"No! No! No!" "Si! Si! Si!" "No! No! No! No!" "Si! Si! Si! Si!" Champa y Tigre estaban gritándose el uno al otro. Es curioso como alguien con el título de dios puede llegar a ser tan infantil. "No te debo nada! Deja de molestar!" Champa gritó molesto. "Tu fuiste el que destruyo mi casa! Y la montaña donde mi casa estaba! Ahora haste responsable!" Tigre gritó de regreso. Después de que la celebración se acabara, Champa quería irse en cuanto Vados terminara de empacar la carne que se llevarían. Pero Tigre se acercó y exigió al dios de la destrucción que se encargará de conseguirle un nuevo hogar. Lejos de reconocer su equivocación el felino púrpura dijo que ese no es su problema ni su responsabilidad. Dando inicio a una infantil discusión de "Es tu culpa. No, no es mi culpa". "Mostré mi gran poder a todos! Deberían estar agradecidos que destruir una montaña y no esta ciudad!" Champa exclamó dando pisotones. Tigre salta a una mesa para alcanzar le y jalar sus mejillas. "Nosotros no tenemos la culpa de que tus pantalones no sean capaces de contener tu enorme trasero!" El felino púrpura hacía lo mismo hacia el joven tigre. "Qué dijiste enano!? Como te atreves a faltarme el respeto!?" Vados estaba sentada cerca de ellos, disfrutando de un té aromático. "Champa-sama. Sus pantalones no se caerían si hiciera más ejercicio y comiera de forma más saludable." Champa se giró hacia su asistente, con Tigre sujetándole las orejas. "No necesito dietas! Son los pantalones los que son pequeños!" "Comparados con tu estomago y tu trasero incluso los planetas son pequeños!" El joven felino exclamó jalando de las orejas de la deidad. "Arrrrg! Pequeña bola de pelos! Te desintegrare junto a tu planeta!" Champa amenazó. "Champa-sama, recuerde que hizo un acuerdo. Nada de destruir el planeta hasta que termine el juego de 3 en línea." Vados dijo cubriendo su boca para ocultar su sonrisa. "Ya lo sé!" Champa dijo tomando a Tigre y lanzandolo hacia una mesa. El joven felino se las arregló para caer de pie. "Si quieres un nuevo hogar, pidelo a los habitantes de este planeta." El felino rayado hizo una mueca de disgusto. "En serio piensas huir de tu responsabilidad? Qué clase de dios eres si ni siquiera puedes darme un hogar." "Maldito mocoso..." El felino más grande gruño. "Calma, calma." Vados decidió intervenir en el problema. "Realmente, eso no es algo que el Champa-sama pueda conceder, como un dios de la destrucción él tiene el poder de destruir, no crear." "Insisto en que suena más como un demonio." Tigre murmuró. "No sé nada sobre cómo dividen a los dioses. Solo sé que él es quien destruyo mi casa y ahora necesito un lugar para vivir." "No puedes vivir en el pueblo?" Ella cuestionó. "No..." El pequeño felino desvió la mirada y se sentó con las piernas cruzadas. "... la gente tiene miedo de aquellos con ojos rojos, especialmente de mí porque causaba explosiones cuando me ponía enfermo." "Bueno, eso no sucederá de nuevo ahora que sabes cómo expulsar el ki." Vados dijo con una sonrisa complaciente, orgullosa de sí misma y del pequeño felino por completar el entrenamiento básico tan rápido. Las orejas del joven felino se aplanan. "Creo que eso fue peor, el miedo del anterior líder aumentó cuando nos vio en la habitación esa vez. Y el rayo que usted disparó por la ventana asustó a mucha gente de la ciudad." Él suspira. "Creo que ahora ellos tienen miedo de que yo haga como esa." "Te faltan miles de años para llegar a mis talones." Champa dijo mientras toma asiento, luciendo molesto. "Entonces pretendes que yo salga y los amenace para construirte una casa? Bueno, es lo suficientemente fácil." "Eso confirmaria y aumentaría los temores de los ciudadanos." Vados señaló haciendo al dios gruñir en frustración. Los ciudadanos, guiados por el miedo, intentaron matar a Champa y Vados, pero Tigre fue incluido debido a que se volvió alguien aproximado a ellos. La idea de un nuevo intento de ataque no era descabellada. "Entonces tengo otra idea." El