De vez en cuando Panda sale a probar alguna bebida nueva. La tienda en la que está hoy no es muy diferente al resto de locales. En el mostrador pide la primera que le llama la atención y espera sentado a qué le sirvan. El está muy concentrado en su teléfono como para notar que hay 2 furrys discutiendo en la parte de atrás. Zorro: ¿¡Qué le pusiste a la bebida!? Caballo: No lo sé, se acabó la pera y había que reemplazarla con algo. Zorro: Pero ni siquiera sabes que era. Caballa: Ahhh vamos, no creo que pase nada malo. Zorro: ¿Y si es un veneno? Caballo: No exageres, estaba en el refri. Otro cliente toca el timbre del mostrador. Zorro: Está bien, dasela. El caballo pasa al frente y llama a Panda para que tome su bebida. Panda: Gracias. Caballo: A usted vuelva pronto. El oso se devuelve a su asiento y empieza a tomar la bebida. Al primer sorbo ya le sabe muy raro y la escupe. Panda: ¿Qué rayos es esto? De repente, la vista de Panda se empieza a nublar rápidamente, sus ojos pesan y se cierran y el cae de cabeza contra la mesa. Al despertar tan solo unos segundos después, puede ver qué los clientes lo miran preocupados. Su cuerpo ha cambiado completamente. Es más grande, su culo, caderas y muslos se volvieron más gordos y lo más notable, ahora tiene un enorme par de pechos lactantes. Panda: ¿Qué sucede? ¿Por qué tengo estos? El les da un pequeño toque con su pata y son tan sensibles que eso lo hace gemir mientras la leche empieza a salir como un par de grifos. Panda: Ah… ¡Ne-necesito ayuda! Se acerca al mostrador y se dirige a los 2 furrys. Panda: ¡A-ayuda… ayúdenme por favor! Zorro: ¡No se que rayos hacer! ¿¡Cómo!? Panda: Yo tampoco lo sé……… ¡Haganme lactar! Caballo: ¿Qué? El toma a ambos y los empuja de cara contra sus grandes aureolas rosadas, poniendo sus bocas justo en el medio de cada pecho. Ambos intentan luchar por salir y pero los brazos de Panda los sostienen con fuerza para que no puedan salir de ahí. Ya no tiene control alguno de lo que hace o dice. Lo que sea que haya bebido lo cambió por completo. Panda: Ahhh ¿Por qué esto se siente tan bien? No paren, tengo que seguir lactando. Rápidamente, el caballo deja de intentar salir y solo traga. El zorro es inflado de leche mientras sigue tratando de escapar pero no lo consigue. La leche de panda es muy dulce, cálida, fresca y deliciosa, con un ligero sabor a bambú. Para cuándo el estómago de ambos quedó inflado al tamaño de una vaca, finalmente los pechos de Panda quedaron vacíos. Panda: Muuuuuuchas gracias por la ayuda, lactar se siente muuuuuuuy bien… ¿Ah? ¿Qué fue eso?... ¿Acabo de mugir? El zorro cayó exhausto, dormirá como tronco con el estómago lleno de leche tibia y cómo almohada. Por el contrario, el caballo está más que feliz, saboreando lo que quedó en su boca con mucho placer. Panda: Bueno. Ya me voy… Lo siento… Por… lo que sea que hay pasado. El se va algo apenado, pero apenas salió del lugar un furry perro lo detiene. Panda: Eh ¿Hola? Perro: Hey, el caballo me pidió que te diera esto. El perro se va y Panda extrañado ve el papel que le dieron. "Me encantó tu leche de panda macho, si necesitas vaciarte de nuevo, llámame" Más sonrojado que nunca Panda voltea a ver al caballo que da una sonrisa y luego cae rendido igual que el zorro.