1 ENGLISH After their last escapade, Adriano (lion, aged 30) and Melo (skunk, aged 6) were together again at Adriano’s house. Adriano was studying, while Melo was playing with blocks beside him, wearing a wet diaper, that was not only very soggy, but bloated and about to leak. Adriano was wearing just his shirt and his equally soaked diaper. - Don’t you want to change that pamper, Melo? - asked Adriano. - Nah – said Melo, who was also wearing just a shirt and a diaper. - If you say só… - said Adriano, returning to his studies, reading a book on rites of passage in Papua New Guinea. Suddenly, a hissing sound comes from Melo. Adriano looked at the little fella and saw that Melo’s diaper was leaking. - I thought you didn’t need a change – said Adriano. - I never said that – said Melo back. - You asked me if I “wanted” a change. I didn’t want one, even though I needed it… Adriano put a paw on his face. - Well, come here – said Adriano. Melo stood and walked towards Adriano, standing beside the adult. Adriano then undid Melo’s pamper, revealing the skunk’s cute privates and butt. - Do I get naked time? - Melo asked. - Sure – says Adriano. - But promise you won’t pee on the floor. Melo nodded and Adriano returned to his studies. However, while studying, Adriano felt an urge to pee and began to wet his diaper more, not wanting to use the bathroom. Then, he heard dripping and panicked; he had forgotten that his diaper also was fit to leak! - Well, darn… - said Adriano. - That happens to me all the time at school… - said Melo, his sympathy making Adriano blush, even moreso when Melo gave Adriano’s diaper a few pats, to reassure the adult that it was okay to leak sometimes. Adriano then removed his diaper, letting himself be naked from waist down. Then, both Adriano and Melo had nothing to cover their genitals, legs, feet and butts. - I guess you want naked time too! - chirped Melo. - You could say that, yeah… - said Adriano, his penis becoming half-hard from that silly talk. - It’s getting excited… - said Melo, referring to Adriano’s arousal. - Well… - says Adriano. - Yes, you have that effect on me… Feeling mischievous, Melo touched Adriano’s penis, poking it. The lion groaned and stiffened up. Melo giggled and did it again, pressing Adriano’s penis against the lion’s belly. Adriano looked down at Melo, to gaze at Melo’s genitals, which were soft and cute. Adriano’s penis reached maximum stiffness. “Of course he would be soft”, thought the lion, “he is just playing and seeing no sexual meaning in this…” - Buddy, you gonna milk me – Adriano warned. - Is that a bad thing? - asks Melo, still unsure about the milk he saw last time. - Well, it is not, but… I don’t want to disgust you… Melo stopped, leaving Adriano hard and throbbing. - I don’t think I would be disgusted… - said Melo. - At least, not much. Adriano sighed, relaxing, trying to calm his senses, but it was no use. He craved more. - Well, if you say só, wanna play a bit? - asked Adriano. - What are we going to play? - asked Melo. - You touch mine and I touch yours. Melo chirped happily! He loved when Adriano touched his private parts. - Sure! - said Melo. Adriano lifted and craddled Melo, walking with him toward their bedroom, leaving their leaky diapers on the floor. Upon reaching the room, Melo jumped from Adriano’s arm and lied on the bed. He teasingly shook his genitals. Adriano huffed and sat beside, both of them still wearing their shirts. Adriano was first. He fondled Melo nicely and soothingly. The skunk loved it. His little uncut penis quickly grew hard and warm to the touch. Adriano’s own penis remained untouched, throbbing and leaking, until Melo grasped it with his tiny paw, his fingers unable to grasp the full girth. They kept playing with each other, playing with their foreskins and even their testicles, but always being nice and careful, since those are parts easy to hurt. Adriano’s foreskin was almost fully retracted due to how hard his penis was. Melo was a bit afraid of hurting