Hugo entró en la sala de estar donde se encontraba la chimenea y donde se encontraban sus hermanos. El pato vestido de rojo estaba con un lápiz y una libreta en mano. “Muy bien chicos, debemos enviar nuestras cartas a Santa. Ya tienen todo hecho?” Luis estaba acostado en el sofá leyendo un comic. “Si, si, está por allá.” Él señala con el pie a una caja de cartón a un lado. Hugo arquea una ceja y abre la caja para ver el contenido. Él se sorprendió al ver una larga lista de cosas pedidas a Santa. El pato rojo voltea a ver al menor de sus hermanos con los ojos entrecerrados. “Es en serio?” Luis no aparta la vista de su cómic mientras responde. “Hemos ayudado a Santa a salvar la navidad el año pasado y también salvamos al mundo. No creo que yo esté pidiendo mucho.” Hugo suspira y pellizca el espacio entre sus ojos en un intento de no perder la paciencia. “Yo tengo mi carta lista!” Pablo salta desde detrás del sofá con un sobre rojo en mano. El pato azul se acerca emocionado a su hermano mayor. “Quieres revisar para buscar faltas de ortografía o caligrafía?” Él ofrece el sobre a Hugo. Hugo sonríe al ver la disposición de su hermano. “Suena bien, estas cartas son importantes y deben estar bien escritas.” Él toma el sobre y saca la carta para leerla. “Querido Santa, como regalo de este año me gustaría un… calzon chino?” Hugo estaba confundido. Pablo ya estaba detrás de Hugo y metió las manos en sus pantalones. “Concedido!” El pato azul jala dándole un gran wedgie a su hermano mayor. “Gahhh! Calzon chino!” Hugo gritó cuando fue obligado a ponerse de puntillas en un intento de aliviar el dolor en el trasero. “Suéltame!” “Qué sucede? Te preocupa que tus calzones de animalitos del bosque se estiren?” Pablo pregunta mientras hace rebotar a su hermano en el wedgie. Hugo grita con cada rebote mientras su rostro se vuelve cada vez más rojo. Entonces hubo un flash iluminando su rostro. “Es en serio!?” Él exclama. Luis estaba con su teléfono tomando fotografías. “Hey, las fotos de nerds recibiendo un calzon chino se venden bien por internet.” El pato verde se levanta de su asiento y se aproxima a sus hermanos. “Ahora un acercamiento, quiero captar el nombre bordado en la cintura.” “Sabes que tenemos que hacerlo para no mezclar nuestra ropa interior!” Hugo intentó defenderse a pesar de su situación. “Asegúrate de tomar mi lado bueno!” Pablo dijo soltando una mano y haciendo una pose para la cámara. “Y no olvides mi otro lado bueno?” Él dijo haciendo otra pose. “No olvides de su lado vulnerable!” Hugo dijo elevando una pierna, balanceándose hacia atrás y clavando su pie en la entrepierna del hermano del medio. Hubo el sonido de vidrio roto. Pablo dejó ir la ropa interior de su hermano. Él permaneció con sus pupilas encogidas y una expresión de dolor. “...GWAAAAHHHHH!” Pablo gritó con una voz aguda para luego caer al suelo sujetando su entrepierna. Hugo saca la ropa interior de su trasero y la acomoda antes de ver a su hermano. “Bueno, tu carta decía que quieres un calzon chino, pues deja a tu hermano mayor cumplir tu deseo… pero primero.” El pato rojo sujeta las piernas de los pantalones del pato azul y jala quitando los pantalones por completo. Pablo continuaba sujetándose a sí mismo, pero su rostro se volvió rojo cuando el aire golpeó sus piernas ahora desnudas. “Nooo…” El murmuro con una voz chillona, muy consciente de lo que se está exhibiendo. El pato azul lleva unos adorables calzoncillos de color lavanda, con dibujos de Hello Kitty y su nombre escrito con marcador en la cintura blanca. “Hahaha! Y te burlas de mi ropa interior?” Hugo dijo, sintiéndose bien al demostrar que él no usa la ropa interior más vergonzosa. “Ahora, dónde estábamos?” Él dijo tomando un fuerte agarre en la cintura de la ropa interior para luego jalar con fuerza. “CALZON CHINOOOOOO!!” Pablo dio un grito que pondría celoso a un cantante de ópera. El trasero del pato azul se eleva y es rebotado repetidamente haciendo que él soltara chillidos indignantes. Que Luis estuviera inmortalizando esto con su teléfono no ayudó. Hugo se lució delante de la cámara, propinándole a su hermano una gran variedad de diferentes calzones. La ropa interior de Pablo se estiraba más y más, calzándose en el trasero de Pablo. Es sorprendente que esos underoos no se hubieran desgarrado. Al final Pablo estaba atrapado en una bola gigante hecha por su ropa interior. El pato azul solo puede mover sus manos y pies para rodar de un lado a otro. Hugo sacude sus manos con una sonrisa de satisfacción. “Espero que no vuelvas a olvidar quien es el hermano mayor aquí!” Él dijo llevando ambos puños a su cintura e inflando el pecho con orgullo de haber puesto a Pablo en su lugar. “Lindo.” Luis comentó después de detener la grabación. “ Hugo voltea a ver al hermano más pequeño. “Que bueno que pienses eso, porque tu eres el siguiente!” Luis se asusta y sale corriendo, siendo perseguido por su hermano mayor. “Vuelve aquí! Debes cambiar esa lista y agregar ropa interior nueva!”