dios dijo con una sonrisa. "Arrojare a Tigre a una luna y él podrá vivir allí sin que nadie lo moleste!" Tigre mira molesto al dios. "Me sujetare a la cintura de tu ropa interior, me preguntó si llegaras a la luna conmigo." Champa hizo una mueca de disgusto, él sigue molesto y avergonzado por los calzones chinos y nalgadas que él recibió durante la celebración de la salvación del planeta. "No recomiendo llevar a alguien a otro planeta, algunos seres pueden ser hostiles con seres de otros planetas." Vados intervino. Tigre parpadea un par de veces mientras piensa. "Así es la gente en sus planetas?" Él preguntó con auténtica curiosidad. El dios sonríe de forma arrogante. "No, pues no hay nadie. Como dios de la destrucción, tengo mi propio planeta en donde vivir cuando no estoy atendiendo a mis deberes." Su sonrisa se hizo más grande. "Un hogar enorme, lleno de lujos con los que los mortales sólo podrían soñar en ver y-" "Entonces llévame allí." Tigre le interrumpió de repente. "... NI HABLAR!!" Champa gritó luciendo bastante molesto. "Por qué? Si es tan grande como dices, entonces no debería ser un problema." El felino rayado luego mira entre Vados y Champa. "Huh... no me digan que ustedes..." "Tigre, saca esa idea de tu cabeza." Vados dijo seriamente a pesar de mantener un rostro calmado. "En cuanto a tu idea. No crees que irte de tu planeta es un poco exagerado?" "No realmente." El joven tigre mira hacia el horizonte. "No tengo familia, la gente de la ciudad cree en la maldición de los ojos rojos así que no les agrado tampoco. Me cuesta creer que extrañare algo en este lugar que no encuentre en otros planetas." Él respondió sinceramente. A pesar de ser su planeta natal, Tigre no tiene mucha conexión con él. Aunque la destrucción de todo tampoco es la respuesta. Pero además de ello, esta cierta curiosidad y deseo de explorar. Quizás sea algo en la naturaleza del felino, pero la idea de ir a otros planetas es fascinante... ... Además, Tigre se ha estado divirtiendo como nunca desde que se encontró con el dios y el ángel. Incluso con el mal genio de Champa, estar juntos un poco más es algo que el joven tigre también quiere, incluso si no lo admitirá. "Tampoco es algo aconsejable." La asistente dijo. "El planeta es muy diferente de aquí." Eso capto la atención de Tigre. "Como es de diferente? Tiene plantas extrañas y animales de apariencia rara?" "Je. El mundo de un dios no es un lugar para los mortales. Es más, tu ni siquiera..." Una idea se formo en cabeza del felino purpura, luego una sonrisa empezo a crecer en su rostro. "Claro que, ir a echar un vistazo no hace daño." "Champa-sama?" Vados estaba confundida por ese cambio de actitud. "Qué tal este trato?" El dios se aproximó al felino. "Si puedes pasar una semana en mi planeta, puedes quedarte. Pero si no puedes hacerlo, destruiré este planeta." "No puedes aceptar que perdiste sin acabar el juego?" Tigre sospecha que Champa tiene segundas intenciones, pero él tampoco demostró ser muy inteligente. "Hmm... Tu no puedes echarme ni hacer nada para que yo me vaya antes?" "Serás un invitado." La deidad dijo con una cara calmada. "Es un honor que casi nadie ha tenido." Tigre mira a Champa con ojos entrecerrados. "Puedes ponerlo todo en un papel?" "No crees en la palabra de un dios!?" El gran felino dijo sintiéndose ofendido por la falta de confianza del mortal. "Solo confía en las cosas escritas, porque las palabras se las lleva el aire." Tigre respondió. "Es lo que el viejo conejo comerciante le grita a los que hacen promesas de pagar." El dios se veía frustrado. "Grrr! Vados!" "Ya estoy escribiendo el contrato." Ella dijo, adelantándose a los planes del dios, incluso si ella no los conoce por completo. En unos minutos Vados había terminado de redactar un nuevo contrato, bastante más amplio y detallado. Quizás demasiado para la ocasión. "No hacía falta que te esmeraras tanto." Champa dijo viendo lo que eran al menos 10 páginas. "De nuevo en el lenguaje de