Liontari paseaba por Silvano, patrullando. La vida como oficial de policía en Silvano y Pedrópolis puede ser bastante emocionante, considerando que no necesitas usar tus armas. Es solo que todo el mundo es tan pobre que no hay amenazas reales. Los bandidos tienen que realizar asaltos con cuchillos, que se pueden quitar fácilmente de la muñeca del usuario. Todo parecia estar bien… Hasta que Liontari escuchó un sollozo proveniente de un callejón. Se acercó y vio… Paranhos, llorando. Liontari ya estaba familiarizado con Paranhos, como estaba familiarizado con muchos otros cachorros. - ¿Para? - preguntó. Paranhos miró a Liontari. El canino estaba agachado en el suelo. Paranhos se secó la cara pero no se levantó. Volvió a mirar al suelo. Liontari suspiró y se agachó junto a Paranhos. - ¿"Bullying"? - preguntó Liontari. - Sí… - respondió Paranhos. - Odio cuando me llaman gay. - Pero, Paranhos... Ser gay no es el fin del mundo en primer lugar ... - Pero yo no soy. - Quiero llegar al punto en el que solo se burlen de ti porque te ofendes, así que pensé que sería más fácil para ti aguantar estas bromas si no veías la homosexualidad como algo malo, incluso si no eres gay. - Lo sé... - dijo Paranhos, bajando un poco más las orejas. - Es más fácil decirlo que hacerlo. Liontari suspiró y acarició el pelaje de Paranhos. - Viene, vamos a comer algo - dijo Liontari. - Pero me verán - dijo Paranhos. - ¿Y si te ven? ¿Se burlarán de ti conmigo cerca de ti? No saben de lo que es capaz este león. Paranhos se pone de pie y Liontari segura Paranhos en su pata. Al perro le gustaba estar con Liontari porque lo respetaba. Además, por mucho que Paranhos tratara de evitarlo, Liontari le agradaba incluso emocionalmente. La pata de Liontari estaba segura y fuerte. Paranhos suspira, queriendo apoyarse en Liontari, pero eligiendo simplemente segurar su pata. Ellos van a una cafetería. Liontari presiona el timbre del mostrador. Loop aparece detrás del mostrador. - ¡Opa! - dijo Loop. - Que tú… Loop ve a Paranhos de la mano de Liontari. - Liontari… ¿es Parahos tuyo, um… “YF”? - preguntó Loop. - No sé de qué estás hablando... - dijo Liontari. - Liontari ... te quedas ahí, jugando con el destino, sabes que no deberías... - Amigo, deja de viajar - dijo Liontari, cortando Loop. - Dame dos raciones de patatas fritas, ¿okay? Loop suspira y comienza a preparar la comida. Loop es profesor de profesión, pero el dinero de este trabajo no es suficiente para vivir. Con eso, necesita hacer otros servicios. Cocinero es uno de ellos, asesorar psicológicamente a Liontari es otro. Después de que terminan de comer, Liontari acaricia la oreja de Paranhos, haciendo que el perro finalmente sonríe. - ¿Quieres ir al cine? - pregunta Liontari. - Tengo dinero de sobra, Yure y Severo están en la escuela ... - Está bien - dijo Paranhos, sonriendo más. Para Paranhos, era casi como si él y Liontari tuvieran una cita. Él se soltó cada vez más, porque se sentía seguro con Liontari. Loop, sin embargo, instó a Liontari a "no ir demasiado lejos", lo que Paranhos no entendió. Ellos se levantan, Liontari paga las patatas y se van. De camino al cine, Marcus ve a Paranhos y Liontari. - ¡Opa, Paranhos! - dice Marcus acercándose. Paranhos no cree que Marcus sea una mala compañía, ya que Marcus es el más sensible de los amigos de Paranhos. Todavía se burla de la voz de Paranhos, pero mucho menos, ya que entiende que le duele al perrito. Liontari le ofrece a Marcus una entrada y los tres entran al cine para ver las tonterías que a Paranhos le gustaría ver. Aunque Marcus, Paranhos y Liontari bebieron mucho refresco, Paranhos bebió más que los otros dos. Al final de la película, Paranhos estaba a punto de orinar. - Liontari - dijo Paranhos. -, Tengo que ir al baño… - Puedes ir - dijo Liontari. - Te espero fuera