his friend, but Adriano egged him on. Finally, Adriano began to ejaculate and, during his orgasm, he stroked Melo harder and faster. Melo had a cute dry finish between Adriano’s thumb and forefinger… Spent, both friends continued on bed, relaxing and enjoying their afterglow. - Gosh, that was nice – said Melo. Adriano, feeling happy for hearing that, said: - Your reaction makes it much better for me. - Yeah? - asked Melo. - Why is that? - Because I sometimes worry that I would hurt you during this kind of game. Melo smiled wide. - You can’t hurt a fly! - said the skunk. They hugged. As usual, after orgasm, Melo is quick to fall asleep. Adriano left Melo on the bed, still wearing nothing besides the shirt, and went back to his studies. 2 ESPAÑOL Después de su última escapada, Adriano (león, de 30 años) y Melo (mofeta, de 6 años) estaban juntos nuevamente en la casa de Adriano. Adriano estaba estudiando, mientras Melo jugaba con bloques a su lado, con un pañal mojado, que no solo estaba muy empapado, sino también hinchado y a punto de filtrarse. Adriano llevaba solo su camisa y su pañal igualmente empapado. - ¿No quieres cambiar ese pañal, Melo? - preguntó Adriano. - Nah - dijo Melo, que también llevaba solo una camisa y un pañal. - Si lo dices... - dijo Adriano, volviendo a sus estudios, leyendo un libro sobre ritos de paso en Papua Nueva Guinea. De repente, un sonido silbante proviene de Melo. Adriano miró al pequeño chico y vio que el pañal de Melo estaba goteando. - Pensé que no necesitabas un cambio de pañal - dijo Adriano. - Nunca dije eso - contestó Melo. - Me preguntaste si "quería" un cambio. No quería uno, aunque lo necesitaba… Adriano se puso una pata en la cara. - Bueno, viene aquí - dijo Adriano. Melo se puso de pie y caminó hacia Adriano, ponendose junto al adulto. Adriano luego le quite el pañal a Melo, revelando los lindos genitales y el trasero de la mofeta. - ¿Puedo quedarme desnudo por un ratito? - Melo preguntó. - Claro – dice Adriano. - Pero promete que no orinarás en el suelo. Melo asintió y Adriano volvió a sus estudios. Sin embargo, mientras estudiaba, Adriano sintió ganas de orinar y comenzó a mojar más el pañal, pues no quería ir al baño. Entonces, escuchó un goteo y entró en pánico: ¡había olvidado que su pañal también estava listo para gotear! - Que molesto... - dijo Adriano. - Eso me sucede todo el tiempo en la escuela ... - dijo Melo, su simpatía haciendo sonrojar a Adriano, incluso más cuando Melo le dio algunos toques al pañal de Adriano, para asegurar al adulto que a veces estaba bien tener accidentes. Adriano luego se quitó el pañal, dejándose estar desnudo de la cintura hacia abajo. Luego, tanto Adriano como Melo no tenían nada para cubrir sus genitales, piernas, pies y traseros. - ¡Supongo que tú también quieres quedarse desnudo un ratito! - dijo Melo. - Se podría decir eso, sí... - dijo Adriano, su pene se poniendo algo duro a causa de aquella tonta charla. - Se está emocionando… - dijo Melo, refiriéndose a la erección de Adriano. - Bueno ... - dice Adriano. - Sí, tienes ese efecto en mí… Sintiéndose travieso, Melo tocó el pene de Adriano, empujándolo. El león gimió y se puso rígido. Melo se rió y lo hizo de nuevo, presionando el pene de Adriano contra el vientre del león. Adriano miró a los genitales de Melo, que estaban calmos y eran lindos. El pene de Adriano alcanzó la máxima rigidez. "Por supuesto que él estaría calmo", pensó el león, "Él solo está jugando y no vee un significado sexual en esto…" - Amigo, me vas a ordeñar – le advirtió Adriano. - ¿Eso es algo malo? – le preguntó Melo, aún inseguro sobre la leche que vio la última vez. - Bueno, no lo es, pero… no quiero darte asco… Melo se detuvo, dejando al pene de Adriano duro y palpitante. - No creo que me dé asco… – dijo Melo. - Al menos, no mucho. Adriano suspiró, relajándose, tratando de calmar sus sentidos, pero fue inútil. Ansiaba más. - Bueno, si dices, ¿quieres jugar un poco con mi pene? – le preguntó Adriano. - ¿Pero cómo? – le preguntó Melo. - Tú