los dioses." Tigre se quejó al ser incapaz de leer lo que está escrito. Champa sonrió, esto podría servir a su favor más adelante. "Vados es excelente en su trabajo, así que no hay razón para dudar." Él tomó la pluma y firmó. "Si pretenden que firme de esa forma, tendrán que enseñarme cómo escribir 'Tigre' para hacerlo." El felino rayado dijo, aun sin estar contento con esto. El dios agitó su mano con desdén. "Solo firma como sea, no es que importe mucho." Tigre miró mal a Champa y luego firmó. Vados sonrió y recogió el contrato. "Como la testigo, yo guardaré esto." Ella usó sus poderes para colocar eso en la joya de su báculo. El joven felino seguía sorprendido al ver los poderes del ángel. "Qué tanto puede guardar en... cualquier cosa que eso sea?" Vados llevó un dedo a sus labios. "Eso es un secreto." "Je." Champa sonrió para sí mismo, confiado de que esta vez él sería el ganador y eliminaría este planeta que le causó tanta humillación. "Tienes algo para llevar o podemos irnos de una vez?" Tigre se molestó bastante con esa pregunta, saltando de la mesa al suelo. "No, porque destruiste mi casa!" Luego él lanzó un golpe. Él realmente no esperaba golpear al dios, después de la demostración de velocidad de antes. Solo que Champa no estaba prestando atención. Él tampoco esperaba un golpe en la entrepierna! "GIIIIIIH!!" Champa bajo sus manos y luego cayó de rodillas con una expresión de dolor en el rostro. "Qué!? Por qué no esquivaste el golpe!? Y como es que te dolió tanto si eres un dios poderoso!?" Tigre exclamó bastante sorprendido. “Hay lugares que no se pueden fortalecer con ningún entrenamiento." Vados respondió, incluso ella está sorprendida del descuido del gran felino. "... Voy a... matarte..." Champa dijo con su voz una octava más aguda de lo normal. Después de que Champa se recuperó de su... ligero descuido, ellos estaban listos para partir. "Humm..." Tigre se veía algo inseguro. "Esta es la forma en que ustedes viajan siempre?" El joven felino encuentra extraño el sentarse y poner la mano en la espalda del felino purpura como forma de viajar. "Solo observa y mantén tus garras retraídas." Champa dijo molesto. "Solo dejen me lo todo a mí." Vados dijo con una sonrisa. Después de decir esas palabras, luces empezaron a rodear los, haciéndose cada más intensas hasta que la luz les rodeó por completo en una esfera dorada que salió disparada hacia el cielo a una velocidad incalculable, dejando solo un cráter atrás. "GAAAHHHHH!!" Tigre se gritó ante esta situación tan inesperada, saltando sobre la espalda de Champa y sujetándose a él con toda la fuerza que tiene y enterrando sus garras. "YIIIEEEK! Te dije que guardaras tus garras!!" El gran felino purpura gritó con lágrimas formándose en sus ojos. "Donde estamos!?" El felino rayado ignoró los gritos. Él está más preocupado por solo ver un brillo blanco rodeando todo con destellos negros ocacionales. "Bueno, la mejor respuesta a esa pregunta es, en el espacio." Vados se ríe ligeramente. "Ahora mismo nos estoy llevando a todos a través del universo a una velocidad que supera a la luz." "Eso es sorprendente y aterrador!" Tigre dijo con una mezcla de emoción y pavor. "Si no dejas de clavar tus garras en mi te arrojare y te convertirás en polvo espacial!!" Champa amenazó. "GAAAAHHHH!!" Lo que causó el efecto opuesto, ahora el tigre se aferra más a él para evitar eso. "Vados! Quita a este mocoso y sus garras de mi!" "Ahora no puedo intervenir, aguante un poco, Champa-sama." El ángel le dijo, concentrándose en llevarlos a su destino. --- Lo bueno es que con la alta velocidad el viaje fue relativamente corto. "Estamos aquí, el planeta del Dios de la destrucción del universo 6." Vasos empieza a disminuir la velocidad. Tigre pudo tener una vista panorámica del planeta. "Eso es un planeta?" El joven felino se sorprendió al ver una pirámide invertida con plataformas flotando. Un extenso bosque, enormes lagos, largos caminos y un árbol gigante con una construcción