toda la noche fuera del hotel... y como t� y Melanie parecen llevarse muy bien, me preguntaba si pod�as cuidar de ella durante la noche. Regresar�a ma�ana como a las nueve, pues nuestro vuelo sale a las tres.

Trato de disimular mi entusiasmo al aceptar. No as� Mel, quien est� visiblemente entusiasmada y contenta. Adem�s, mi vuelo sal�a a la 1, por lo que hab�a tiempo.

El resto del d�a transcurri� casi con normalidad: jugamos en la piscina, comimos en el restaurante y luego Mel y su madre fueron a su habitaci�n.

- te esperamos a las 9, de acuerdo?

Me dijo Sara. Como ser�a la �ltima noche con mi princesa, decid� que esa ser�a una de las noches m�s especiales para ella. Ped� servicio a la habitaci�n y decor� el cuarto y el jacuzzi, con flores, velas arom�ticas y p�talos sobre la cama. Adem�s, ped� comida para cenar �ntimamente, adem�s de una botella de vino. Finalmente, busco algo entre mis cosas, algo especial que no cre� usar: un peque�o y delgado dildo. Esa noche, quer�a quedar grabada en la memoria de Mel para siempre.

Esa noche, tomar�a su virginidad.

Ya casi es hora, y tras arreglarme y ponerme un lindo vestidito corto, voy por mi musa. Su madre me recibe y me deja con ella. Mel se ve hermosa, radiante, con su boquita coral, sus hermosos ojos, su naricita respingadita, sus colitas de caballo con mo�itos, su blusita blanca, su faldita corta escocesa, tableada. Sus medias blancas hasta el muslo. El delicioso aroma de shampoo de chicle de frutas de su cabello...

- Mel, vamos a mi cuarto. All� estaremos mejor.

Ella asiente, me toma de mi mano (entrelazando dedos por supuesto) y vamos a mi cuarto. Al llegar, le pido que espere un momento en el vest�bulo, mientras enciendo las velas, pongo la m�sica y sirvo la comida. Nos sentamos a comer lasa�a y vino tinto. Decid� que le dar�a a ella tambi�n algo de vino. Adem�s yo tambi�n beber�a s�lo un poco. Mi objetivo era relajarla y hacer de su p�rdida de la virginidad un evento menos ansioso y m�s placentero.

Ella bebi� su copa de vino, la cual llen� a la mitad. Se observaba muy relajada y se re�a con facilidad. Adem�s, no dejaba de acariciarme, tocarme los senos y el trasero. Yo me tom� una copa s�lamente, como dije, no suelo beber. Finalmente, ella viene hacia m�, y comienza a besarme apasionadamente. Yo la cargo y la arrojo en la cama. Ella me ve�a, sonriente, feliz. Creo que ella no se hab�a ca�do en la cuenta de que esa ser�a nuestra �ltima noche juntas. Su mirada de amor y ternura despert� mi lujuria.

Sin quitarle la ropa, la volteo y hago que se ponga boca abajo, con el rostro hacia abajo y el culito levantado. As�, decido ir por mi c�mara y tomar algunas fotos, pregunt�ndole antes si pod�a hacerlo. Ella acept� siempre y cuando yo tambi�n me dejara sacar algunas. Al verla empinadita, boca abajo, me acerco a su traserito, el cual mov�a de un lado a otro, como invit�ndome a probarlo. Comenz� a acariciar sus nalgas, suaves, delicadas, y a bes�rselas y lam�rselas. Me sent�a como un animal en celo, quiz� por el alcohol, no lo s�. Comienzo a bajarle sus bragas de algod�n, desliz�ndolas hasta medio muslo, dejando al descubierto su delicioso ano y su jugosa vulva. Tomo algunas fotos m�s, y procedo a acariciarla con mi lengua en todo su trasero. Comienzo con sus nalguitas, luego chupo y lamo vigorosamente su vulva y su cl�toris mientras masajeaba con mi dedo su ano, introduci�ndo un poco de mi dedo para sentir su estrechez. Comienzo a sentirla my h�meda, y mov�a mucho sus caderitas, deseosa de m�s. Comienzo a lamer su ano, el cual estaba ya dilatadito por mi dedo, y pude introducir mi lengua en �l un poco m�s. Me encantaba lam�rle el ano mientras sent�a sus nalgas en mi cara. Mi vagina estaba como grifo de agua abierto. Con mi mano la masturbo mientras le hac�a el rimjob de su vida. En eso, siento que est� por venirse y decido lamerle la vulvita. En eso, siento que se tensa, grita de placer y para mi sorpresa, llena mi boca de l�quido. Estaba eyaculando. �sta ni�a, a sus seis a�itos, era una squirter y yo estaba saboreando sus dulces jugos. Eso me excit� de sobremanera, y comenz� a masturbarme por encima de mis panties mientras ella recuperaba el aliento. Ella me observa haci�ndo �sto, y se acerca a m�, quita mi mano y la sustituye con la suya, mientras me besa el cuello y, tras sacarme un seno de la blusa, comienza a chuparme el pez�n. Me pide que me quite las panties y as� lo hago. Ella me dice que me empine al igual que ella y comienza a besarme el trasero y mis genitales, al tiempo que siento sus manitas en mi ano. Me sorprend� un poco cuando introdujo un par de dedos en mi ano, pero eso me excit� a�n m�s, y termin� empapando la carita de mi amada por la intensidad de mi orgasmo.