del cine. Por mucho que Liontari quisiera, pensó que era mejor no llevar a Paranhos al baño. La última vez que Liontari llevó a un cachorro al baño, tuvo que adoptar al pequeño... Paranhos corrió buscando el baño, mientras su pene ya estaba erecto por la pata que lo sostenía y lo masajeaba, no por deseo, sino para no derramar nada. Entró al baño y encontró a… ¡Miguel! El dragón se acercó a Paranhos y dijo: - Mira, ¿el maricón entró en el baño equivocado? - Deja me en paz, Miguel - dijo Paranhos. - Solo vine a orinar y me voy. Miguel se quedó frente a Paranhos, sin dejarlo avanzar. - Este no es tu baño. O lo haces en el baño adecuado o no lo haces - amenazó Miguel. Paranhos no tuvo tiempo. Salió del baño y se dirigió al otro, seguido de Miguel. Paranhos sintió que unas gotitas huían y le humedecían la ropa interior… Paranho miró a Miguel, que lo miraba para ver si lo hacía. Paranhos no pudo ir. - Déjame entrar al baño de hombres, por favor - pedió Paranhos, comenzando a llorar. - Está bien - dijo Miguel. Paranhos luego entra al baño de hombres, pero justo cuando estaba entrando, Miguel puso su cola en Paranhos para lo hacer tropezar. Tropezando, Paranhos cayó al suelo y se orinó en los pantalones. Miguel se rió y salió del baño. Fuera del cine, Paranhos se dirige a Liontari, que lo está esperando. Paranhos estaba llorando, bajándose la camisa, tratando, sin éxito, de tapar el pipí que había hecho en sus pantalones cortos. Liontari va hacia el cachorro y lo abraza. Paranhos comienza a llorar en voz alta. Liontari mira a su alrededor. - Oye, tómatelo con calma, estás llamando la atención ... - dice el león. - Miguel… - dice Paranhos. - ¡No me dejó entrar al baño y me derribó! Liontari suspira. Él sabe exactamente por qué lo hicieron. Liontari se quitó el abrigo y lo ató alrededor de la cintura de Paranhos. Marcus también estaba triste de ver a Paranhos en ese estado. Marcus también se burló de la voz y los modales de Paranhos algunas veces, pero nunca hasta el punto de hacerlo llorar. Esa escena hizo que Marcus reconsiderara... - Puedo darte una muda de ropa, Para - dijo Liontari. - Gracias… - dijo Paranhos. Liontari agarra la pata de Paranhos nuevamente, calmando inmediatamente al cachorro. Paranhos quería apoyarse en Liontari, pero Marcus estaba cerca y Paranhos estaba avergonzado. Marcus notó que el trasero de Paranhos también estaba mojado, por lo que se quedó detrás de Paranhos para evitar que se avergonzara más, mientras que el abrigo de Liontari cubría el frente del cachorro. Una vez en la casa de Liontari, Marcus se despide. Liontari toma una de sus camisetas y se la da a Paranhos. - Toma, ponte esto ... - dice Liontari. - Puedes usar el baño para cambiarte. Habiendo terminado de cambiarse, Paranhos va a la sala de estar, donde vio a Mist dibujar en el suelo. Después de un tiempo, Liontari llega para hablar con Paranhos. Liontari viene con un pañal en la pata. - Acuéstate, amigo - dijo Liontari. -; conoce las reglas. Paranhos se acostó en el sofá y Liontari le puso un pañal al cachorro. Paranhos se sienta y habla: - Odio eso… - Me imagino, amigo - dijo Liontari, inmediatamente sabiendo de lo que estaba hablando Paranhos. - Pero madurarás y aprenderás a lidiar con estos idiotas. Eres inteligente, fuerte y sensible... Solo necesitas aprender a ser duro también y luchar para defenderte. - Hablar es fácil… - dice Paranhos, lloriqueando. Liontari suspira y ya siente algo de tensión entre sus piernas. Luego abraza a Paranhos y lo apoya contra su cuerpo. Paranhos agarra la ropa de Liontari y apoya su cabeza en el cuerpo de Liontari, quien acaricia la cabeza de Paranhos. - Mira, si esto ayuda en algo, me gustarás para siempre, ¿de acuerdo? - dice el león. Paranhos suspira. - Incluso tú crees que soy un maricón, ¿verdad? - él preguntó. - Mira, te