que recuerda un castillo. "Míralo bien, porque te irás antes de que termine el día." Champa dijo con una sonrisa maliciosa. La esfera de luz donde ellos viajan aterrizó suavemente, desapareciendo con el suave contacto con el planeta como si fuera una burbuja de jabón. "GAHHH!" El tigre cae al suelo con fuerza. "Qué… sucede…" El joven felino siente su cuerpo pesado, incapaz de moverse y difícil respirar. "Oh cielos." A pesar de sus palabras, Vasos no cambió de expresión. "Wahahahaha!" Champa empezó a reírse al ver al felino rayado en el suelo. "En verdad creías que un mortal podría venir al planeta de un dios como si nada?" "Qué… hiciste…" A Tigre le costaba hablar. "Yo no hice nada." El felino purpura dijo con una sonrisa dentuda. Vados se agachó para hacer contacto visual con el joven felino. "Lo que sucede es que la gravedad del planeta es mayor, por eso es que tu cuerpo se siente pesado." "Por qué… a ustedes… no… les afecta…" "Estamos acostumbrados a los cambios de gravedad." Ella respondió con una sonrisa ligera. "Un simple mortal como tu, que apenas ha conocido el ki y físicamente sin desarrollar, no será capaz de moverse por aquí." Champa dijo con una sonrisa arrogante. Luego para decir de forma sombría. "Será mejor que te des por vencido y aceptes tu destino y el de tu planeta." "... Me… niego…" "Qué?" El dios puso un rostro de disgusto al escuchar esa respuesta. "Tal vez no te diste cuenta, pero no eres apto para quedarte en este lugar." Él cruza sus brazos. "No hay ningún lugar en este planeta donde puedas estar!" "De hecho, hay un lugar." Vados intervino con una sonrisa. "Qué!?" El dios gritó sorprendido. "Vuelvo en un minuto." La asistente dijo y se marchó volando. "Vados! Regresa aquí! No interfieras con mí plan!" Champa grito molestó. Se suponía que la estancia de Tigre sería imposible y que él ganaría la apuesta. "Gordo… idiota." El felino rayado dijo forzando una sonrisa. Un aura maligna envolvió al dios y sus ojos brillaban con maldad. "Creo que has olvidado que estás indefenso contra mí… permíteme recordarte lo…" El dios dijo acercándose al tigre. Tigre empezó a dudar. Sin la señorita Vados, nada detendrá a Champa. --- "Champa-sama, qué le hizo a nuestro invitado?" "Yo? Yo no he hecho nada." Él respondió haciéndose el tonto y desviando la mirada. Ella miró a Tigre, quién tenía la cara pintada con tinta. Bigotes, cejas, lentes, espirales en las mejillas y un ojo en la frente. El felino tiene un rostro tenso y algo molesto por la travesuras infantil. "En unos momentos podrás lavarte." El ángel dijo tomando al joven felino de su playera. Tigre se sorprendió al ser levantado por Vados sin esfuerzo alguno. Él sabe que ella es muy hábil, pero su fuerza física no se asemeja a su apariencia. Él se sorprendió más cuando le arrojaron repentinamente. "Gah…" Lo que debía ser un gritó de sorpresa salió como un jadeó. Tigre sintió que atravesaba agua y luego cayó en algo duro y liso. "Por qué hizo eso?" El felino dijo sentándose viendo a Vados, notando un momento más tarde que él es capaz de moverse y respirar con normalidad. "El cubo es una área que permite viajar entre universos y genera una gravedad apropiada para cualquiera en su interior." Vados explicó con una sonrisa. "Cubo?" Tigre estudió el lugar dónde se encuentra. El cubo es bastante amplio y traslúcido. Sin embargo el felino no puede evitar sentirse confinado, salir de allí significa caer y ser incapaz de levantarse. Si hubiera que darle un nombre a esto, jaula invertida sería bastante próximo. "No tenías porque traerlo hasta aquí." Champa dijo entre dientes. "Él está apunto de irse." "Señor, no debería tratar de esa forma a sus invitados." Luego de eso la asistente se acercó al cubo e hizo aparecer un recipiente con agua junto con una toalla. "Puedes lavar tu rostro." "Muchas gracias, por todo esto." Tigre dijo con una reverencia y procedió a limpiar la tinta de su cara. "Él no es un invitado! Es un invasor!" Champa le dijo a su asistenta. "Pero