A�n quiero m�s de ella. Me volteo hacia mi princesa, la beso y le digo:

- Quieres intentar otra cosa? Algo que har� que las dos disfrutemos al mismo tiempo?

Mel asiente con su cabecita, entusiasmada. Entonces, le indico que se coloque semisentada, con las piernitas abiertas. A�n ten�amos puesta nuestra ropa, lo que lo hac�a especialmente excitante. Yo me coloco en posici�n similar, y acercando mi cuerpo al de ella, hago que nuestras vulvas se peguen una con la otra, d�ndonos un beso �ntimo. Era demasiado sexy el sentir su lampi�a vulva, escurriendo, ardiendo, pegar contra la m�a. Comienzo a mover mis caderas, frot�ndo nuestros genitales.

- Te gusta princesa?

La respuesta era obvia, ya que comenz� a lubricar m�s, a jadear y a contonear su pelvis.

- s� Caro... ah...ah... se siente... ah... muy, muy rico...

Tras frotarnos un poco, siento un nuevo e intenso orgasmo. El sentir mi cl�toris de adulta rozar el peque�o e infantil cl�toris de mi princesa era demasiado. Me vengo, escurriendo, chorreando n�ctar en abundancia. Pero contin�o a pesar de estar muy sensible tras mi orgasmo. Quiero que ella se venga otra vez. Tras un par de minutos, la siento demasiado h�meda, como si se hubiera hecho pis. La ni�a tiembla, estremeci�ndose de placer. Eso confirm� mi tesis de que mi peque�a princesa ya era una squirter a sus seis a�itos. Ambas nos recostamos en la cama, recuperando el aliento tras tan intensos orgasmos.

A�n jadeando, me levanto. Le pido que espere un poco mientras enciendo las velas y los inciensos en el ba�o. Luego, la tomo de la mano y la llevo conmigo. As�, nos desnudamos y nos metemos al jacuzzi a relajarnos. Pero no pas� mucho tiempo antes de que ella comenzara a acariciar mis senos y a besarlos y chuparlos. Comienzo a masturbarla nuevamente. Pasamos un buen rato dentro del agua. Me encantaba sentir su resbalosa piel contra la m�a. Besar su infantil boquita. No s� cuantos orgasmos tuvimos. Cinco, siete, diez... me sent�a en el cielo. En ese momento era claro que exist�a un Dios y uno de sus �ngeles estaba conmigo, am�ndome.

Tras salir del agua, vamos a la cama a seguir con nuestra pasi�n. En eso le digo:

- princesa, sabes que �sta va a ser nuestra �ltima noche juntas?

Ella abri� los ojos, d�ndose cuenta de ello.

- No te acordabas Mel?

- No. No s� por qu� cre� que estar�amos juntas siempre...

Casi lloro al o�r eso. Pero s�lo la bes�, y le dije:

- antes de que nos vayamos a casa, quiero hacer algo muy especial contigo.

Tomo el dildo rosado de mi bolso. Ella lo mira con curiosidad.

- Sabes qu� es ser virgen princesa?

Le pregunto. Ella, t�midamente me responde:

- pues creo que es cuando una mujer lo hace con un hombre y �ste mete su... cosa en... la cosa de ella.