tocas el mío y yo toco el tuyo. ¡Melo se puso muy feliz! Le encantaba cuando Adriano tocaba sus partes privadas. - ¡Claro! – dijo Melo. Adriano levantó y acunó a Melo, caminando con él hacia su dormitorio, dejando sus pañales en el suelo. Al llegar a la habitación, Melo saltó del brazo de Adriano y se acostó en la cama. Sacudió en broma sus genitales. Adriano resopló y se sentó a su lado, ambos todavía llevaban sus camisas. Adriano fue el primero. Hizo un cariño a los genitales de Melo, de manera agradable y tranquila. A la mofeta le encantó. Su pequeño pene rápidamente se hizo duro y cálido al tacto. El propio pene de Adriano permaneció intacto, palpitante y goteando, hasta que Melo lo agarró con su pequeña pata, sus dedos incapaces de agarrar la circunferencia completa. Seguían jugando entre ellos, jugando con sus prepuces e incluso con sus testículos, pero siempre amables y cuidadosos, ya que el pene es fácil de lastimar. El glande de Adriano estuvo casi completamente expuesto debido a lo duro que estaba su pene. Melo tenía un poco de miedo de lastimar a su amigo, pero Adriano lo alentó. Finalmente, Adriano comenzó a eyacular y, durante su orgasmo, acarició a Melo más y más rápido. Melo tuvo un lindo orgasmo seco entre el pulgar y el índice de Adriano… Cansados, ambos amigos continuaron en la cama, relajándose y disfrutando de su euforia. - Dios, eso fue bueno - dijo Melo. Adriano, sintiéndose feliz por escuchar eso, dijo: - Tu reacción lo hace mucho mejor para mí. - ¿Verdad? - preguntó Melo. - ¿Porqué es eso? - Porque a veces me preocupa que te lastimaría durante este tipo de juego. Melo sonrió de par en par. - ¡No logras lastimar una mosca! - dijo la mofeta. Se abrazaron. Como de costumbre, después del orgasmo, Melo se duerme rápidamente. Adriano dejó a Melo, que todavía no usaba nada además de la camisa, en la cama, y volvió a sus estudios. 3 ESPERANTO Post siaj lasta ludo, Adriano (leono, 30-jaraĝa) kaj Melo (mefito, 6-jaraĝa) estis kune denove en la domo de Adriano, kiu studis, dum Melo ludis per blokoj ĉe la flanko de Adriano. Melo portis malseka vindotuko, kiu ne nur estis tro plena je pisaĵo, sed ankaŭ ŝvelita kaj preskaŭ likante. Adriano portis nur sian ĉemizon kaj sian vindotukon estis ankaŭ plena je pisaĵo. - Ĉu vi ne volas ŝanĝi anstataŭi tiun vindotukon, Melo? - Adriano demandis. - Ne - diris Melo, kiu ankaŭ portis nur ĉemizon kaj vindotukon. - Se vi certas... - diris Adriano, revenante al siaj studoj, legante libron pri ritoj de plenaĝado en Papuo-Nov-Gvineo. Subite, malseka sono venis el Melo. Adriano rigardis la mefiteton kaj vidis, ke la vindotuko de Melo trempas. - Mi pensis, ke vi ne bezonis ŝanĝi vian vindotukon - diris Adriano. - Mi neniam diris tion - Melo respondis. - Vi demandis min, ĉu mi "volas" ŝanĝon. Mi ne volis, kvankam mi bezonis... Adriano metis manon sur sia vizaĝo. - Nu, venu ĉi tien - Adriano diris. Melo ekstaris kaj marŝis al Adriano, metante sin apud la plenkreskulo. Adriano tiam forigis la vindotukon de Melo, rivelante la belajn genitalojn kaj la pugon de la mefito. - Ĉu mi povas resti nuda dum iom da tempo? - Melo demandis. - Certe – diris Adriano. - Sed promesu ne urini sur la planko. Melo kapjesis kaj Adriano revenis al siaj studoj. Tamen, dum li studis, Adriano sentis la bezonon urinan kaj komencis urini en sia vindotuko, ĉar li ne volis iri en la necesejon. Tiam, li aŭdis likon kaj panikiĝis: li forgesis, ke ankaŭ lia vindotuko estis preta por liki! - Kiel ĝena... - diris Adriano. - Tio okazas al mi la tutan tempon en la lernejo... - Melo diris, lia simpatio ruĝigis Adrianon ruĝiĝi, plie kiam Melo donis iujn tuŝojn al la vindotuko de Adriano, por certigi al la plenkreskulo, ke ĉiuj havas akcidentojn foje. Adriano tiam forigis sian vindotukon, igante sin nuda de la talio malsupren. Tiam, Adriano kaj Melo havis nenion por kovri siajn genitalojn, krurojn, pugojn kaj piedojn. - Mi supozas, ke vi ankaŭ volas esti nuda por iom da tempo! - Melo diris. - Vi povas diri tion, jes ... - Adriano diris, lia peniso