usted mismo lo dijo." Vados giró su cetro y la joya emitió un brillo. Una proyección del momento en que se propuso el trato, dónde Champa dijo y cito: "Serás un invitado. Es un honor que casi nadie ha tenido." El dios tuvo que tragarse sus palabras. Vados terminó la proyección. "Además, también está en el contrato que firmaron." "El mismo contrato que yo no puedo leer y que el Champa-san no se molestó en leer?" Tigre preguntó mientras seca su rostro. Su pelaje vuelve a estar inmaculado. "Si fuera posible, quisiera saber todo lo que está escrito allí." "Mhpm. Tengo mejores cosas por hacer que leer eso." El dios de la destrucción dijo y se fue volando hacia el castillo, con el plan de revisar el refrigerador y comer algo. Tigre observa al dios irse al castillo. "No es un lugar demasiado grande para solo 2 personas." "Si, pero disfrutamos del espacio y las instalaciones espaciosas." Vados respondió con una sonrisa para luego sacar el contrato. "Entonces, leeré el contrato para ti." Ella luego saco unos bocadillos y bebidas para ambos. "Muchas gracias por su tiempo." El felino se sentó en el interior del cubo mientras que Vados se sentó en una silla junto a una mesa. "Ehh? En qué momento aparecieron esos muebles?" Vados se ríe ligeramente. "Cosas del hogar, supongo." El ángel y el tigre pasaron las siguientes horas charlando, no solo del contrato, Vados explico como Champa es el dios de la destrucción del universo 6, la existencia de los 12 universos y como cada uno tiene un dios de la destrucción. Tigre no entendía para que sirve un dios que destruye cosas, especialmente planetas enteros por capricho. Pero él decidió no discutirlo. Tigre se acostó en el suelo del cubo, mirando a las lunas en el cielo. Aunque la vista de varias lunas es hermosa, la mente del felino estaba en lo que había aprendido. "Diferentes tipos de dioses y varios universos... solo que tan grande es todo?" "Mucho más de lo que las personas pueden imaginar." Vados respondió para luego beber un té azul. Tigre movió sus ojos para ver al ángel. "..." Él volvió a ver el cielo. “Supongo que no importa mucho. Tendré que irme después de una semana.” Él dijo pensando en asegurar la supervivencia del planeta. "Ohh? Creí que planeabas quedarte." Vados dijo observando al felino. Tigre se sentó, con sus orejas bajas. "Preferiría vivir en el bosque que estar limitado en un cubo. Sin ofender." Vados se ríe. "Sería preocupante que eligieras algo así. Pero eso tampoco quiere decir que tengas que irte." Las orejas del felino se elevan con interés. "No? Pero Champa-san tiene razón, aunque odio admitirlo. No puedo ir por el planeta libremente... Usted enseñara a conducir esta cosa?" Tigre empezó a imaginarse teniendo que ir a todas partes en el cubo, fue bastante ridículo en realidad. "Hahahaha. Eso sería gracioso." Vados dijo con una pequeña risa leyendo los pensamientos del joven felino. "Pero no me referia a eso." Tigre inclina la cabeza confundido. "Es cierto que es extremadamente raro que alguien venga aquí, pero es posible. Algunos están acostumbrados al nivel de la gravedad pero otros son capaces de sobreponerse con fuerza." --- "Muy bien, allí está." Champa dice con una sonrisa. El dios de la destrucción no estaba de humor para soportar a Tigre y él también estaba molesto con Vados por ayudar al joven felino. En medio de devorar algo que parecía carne de un dinosaurio, la deidad tuvo una idea, ir a vengarse mientras Tigre y Vados están ocupados hablando. Así que Champa salió del planeta. Puede que él no sea tan rápido como su asistenta, pero él fácilmente puede viajar a otros planetas en minutos. En este caso, el planeta Zon. El dios atravesó la atmósfera, notando que es de noche en el planeta Zon. Champa voló de forma sutil hasta la cima de un edificio, viendo a los pocos habitantes del planeta Zon que recorren los caminos hacia sus hogares o actividades nocturnas. "Seres insignificantes." Champa dijo con disgusto, recordando como muchos se