Sonriendo, le digo:

- as� es princesa. �sta noche tan especial quiero que hagamos algo muy especial: quiero quitarte tu virginidad

Ella me mira, extra�ada, pensativa. Finalmente pregunta:

- pero... c�mo? T� tambi�n eres mujer!

Entonces le muestro nuevamente el dildo.

- con �sto princesa. Quiero que �sta noche sea inolvidable.

Le presto el aparato, y lo analiza.

- Duele?

Le contesto honestamente:

- un poco al principio. Pero ese dildo es muy delgadito y ser� muy cuidadosa princesa. A lo mejor sangras un poquito pero nada m�s un poquito. Luego te va a gustar c�mo se siente cuando tienes el dildo adentro y una mujer lo mueve para que disfrutes. Si no quieres, no lo haremos. Pero me gustar�a hacerlo porque significar�a mucho para m�, y t� tendr�s un inolvidable recuerdo m�o.

A�n no se ve�a muy convencida. En eso se me ocurre algo. Mientras la beso, le pregunto:

- quieres meterme el dildo a m� primero?

Ella asiente entusiasmada. As�, me acuesto, y de digo c�mo hacerlo. Ella se pone entre mis piernas, me da unos besitos tiernos en mis muslos y vulva que hacen que me lubrique mucho. Toma el dildo y lo mete poco a poco en mi vagina. Por lo delgadito del mismo, entra muy f�cilmente. Me estremezco un poco y gimo de placer.

- Te duele Caro?

- no coraz�n, al contrario, se siente muy rico...

La ni�a lo introduce a�n m�s:

- ahora s�calo y m�telo varias veces, r�tmicamente princesa... s�, as�...

Elevo la cabeza para mirarla. Se ve muy entrada en lo que hace. Mira fijamente c�mo el dildo me penetra. Mordi�ndose el labio comienza a hacerlo m�s r�pidamente. Finalmente, me retuerzo en la cama y tengo otro orgasmo.

Ella se acuesta encima de m�, me besa y me dice:

- yo tambi�n quiero intentarlo!

La recuesto. Separo sus piernitas. Primero debo excitarla, as� que comienzo a lamerle la vulva y el cl�toris. Tras llevarla casi al l�mite, tomo el dildo, a�n empapado de mis fluidos, y lo coloco en su introito vaginal.

- si te duele dime y me detengo princesa.

Ella asiente. Comienzo a introducirlo, muy despacio. Su virginal vagina est� sumamente estrecha, y a�n con ese delgado dildo, batallo un poco para introducirlo. Mir�ndola siempre para ver si le duele, finalmente logro introducirlo lo suficiente y as� rompo la resistencia de su himen, entonces el dildo entra un poco m�s. La ni�a cerr� sus ojitos en expresi�n de dolor.

- te doli� mi amor?

- s�lo un poquito, como un torz�n chiquito. Pero ya no me duele tanto... ahora siento raro, siento rico...

Saco el dildo un poco. Lo observo con un poquito de sangrado. No mucho, supongo que lo peque�o de su himen hizo que el sangrado fuera escaso. Lo introduzco de nuevo, y luego lo saco otra vez. Cada vez era m�s sencillo el hacerlo, y era obvio que Mel lo estaba disfrutando. En eso, me dice:

- ah� viene Caro, otra vez...

Fue un hermoso espect�culo el ver su orgasmo. Saco el dildo, mientras ella segu�a jadeando con los ojos cerrados. Observo el dildo, lleno de sus jugos, con un poquit�n de sangre. No s� por qu�, lo chup�, saboreando sus fluidos. Lejos de repugnarme, me hizo sentir m�s cerca de ella. Nos recostamos, abrazadas. Ella durmi� primero, o eso cre�, pues cuando comenz� a llorar pensando en el d�a de ma�ana, ella me dice:

- No llores Caro, vas a ver que vamos a estar juntas.

Creo que en su infantil imaginaci�n ella daba por hecho de que �bamos a seguir juntas por siempre. Le doy un beso en la cabecita. Ella se voltea para verme y me dice las m�s maravillosas palabras que he o�do:

- Caro... quieres ser mi novia?

Con l�grimas en los ojos, sonriendo como nunca en mi vida, y cubri�ndole su carita de besos, le doy la �nica respuesta que podr�a darle:

- claro que s� princesa. S� quiero ser tu novia!