malmoliĝis iom pro tiu sensenca parolado. - Ĝi ekscitiĝas... - Melo diris, aludante al la peniso de Adriano. - Nu... - diras Adriano. - Jes, vi havas tiun efikon sur mi... Sentiĝante ludema, Melo tuŝis la penison de Adriano, puŝante ĝin. La leono ĝemis kaj fariĝis rigida. Melo ridis kaj puŝis denove, premante la penison de Adriano kontraŭ la ventro de la leono. Adriano rigardis la genitalojn de Melo, kiuj estis trankvilaj, molaj kaj belaj. La peniso de Adriano atingis maksimuman rigidecon. "Kompreneble li estas trankvila," la leono pensis, "li nur ludas kaj ne vidas seksuman signifon en ĉi tio..." - Amiko, vi melkos min - Adriano avertis Melon. - Ĉu tio estas malbona? – demandis Adrianon Melo, ankoraŭ necerta pri la lakto, kiun li vidis la lastan fojon. - Nu, ne estas, sed... mi ne volas kaŭzi vin abomenon... Melo haltis, lasante la penison de Adriano, kiu restis malmola kaj pulsanta. - Mi ne pensas, ke ĝi kaŭzos abomenon je mi... – diris Melo. - Almenaŭ ne multe. Adriano ĝemis, malstreĉiĝante, penante trankviligi siajn sentojn, sed ĝi estis senutila. Li avidis pli. - Nu, se vi diras tion, ĉu vi volas iomete ludi per niaj penisoj? – demandis Adriano al Melo. - Sed kiel? – demandis lin Melo. - Vi tuŝas la mian kaj mi tuŝas la vian. Melo fariĝis tre feliĉa! Li amis kiam Adriano tuŝis liajn privatajn partojn. - Certe! – diris Melo. Adriano levis Melon, marŝante al sia dormoĉambro, lasante siajn vindotukojn sur la planko. Alveninte al la ĉambro, Melo saltis el la brakoj de Adriano kaj kuŝis sur la lito. Li skuis siajn genitalojn. Adriano ronkadis kaj sidis apud Melo, ambaŭ ankoraŭ portis siajn ĉemizojn. Adriano komencis, dorlotante la genitaloj de Melo, agrable kaj trankvile. La mefito amis ĝin. Lia malgranda peniso rapide fariĝis malmola kaj varma ĉe tuŝo. La propra peniso de Adriano restis netuŝita, ĝis Melo ekprenis ĝin per sia malgranda mano, liaj fingroj nekapablaj kapti la kompletan cirkonferencon. Ili daŭre ludis unu kun la alia, ludante per iliaj prepucioj kaj eĉ iliaj testikoj, sed ĉiam amike kaj zorgeme, ĉar la peniso estas facile vundita. La glanoj de Adriano estis preskaŭ tute elmontritaj pro kiom malmola estis lia peniso. Melo iom timis vundi sian amikon, sed Adriano kuraĝigis lin. Fine Adriano komencis ejakuli kaj, dum sia orgasmo, pli kaj pli karesis Melo. Melo havis belan sekan orgasmon inter la fingroj de Adriano... Lacaj, ambaŭ amikoj daŭrigis sur lito, mallasante kaj ĝuante sian eŭforion. - Dio, tio estis bona - diris Melo. Adriano, sentante sin feliĉa aŭdi tion, diris: - Via reago plibonigas mian humoron. - Ĉu vere? - Melo demandis. - Kial tio estas? - Ĉar kelkfoje mi zorgas, ke mi vundus vin dum ĉi tia ludo. Melo ekridetis. - Vi ne povas vundi muŝon! - diris Melo. Ili brakumis. Kiel kutime, post orgasmo, Melo endormiĝas rapide. Adriano forlasis Melon, kiu ankoraŭ ne uzis ion krome sia ĉemizo, en lito, kaj revenis al siaj studoj. 4 PORTUGUÊS Depois da última brincadeira, Adriano (leão, 30 anos) e Melo (gambá, 6 anos) estavam novamente juntos em casa de Adriano, que estudava, enquanto Melo brincava com blocos de montar ao lado de Adriano. O gambá estava a usar uma fralda molhada que não só estava cheia de xixi, como também inchada e prestes a vazar. O Adriano estava apenas de camisa e sua fralda também estava cheia de mijo. - Não queres mudar essa fralda, Melo? - perguntou o Adriano. - Não - disse Melo, que também vestia apenas camisa e fralda. - Se tem a certeza... - disse Adriano, regressando aos estudos, lendo um livro sobre os ritos de passagem na Papua Nova Guiné. De repente, um som húmido veio de Melo. Adriano olhou para o gambá e viu que a fralda de Melo estava vazando! - Pensei que não precisavas de uma fralda nova! - disse Adriano. - Eu nunca disse isso - respondeu Melo. - Perguntou-me se eu “queria” uma troca de fralda. Eu não queria, embora precisasse… Adriano levou a mão ao rosto. - Bem, venha cá - disse Adriano. Melo levantou-se e caminhou em direção a Adriano, colocando-se ao lado do adulto. Adriano tirou então a