rieron de él. Pero hubo 3 que le molestaron y humillaron especialmente. Obviamente Tigre es uno de ellos, pero por el contrato que Vados escribió y el trato original, no puede acabar con él. Por lo que él desahogar sus frustraciones con los otros 2. Champa exhala y cierra los ojos para concentrarse. El mundo de oscuridad pronto se iluminó casi en su totalidad al percibir el ki de los ciudadanos del lugar. No importa si está cerca o incluso en el bosque fuera de la ciudad, el dios puede sentir todos y cada uno de los ki con claridad y distinguirlos. Esto solo es una mínima parte de sus capacidades. Puede que muchas veces no lo parezca, pero Champa ES el poderoso dios de la destrucción del universo 6. "Que bien, ellos están juntos." La deidad sonrió con malicia. --- En una cabaña a las afueras del bosque se encontraban 2 hombres. El primero es un león de pelaje dorado con una melena roja, vestido con unos pantalones de cuero y chaleco abierto acentuando su cuerpo musculoso. El otro es un lagarto de escamas verdes brillantes, con suaves escamas amarillas en la zona del estomago y de cuerpo esbelto, vestido con un colorido atuendo tradicional para danzas, consiste en un short amarillo y azul de colores vivos y un collar con un patron de triangulos de los mismos colores con una pequeña joya de ambar. "Estas completamente seguro, Leonidas?" El lagarto preguntó al dueño de la cabaña. "Completamente. Te lo digo, Creg, vi como el niño maldito se fue con esos sujetos." El león dijo con una gran sonrisa reclinándose en su asiento. "Los estuve espiando después de la celebración, por si ellos hacían algo, entonces una esfera de luz los rodeó y ellos se fueron más allá de los cielos." El lagarto sonríe. "Primero el vejestorio renuncia al puesto de líder y ahora puedes usar esta gran noticia para levantar los ánimos de las personas." "Poniéndome en su lado bueno al mismo tiempo que me postulo para el siguiente líder." Leonidas se inclina hacia adelante. "Espero contar con tu apoyo y hablar bien de mi a los demás bailarines. Ustedes y sus danzas de fuego son tan populares, eso sería un gran apoyo." "Hehehehe. Bueno... siempre podemos llegar a un acuerdo..." Creg dijo de una forma coqueta hacia el fornido león. "... incluso si eso lleva toda la noche." Antes de que el león pudiera responder al coqueteo del lagarto, la puerta de la cabaña salió volando del marco y se estrelló contra la pared opuesta rompiéndose en pedazos. Ambos hombres jadean, no por lo que sucedió con la puerta si no por quien estaba en el umbral. "Buenas noches, mortales desgraciados." El dios de la destrucción saludo con una sonrisa. Leonidas salió de su estado de impresión primero, levantándose de su asiento. "Qué estás haciendo aquí? Se supone que no puedes destruir nuestro mundo ni dañar a los habitantes!" "Ohh, no vengo para exterminar su patético mundo, aunque eso está en mi lista de pendientes." Champa dijo entrando en la cabaña. Creg retrocedió, él es un bailarín, no un guerrero. Aunque eso no importa si se trata de enfrentarse a un dios. "A qué has venido entonces?" "No es obvio?" Champa dijo elevando una mano hacia ambos hombres frente a él. Entonces su rostro cambió a una expresión siniestra. "Ustedes se atrevieron a avergonzarme. Ese es un pecado que no quedará sin castigo." Ambos hombres tragaron saliva audiblemente. "Hakai." Un brillos rodeo a Leonidas y Creg. Ambos pensando que serían destruidos al igual que la montaña. Grande fue su sorpresa al ver que solo sus ropas se desintegraron convirtiéndose en pequeñas chispas de luz flotantes y se desvaneció. Leonidas se quedó solo con un boxer rojo con cintura negra. Mientras que Creg, para sorpresa de los otros, lleva unas bragas blancas con flores rojas. El lagarto fue asaltado por la vergüenza e intentó cubrirse con sus manos y cola. "Qué significa esto!?" "Aunque me encantaría acabar con sus miserables existencias, he dado mi palabra como dios de no hacerlo. Sin embargo, eso no significa