La noche se pas� muy r�pido. M�s r�pido de lo que hubiera querido. El despertador son� y me apresuro a despertar a mi joven novia. Novia. S�. Ya �ramos novias, si bien ese d�a nos separar�amos contra nuestra voluntad.

Ya en su habitaci�n (la cual destend� para aparentar que es all� donde hab�amos dormido), lleg� su madre a eso de las 9. Me di� las gracias, me desped� de Mel, y part� a mi habitaci�n a empacar. El autob�s al aeropuerto pasar�a por mi a las 10 y media, as� que me d� prisa.

En el lobby, suspir� mientras esperaba el autob�s. Ni siquiera pude darle un abrazo o beso de despedida a Mel. Ya son las 10:30. Ya no falta mucho para irme y alejarme de ella, quiz� para siempre. En eso suena mi tel�fono. Es un mensaje. Emocionada, lo veo. Era Mel:

"no te vayas a ir todav�a. Vamos en camino a despedirte"

Poco despu�s veo que del elevador sale corriendo Mel, seguida por su madre. Llegan conmigo. Su madre es la primera en hablar:

- Lo siento, Melanie insisti� en venir a despedirte. Le dije que a lo mejor no era prudente pero ella casi me rog�.

- no es molestia, al contrario, me da mucho gusto que mi princesa halla venido a despedirme.

En eso, el autob�s viene a lo lejos. Ya casi es hora.

- Caro... gracias por todo. Cuidate mucho, te voy a extra�ar much�simo...

Me dice la peque�a, llorando a moco tendido. Con un nudo terrible en la garganta, y con los ojos ya con l�grimas, me agacho y la abrazo fuertemente. Ella hace lo mismo. Su madre nos observa a unos pasos, pero no me importa. Me despego de ella, la abrazo de su cabezita y nos pegamos las frentes, quedando nuestros rostros a s�lo unos cent�metros de separaci�n.

- Nunca te olvidar� Mel. Cuidate mucho princesa. Yo tambi�n te voy a extra�ar.

El autob�s se detiene. Es hora de abordar.

Sab�a que no deb�a hacerlo. Sab�a que pod�a haber gente mirando. Sab�a que pod�a meterme en problemas serios. Sab�a que su madre estaba vi�ndonos de cerca. Pero nada me import�. Acerqu� mi rostro al de ella y le d� un suave, breve y tierno beso en los labios. Ella sonr�e, feliz. Volteo a ver a su madre, quien sorprendentemente no dijo nada. S�lo nos miraba, sonriente, tiernamente. El chofer guarda mis maletas, y subo al autob�s, despidi�ndome a trav�s de la ventanilla de ese �ngel que cambi� mi vida.

El vuelo fue breve, con escala en la capital. Mientras me dirig�a a la sala de espera a tomar el otro avi�n, son� mi tel�fono. Un mensaje, de Mel:

"te amo. Siempre siempre siempre te amar� y siempre siempre siempre vas a ser mi novia. Te amo Caro"

En ese momento, con mis sentimientos a flor de piel, rompo a llorar. Me import� un comino que la sala de espera estuviera llena. Llor� como nunca. Alguna gente me ve�a extra�ada. Otros me ve�an tristemente. Al subir al avi�n, segu�a llorando. La sobrecargo, una guapa y sexy rubia con un cuerpo de reloj de arena y peinado alto, me pregunt� si todo estaba bien. Le dije que s�. No s� bien porqu�, pero se acerc� a m�, y me abraz� con dulzura. Comenz� a llorar en su hombro. La sobrecargo me acariciaba la cabeza, consol�ndome, y pacientemente esper� a que me calmara antes de llevarme a mi asiento.

En la casa y oficina, la gente notaba algo diferente en m�. Si bien me notaban como en las nubes, cual adolescente enamorada, me observaban muy triste. Pasaron varios d�as y no sab�a nada de Mel. Quiz� ella ya se olvid� de m�. Pens� en llamarla, pero ten�a miedo de que las cosas se malentendieran (o en este caso, se entendieran a la perfecci�n) con su madre. Algunas compa�eras me preguntaban qu� pasaba, otras s�lo murmuraban que era mal de amores. Las menos allegadas dec�an que segu�a sin superar lo de Dora.

Eran finales de junio, y recibo una llamada a mi celular. Un n�mero for�neo que no conoc�a. No acostumbro a contestar esas llamadas por aquello de las extorsiones y asuntos similares. Pero volvieron a llamar otras 3 veces. Finalmente contesto:

- Caro? Gracias a Dios que contestas!

