Una madre vaca acaba de dar a luz a sus 2 terneros, pero aquí no hay nada normal. Empezando con la vaca, no tuvo a sus hijos por dónde es normal, más bien salieron por su culo ya que en lugar de lo otro tiene un enorme pene de 3 metros. Además de sus ubres, también tiene 2 enormes partes de pechos. Luego de que sacó ambos pequeños, la vaca volteó a verlos. Ambos son hermosos machos con culitos grandes y cubiertos en líquido de parto. De inmediato su pene se puso completamente duro y caminó hacia adelante pasando sus pechos y ubres sobre los pequeños. Ambos intentaron chupar pero solo se toparon con un gran par de bolas contra sus bocas. Un movimiento de caderas fue todo lo que necesito la vaca para meter su miembro en ambos recién nacidos. Entrando por la boca del primero y saliendo por su culo para penetrar a su hermano por el culo, mamá vaca folla a ambos sin piedad tal y como lo haría un semental. El estómago del segundo pequeño se infla de presemen, pero eso no es suficiente. La vaca lo empuja con una pata hacia sus ubres obligándolo a tragar su leche. Luego de un rato, la vaca muge dejando su semen salir al mismo tiempo que hace su pene para atrás. Llena al segundo ternero con 50 litros de semen y al primero con 150. Ambos quedan igual de inflados, uno con leche de ubres y semen y el otro solo con semen. Pero no es suficiente leche materna. Saca su pene y lo pasa al otro lado, metiéndolo por el culo del mismo pequeño. Pero el otro no significa que el otro se quede por fuerza. La vaca lo mueve con sus pezuñas hasta que queda debajo justo en sus pechos que el bebé empieza a chupar recibiendo más leche de la que esperaba. Durante horas la vaca fue turnando a sus hijos entre violarlos o llenarlos de leche, todo esto mientras sus cordones umbilicales siguen pringando todo de líquido de parto. En momentos hacía que ambos chupen de sus ubres, en otros sus pechos, los hizo lamer su pene y/o recibirlo por el culo y los penetraba al mismo tiempo que les daba leche. Al final del día, la vaca se queda dormida abrazando a sus pequeños llenos de leche y semen. Ambos tan inflados que ni siquiera caben en el establo.