creeré cada vez que digas que no lo es - responde Liontari. - Para mí, una persona solo es oficialmente gay cuando les dice a los demás que lo es. - Entonces, ¿crees que soy "macho"? - pregunta Paranhos. Liontari no podía mentir, pero no quería herir los sentimientos del cachorro. - Eres sensible, amigo - dijo Liontari. - Pero hay diferentes formas de ser hombre. Realmente hay una forma hegemónica… pero hay formas alternativas. Quiero decir, mírame. ¿Crees que soy macho? ¿Que mi voz es fuerte, que mis músculos son grandes? Y, sin embargo, trabajo para la policía. Paranhos se detuvo a pensar. Liontari era un león bastante bueno, pero en realidad… tenía más en común con el mismo Paranhos que con Severo o Miguel. - Creo que lo entiendo - dijo Paranhos. - pero los demás no lo entenderán y eso me hace sentir muy mal... Todavía están apoyados uno contra el otro. - Quería estar contigo para siempre… - dice de repente Paranhos. Los ojos de Liontari se agrandan. El pencito de Paranhos estaba firme y también el pene de Liontari... pero Liontari es unos doce años mayor que Paranhos, que aún no tiene catorce años. Liontari ya estaba demasiado enredado para involucrarse en otra aventura con cachorritos. - También yo - responde Liontari. - pero la gente comentaría y tal… Sería mejor que no. - Hablas como si hubiéramos de tener una cita - dijo Paranhos sonriendo. Liontari da un suspiro de alivio. Al menos Paranhos no estaba de humor para citas... - Sí, fue una broma, totalmente - dice Liontari, entre risitas burlonas. Paranhos todavía está abrazando el brazo de Liontari. - Pero me siento muy seguro contigo - dice el cachorro. - Eres tan amable, no me juzgas ni nada ... Parece que me tratas como a un igual. - Está en mi naturaleza - dice Liontari. Silencio por unos segundos. - ¿Puedo sentarme en tu regazo? - pregunta Paranhos. Liontari respondió con acciones, acomodando a Paranhos en su regazo y abrazándolo. Liontari ya estaba goteando a través de su polla, tan excitado estaba. Paranhos tenía edad suficiente para eyacular, pero el pañal estaba allí para contener las secreciones... - Te quiero, amigo - dice Liontari. - Aunque como amigo... Cuando la ropa de Paranhos se hubo secado, Liontari se lo volvió a poner la ropa en Paranhos. Paranhos se había quitado la blusa que Liontari le había dado... pero no quería deshacerse de ella... - Oye, Liontari ... - dice Paranhos. - ¿Puedo tomar prestada la camiseta? Liontari se sorprendió por la pregunta. - Oh, bueno... - Liontari habia decidido que podía ser menos paranoico por una vez. - Es tuya ahora. Paranhos sonrió y frotó suavemente su rostro contra la camisa de Liontari. El león sintió que su polla bien podría explotar allí mismo. - Eres tan lindo, ¿sabes? - dice Liontari. Normalmente, Paranhos se sentiría ofendido, pero sabía que Liontari no hablaba para ofender sino para alabar. Le gustaba ser alabado por el león ... - Gracias - dijo Paranhos. - Tú también. Paranhos se cubrió el hocico de inmediato. - No te preocupes, esto quedará entre nosotros - dice Liontari. Paranhos se va a casa, todavía con el pañal que Liontari le había puesto. Tan pronto como llega a casa, Paranhos se quita el pañal y se dirige a su "cofre seguro", donde tiene un par de bragas. Se lo pone y se pone la camisa que le prestó Liontari. Él sigue frotando su camisa sobre su rostro, absorbiendo el aroma, mientras su erección palpita agradablemente en sus bragas. - Ah, Liontari… - se dijo en voz baja. - Ojalá fuera mayor... Por mucho que Paranhos quisiera negarlo, era realmente gay… y Liontari lo atraía. No tanto con Severo, pero atraía de todos modos. Sin embargo, había una diferencia: Severo no correspondía a los sentimientos de Paranhos; Liontari, sí. - Algún día, Liontari - dijo Paranhos, oliendo la blusa y tolerando su erección.