- eh, qui�n llama, perd�n?

- soy Sara, la madre de Melanie, de la playa, si te acuerdas verdad?

Cielos, era la madre de Mel. C�mo consigui� mi n�mero? Para qu� me llamaba? Acaso vi� las fotos o los mensajes del tel�fono de Mel? Hablaba para reclamarme? O para decirme que ya me hab�a denunciado? Mi coraz�n lat�a a mil por hora.

- s... s�, recuerdo... c�mo conseguiste mi n�mero?

- no fu� f�cil, tuve que ver el celular de Mel. Ten�a un n�mero guardado como Caro Playa, y supuse que eras t�.

- y en qu� te puedo servir Sara?

- bueno, no s� si Melanie te ha llamado o no, pero est� muy triste sabes? A veces no quiere comer y a veces llora de la nada. Cuando le pregunto me dice que no tiene nada, pero la he visto varias veces mirando fotos de la playa, sobre todo una donde est�s con ella en la alberca.

- ya veo...

- creo que te extra�a mucho Caro. Sabes, el cumplea�os de Mel es el pr�ximo d�a 27...

Es verdad. Mi novia est� por cumplir 7 a�os. Me enoj� conmigo misma por no haberlo recordado.

- ... y ella me pidi� algo especial de regalo. Me dijo que de regalo quer�a verte otra vez, as� que pens� en que si no estabas muy ocupada te vinieras ese d�a a la fiesta...

En realidad, esas fechas ten�a mucho trabajo, pero no me importaba. Tom� un avi�n para llegar a su fiesta, pero se retras� el vuelo y llegar�a m�s tarde. Le avis� de �sto a Sara, y le ped� que no dijera nada a Mel, para sorprenderla.

Durante el vuelo vino a mi mente el momento en que Mel y yo nos despedimos. Su madre no dijo nada sobre el beso. Quiz� pens� que �ramos muy grandes amigas, y cari�osas una con la otra. O quiz� era de mente abierta. Pero nada importaba. Iba a ver a Mel y eso me hac�a sentir feliz.

El taxi me deja frente a una hermosa casa, muy grande. Es ya casi media noche. Llamo a la puerta y me recibe Sara. Me saluda de beso en la mejilla y me lleva a la sala, mientras me dice que le da mucho gusto que haya ido, pues Mel se iba a poner muy contenta.

Sara llama a su hija. �sta baja por la escalera hacia la sala, donde yo estaba. Se ve�a preciosa con un vestido muy llamativo y un peinado perfecto.

- qu� pasa mami?

- Melanie, mira quien vino a felicitarte!

En eso, mi novia me ve. Abre sus ojos, los cuales comienzar a dejar salir abundantes l�grimas, al igual que los m�os. Me pongo de pie, y abro mis brazos para recibir a mi princesa, quien viene corriendo hacia m�. La abrazo con fuerza. Las dos estamos llorando. Incluso Sara llora de emoci�n. Mel me dice lo mucho que me extra�o, y lo mucho que le hac�a falta. Sobra decir que ese sentimento era totalmente compartido por m�. Realmente necesitaba estar con mi princesa.

EP�LOGO

El d�a siguiente a su cumplea�os Mel y yo salimos a comer y al cine, ya como novias oficiales (aunque a�n a escondidas). Tras eso regres� a mi ciudad. Mel y yo seguimos en contacto telef�nico, pero yo necesitaba estar con ella. Decid� aventurarme y abrir una sucursal de nuestro negocio en su ciudad. Ante mi sorpresa fue una excelente decisi�n, pues los clientes se multiplicaron. Pero lo m�s importante era que estaba m�s cerca de Mel. De hecho, la oficina estaba a unos pasos de su colegio. A veces yo iba por ella cuando Sara estaba muy ocupada, y se quedaba conmigo en la oficina. Hasta acondicion� un cuarto con una cama y m�s cosas para que fuera nuestro nido de amor. Sigo amando a Mel m�s que nunca, y el sexo sigue siendo incre�ble. Ella me dice que cuando cumpla 18 se va a casar conmigo. Eso ser�a realmente hermoso.

No s� que nos depare el destino, pero una cosa es segura, yo luchar� por estar siempre junto al amor de mi vida: esa dulce princesa que quer�a unos panties usados como regalo de cumplea�os.

FIN.