fralda a Melo, deixando ver os belos órgãos genitais e o bumbum do gambá. - Posso ficar pelado um pouco? - Melo perguntou. - Certamente - disse Adriano. - Mas prometa não mijar no chão. Melo assentiu e Adriano voltou aos estudos. No entanto, enquanto estudava, o Adriano sentiu necessidade de urinar e começou a urinar na fralda porque não queria ir à casa de banho. Então, ouviu algo gotejar e entrou em pânico: esqueceu-se que a sua fralda também estava prestes a vazar! - Que chato... - disse o Adriano. - Isso acontece-me sempre na escola... - disse Melo. A simpatia fez corar a Adriano, principalmente quando Melo deu uns toques na fralda de Adriano, para garantir ao adulto que todo mundo às vezes se mija. Adriano tirou então a fralda, ficando nu da cintura para baixo. Nessa altura, Adriano e Melo não tinham nada que cobrisse os genitais, as pernas, a bundo ou os pés. - Acho que também queres ficar pelado um pouco! - Melo disse. - Podes dizer isso, sim... - disse Adriano, com o pênis endurecido um pouco por causa daquela conversa bobinha. - Tô te excitando? - perguntou Melo, referindo-se ao pênis de Adriano. - Bem... - diz o Adriano. - Sim, tens esse efeito em mim… Brincalhão, Melo tocou no pênis de Adriano, pressionando-o. O leão gemeu e ficou quase sem fôlego. Melo riu e voltou a pressionar, empurrando o pênis de Adriano contra a barriga do leão. Adriano olhou para os genitais de Melo, que estavam calmos, moles e fofinhos. O pênis de Adriano atingiu a rigidez máxima. “É claro que está calmo”, pensou o leão, “está apenas a brincar e não vê qualquer significado sexual nisto…” - Amigo, cuidado com meu “leite” - avisou Adriano a Melo. - O leite é ruim? - perguntou Melo a Adriano, ainda inseguro quanto ao “leite” que vira na última vez. - Bem, não é, mas... não te quero causar nojo… Melo parou, deixando o pênis de Adriano, que continuava duro e latejante. - Acho que não me vai causar nojo... - disse Melo. - Pelo menos não muito. Adriano gemeu, relaxando, tentando acalmar os sentidos, mas de nada serviu. Ele ansiava por mais. - Bem, se o dizes, queres brincar um pouco com os nossos… “pintinhos”? - Adriano perguntou ao Melo. - Mas como? - Melo perguntou-lhe. - Tu tocas no meu e eu toco no teu. Melo ficou muito feliz! Adorava quando Adriano lhe tocava nas partes íntimas. - Claro! - disse o Melo. Adriano segurou Melo e foi para o seu quarto, deixando as fraldas no chão. Chegados ao quarto, Melo saltou dos braços de Adriano e deitou-se na cama. Ele sacudiu os seus órgãos genitais, provocando sexualmente Adriano, o qual suspirou e sentou-se ao lado de Melo, ambos ainda de camisa. Adriano começou por acariciar os órgãos genitais de Melo, de forma gentil e tranquila. O gambá amou. O seu pequeno pênis rapidamente ficou duro e quente ao toque. O próprio pênis de Adriano permaneceu intocado até que Melo o agarrou com a sua pequena mão, os dedos incapazes de agarrar toda a circunferência. Eles continuaram brincando um com o outro, brincando com seus prepúcios e até seus testículos, mas sempre amigáveis ​​e com cuidado, porque o pênis é facilmente machucado. A glande de Adriano foi quase completamente exposta por causa de quão duro estava seu pênis. Melo estava com um pouco de medo de machucar seu amigo, mas Adriano o encorajou. Finalmente, Adriano começou a ejacular e, durante seu orgasmo, acariciou cada vez mais rápido Melo. Melo teve um belo orgasmo seco entre os dedos de Adriano… Cansados, os dois amigos continuaram em uma cama, desacelerando e desfrutando da euforia. - Deus, isso foi bom demais! - disse Melo. Adriano, sentindo -se feliz em ouvir isso, disse: - Sua reação melhora meu humor. - Realmente? - Melo perguntou. - Por quê? - Porque às vezes eu me preocupo com tua segurança durante este jogo. Não te quero machucar. Melo sorriu. - Você não consegue machucar uma mosca! - disse a Melo. Eles se abraçaram. Como sempre, após o orgasmo, Melo adormece rapidamente. Adriano deixou Melo, que ainda não usava nada além da camisa, na cama, e voltou aos seus estudos.