que no pueda devolverles lo que me hicieron, pero peor." Champa entonces desapareció y apareció detrás de ellos tomando la cintura de la ropa interior de ambos. "No hablas en serio." Leonidas dijo con su rostro volviéndose rojo por adelantado. "Mal día para usar mi par favorito..." Creg dijo aceptando su destino, aunque el rojo en sus mejillas siguió apareciendo. "Esto les enseñara cual es su lugar." Champa dijo con una voz fría para luego jalar de la ropa interior de ambos elevándolos en el aire. "GAAAHHHHHH!" Leonidas no pudo evitar gritar cuando su trasero fue quemado por su boxers. "YEEEEEEEEEK!" Creg, por otra parte, lanzó un chillido femenino y curvó su cuerpo sujetando su entrepierna intentando aminorar el dolor. Él no lo estaba consiguiendo. Desde el punto de vista de Champa los calzon chino de ambos lucen muy diferentes. El león tiene su trasero cubierto casi completamente por la resistente tela mientras que el lagarto tiene las bragas profundamente metidas entre las nalgas dejando ver la tierna carne redonda. Cielos, muchas mujeres quisieran tener un trasero como ese. "Bien, supongo que esto servirá como 'entrenamiento', como tanto dice Vados." El dios se elevó. Él fue seguido por sus víctimas cuyos pies también abandonaron el suelo y colgaron. El peso de sus cuerpos empeoró los calzon chinos. Champa sonríe y eleva su brazo izquierdo donde sostiene las bragas del lagarto, quien se quejó vergonzosamente. Champa le bajó y luego levantó al león, quien gruñó apretando sus dientes intentando conservar algo de su dignidad. Arriba y abajo, arriba y abajo una y otra vez como si los mortales solo fueran un par de pesas el dios hizo algo de ejercicio ligero. Él disfrutaba de los quejidos de sus víctimas, rompiendo su orgullo con cada movimiento. De esta manera incluso él se motivaría para hacer ejercicio. "Esto es tu culpa." Creg dijo, para bien o para mal, él se estaba acostumbrado al movimiento y dolor en el trasero, lo suficiente para hablar sin chillar. "Qué? Yo qué hice?" El león cuestionó sorprendido por tal acusación. "Tu le bajaste los pantalones y empezaste a darle el calzon chino en la fiesta.!" El lagarto le recordó. "Creí que no habría represalias!" El león exclamó como si eso fuera un justificante. "En verdad pensaste que podías burlarte de un dios y salirte con la tuya?" Champa hablo fríamente. El felino púrpura permitió que los pies del lagarto volvieran al suelo. Creg se sintió aliviado pensando que su castigo había terminado. "YIIIIIK!!" Eso hizo que sus bragas siendo estiradas otra vez dolieran más, estirándose un pie por encima de su cabeza. "No! No de nuevo!" Las bragas fueron colocadas por encima de su cabeza y aseguradas en su barbilla completando un calzon chino atómico. Similares a los que él solía recibir en su juventud. "Por qué a él lo dejas ir?" Leonidas preguntó viendo a su amigo caer al suelo de rodillas sujetando su entrepierna. "Pensándolo mejor..." "Dejaré a esa lagartija por ahora. Tu necesitas castigo adicional por tu atrevimiento." Champa proclamó mientras vuela hacia el hueco donde estaba la puerta. "Iremos a dar un paseo." Él se voltea a ver al lagarto. "No te atrevas a irte ni retirar tus bragas o tu castigo será peor!" "Yee seno!" La voz de Creg sonó amortiguada y asustada. "Qué piensas hacerme?" El león preguntó nervioso. Champa sonríe. "Solo ir a dar un pequeño paseo." El dios de la destrucción salió volando a alta velocidad, surcando el cielo llevando colgado al mortal de su ropa interior. "WAHHHHH! MUY ALTO! MUY ALTO!" Leonidas nunca había estado en nada más alto que un árbol, por lo que estar a varios metros lejos del suelo, solo con sus boxers evitando que él cayera, fue una experiencia aterradora. "MÁS BAJO! VOLEMOS MÁS BAJO!" Champa cumplió con esa solicitud, volando más cerca de la tierra, por encima de los árboles haciendo que Leonidas golpeara las copas y ramas. Fueron 5 minutos, pero para el león pareció mucho más. Su trasero nunca se recupera del calzon