Naruto Uzumaki estaba saltando en los tejados de la villa. Normalmente esto significaba que el muchacho rubio estaba planeando una travesura, como pintar los rostros de los Hokages. Pero esta vez era por buenos motivos. Naruto estaba intentando comprar un regalo para sorprender a Sakura y conseguir una cita en navidad, razón por la cual él busco misiones para hacer en solitario y conseguir el dinero para eso. Ahora mismo él tenía una misión para llevar la alegría de la navidad a un hogar. Básicamente el trabajo es llegar al tejado de la casa sin ser detectado, disfrazarse de Santa, bajar por la chimenea para sorprender a un pequeño y entregarle un regalo. La idea en sí conmovió a Naruto hasta las lágrimas por lo que él no dudó en aceptar el trabajo. El ninja rubio cargaba un saco con todas las cosas necesarias para el trabajo, un disfraz de Santa, una barba, una almohada para aparentar un estómago grande y un regalo envuelto listo para entregar al pequeño en cuestión. Naruto siguió el mapa que venía con la información del trabajo y llegó al tejado de la casa. “Wow. Es una casa bastante grande, no hay cuestión de que ellos puedan costear cosas así.” El rubio dijo viendo el terreno, es como si perteneciera a un clan. Naruto dejó eso de lado y empezó a cambiarse. Si, él estaba literalmente desnudándose en el tejado en medio de una ligera nevada. El ninja rubio pensó que era mejor para no lucir sospechoso saltando por los techos disfrazado. Como si lucir como un pervertido en calzoncillos de rana fuera mejor. Él ni siquiera pensó en usar un jutsu de transformación en lugar de un disfraz. Naruto terminó de vestirse como Santa y ató la barba cubriendo la mitad de su rostro. Él luce como un Santa desaliñado y su estómago es extraño. “Perfecto, nadie me reconocerá. Hora de entrar…” Naruto salta a la chimenea sin pensar. Hubiera sido mejor revisar antes, porque el fuego acaba de ser encendido para calentar la habitación en cuestión. “Gaaahhhh! Caliente! Quema! Quema!” Naruto grita y se apresura a salir de la chimenea antes de quemarse los pies seriamente. El ninja tropieza y cae de cara al suelo, quejándose por el dolor y por casi cocinarse como un malvavisco. “Qué tonto encendio el fuego!?” “... Qué demonios haces en mi casa?” Dijo la persona que encendió el fuego viendo al intruso en el suelo. “Woof Woof!” Esa voz y ladridos son inconfundibles. Naruto se gira apoyándose en su trasero y manos. “Kiba!?” Él estaba sorprendido al ver al ninja canino. “Qué haces en este lugar!?” “Esta es mi casa!!” Kiba grito más molesto todavía. Naruto parpadeó un par de veces. “Oh… sabía que el camino se me hacía familiar.” “Deja de hablar contigo mismo y dime qué rayos haces colándote en mi casa luciendo un ridículo traje!” Kiba estaba perdiendo la poca paciencia que él tiene. Naruto se sentó con las piernas cruzadas. “Es por una misión, supongo que estoy aquí por tu hermano menor o algo así.” El ninja rubio también estaba confundido. El ninja canino cruza sus brazos luciendo impaciente. “No tengo hermanos menores. Habla claro o pateare tu trasero hasta la aldea de la arena.” “Mira, es esto.” El rubio sacó la hoja con la información de la misión y se la entregó a Kiba. Él empezó a leer, con su rostro volviéndose cada vez más rojo. Kiba suspiró molesto y rasca su cabeza. “En serio eres un idiota, mira el nombre del cliente, es mi madre!” Eso no ayudó a Naruto a entender. “Ehh!? Pero por qué ella pidió algo como esto!?” Kiba desvía la mirada luciendo avergonzado. “Es una estúpida tradición. Ella siempre hacía que alguien se disfrazara para entregarme un regalo en cada navidad.” Él explico sintiendose bastante tonto por tener que hacerlo. Naruto sonríe de manera burlona. “Hahaha! Osea que eres un cachorro pequeño? Que tierno! También debo ayudarte a ir a la cama después de darte el regalo?” Él se burló. Kiba volvió a estar increíblemente molesto con el intruso. “Vamos Akamaru!” “Woof! Woof!” El cachorro ninja gruñe compartiendo la ira de su dueño. La casa se llenó con el sonido de golpes, mordiscos, gritos y lloros de parte de Naruto. Cualquiera que pasara cerca pensaría que había una lucha intensa o algo así. “Y no regreses!!” Kiba golpeó a Naruto con tanta fuerza que el ninja rubio atravesó el techo y salió volando como el team rocket. Naruto Uzumaki vuela por el encima de la villa, todo golpeado, con solo trozos maltratados de su traje y unos calzoncillos de rana, los cuales se volvieron amarillos. Kiba se sienta en la sala, suspirando y luciendo bastante molesto por lo sucedido. “Gahhh! Ya soy muy mayor para estas tonterías!” Él grita molesto. Kiba estaba solo en casa, así que no tendría problemas por hacer eso. “Warf! Warf!” Akamaru arrastra un saco desde la otra habitación. Era el saco donde Naruto tenía el regalo que él debía entregar a Kiba. “Woof.” El cachorro rasca el saco con su pata. Kiba mira con los ojos entrecerrados durante algunos momentos. Un regalo sigue siendo un regalo. “Bien, al menos puedo ver de que se trata.” Él dijo y buscó dentro. El ninja canino saca un paquete envuelto en un brillante papel rojo con un lazo verde, hay una tarjeta con huellas de perro. Kiba suspiró molesto y procedió a desgarrar el envoltorio. La cara del ninja se volvió más roja que nunca al ver que su obsequio eran unas cobijas de Paw Patrol y un paquete de calzoncillos con la misma temática. Y se suponía que él debería haber abierto el regalo delante de Naruto!? “MAMÁAAHHHHHHHH!!!” Kiba gritó avergonzado y molesto.