chino, que sus boxers resistieron debió ser un milagro o una maldición. Leonidas estaba hecho un desastre con ramas y hojas en su melena arruinada. Champa regresó a la cabaña, dejando caer a Leonidas en el suelo. El león adulto tenía la cara en el suelo y el culo elevado con sus boxers tan estirados que podrían ser usados como una soga. Junto a él está su amigo lagarto, todavía atrapado con sus bragas estiradas en el calzon chino atómico. "Antes de irme, me gustaría escuchar algo de música." El dios dijo en voz alta. Los mortales no entendieron a que es lo que él se refería. Hasta que sus traseros recibieron una fuerte nalgada que les hizo aullar al unísono. "Que bueno que tengo unos grandes tambores aquí." Champa dijo agitando sus manos en anticipación para luego desatar una lluvia de nalgadas sobre sus víctimas. La cabaña se llenó de aullidos y el sonido de la tierna carne siendo abofeteada mientras el dios hace un solo de traseros como nunca se vio en el planeta Zon. Leonidas y Creg tendrán problemas para sentarse durante el resto de la semana. --- Champa regresó a su planeta con una sonrisa de satisfacción en el rostro. "Ahh~ Me siento mucho mejor~ Eso resultó más divertido de lo que esperaba~" El dios de la destrucción entró por la parte trasera del castillo y se marchó directamente hacia la cocina. Champa regocio una gran jarra de algo que parecia ser una limonada de color rojo, bebiendolo todo de una vez. "Champa-sama?" Vados entró en la cocina. "Puedo saber a dónde se fue?" El ángel había buscado por el dios antes y se disgustó al ver que él se marchó sin decir nada. Por supuesto que un dios de la destrucción puede ir por su cuenta, pero la verdad es que no son los más confiables de los seres de los 12 universos. "Solo fui a dar un paseo." Champa rodó los ojos. "Incluso hice un poco de ejercicio." "Oh! Fantástico!" Vados dijo con una sonrisa. "Es bueno ver que quiere entrenar, así que quizás quiera un compañero." El felino púrpura parpadea confundido. Vados llevó a Champa fuera, hasta el lugar donde está el cubo. Tigre todavía se encuentra allí, solo que esta vez él está haciendo flexiones y hay unas cuantas herramientas de entrenamiento cerca. "Qué significa esto?" El felino más grande preguntó confundido por lo que él estaba viendo. "La señorita Vados… dijo que si me… hago más fuerte… seré capaz de… moverme por el… planeta libremente… así que debo… entrenar." Tigre respondió sin dejar de hacer flexiones. "Qué!?" El dios jadeo. "Vados! En qué estabas pensando!?" Su buen humor desapareció. La asistente no dejó de sonreír. "Creí que ayudaría a nuestro invitado. Además, ahora usted tiene un compañero para hacer ejercicio." Champa gruño y se giró para ver al felino rayado de nuevo. "Y tu! Tienes alguna idea de cuanto tiempo te tomara eso!?" "No tengo idea… La señorita Vados… dijo que… dependería… de mi esfuerzo… trabajo y dedicación." Él respondió. Sería mucho más fácil rendirse y esperar a que la semana transcurriera para volver a Zon con seguridad. Pero regresar a esa vida, donde la gente le tendría miedo y vivir solo, no se compara a la oportunidad que el felino rayado tiene aquí. "Grrr. No lo acepto! No participare! No! No! No!" Champa protesta infantilmente. "Largo! No quiero saber más de cualquier cosa de tu planeta! Shu! Shu!" Tigre se detuvo y miró molesto. "Te molesta ver a alguien capaz de levantar su estomago del suelo!?" "Qué dijiste!?" "Además de gordinflón eres sordo!" "No me hagas entrar allí!" "Intentalo! No creo que tu gran trasero pueda entrar!" "Como te atreves a hablarme asÍ!" Ambos felinos continuaron gritando entre ellos en otra disputa infantil. "Tigre, no dejes de entrenar." Vados le recordó al felino rayado. Ella estaba feliz de ver a ambos con tanta energía y llenos de ánimo. Luego un pensamiento cruzó su mente y llevó un dedo a su mejilla con una expresión pensativa. "Quizás sería bueno buscar un nombre, llamarte Tigre suena a especismo. Cual podría ser un buen nombre?"