Estás viendo tele sentado en tu sofá muy tranquilo como cualquier otra mañana, en ropa interior al vivir solo y recién bañado. Hasta que de la nada escuchas una voz “Oye, se acabó, bueno… Todo en tu refri”. Al voltear, vez al gordo gato de tu vecino saliendo de tu cocina con restos de comida alrededor de su boca y por su enorme panza. Va caminando hacia ti haciendo sonar cada paso por su peso. Tu: ¿Garfield? ¿Qué haces aquí? ¿Y cómo entraste? Garfield: Se acabó la comida en casa y pensé que podrías tener algo. Garfield se detiene frente a tu y voltea, mostrando su enorme y gordo trasero, formado claramente por todo lo que come. Garfield: Dejame agradecerte la comida. El felino naranja se sienta justo en tus piernas, a pocos centímetros de tu entrepierna. Es tan grande y gordo que no te podrías levantar si lo intentas. Tu: Un momento, que… El voltea a verte sin decir nada, solo una mirada fija con su flojera característica. Tu: Nada. Continúa. Garfield: Eso pensé. Con su pata, el gato saca tu pene de tu ropa interior. Garfield: Vaya, es más grande de lo que pensaba. El se levanta un poco y se vuelve a sentar, ahora directo sobre tu miembro, metiéndolo entre sus grandes nalgas y penetrando su agujero. Garfield comienza a dar sentones, desde la punta hasta la base, aplaudiendo sus nalgas a una velocidad difícil de creer para un flojo gato tan gordo. Solo continúa, mirando la tele como si no fuera nada, cambiando de canal de vez en cuando con una cara que no cuadra a lo que está haciendo con su trasero. Pero por tu lado, ya empiezas a jadear agitado, tu pene no podría estar más duro, con los ojos casi en blanco, y apretando el sofá con fuerza, hasta clavando tus uñas. El culo de Garfield es demasiado para cualquiera y tu no eres la excepción. Cómo era obvio, no soportaste por mucho y llegaste al orgasmo más fuerte que hayas tenido alguna vez, llenando su interior con tu semen. Rápidamente tomaste uno de los cojines del sofá para morderlo y evitar que todos te escucharan gritar de placer. Tu sigues disparando semen y Garfield no se detiene, alargando tu orgasmo hasta un minuto entero y aun luego de que terminas el sigue como si no hubiera pasado nada. Hora tras hora el felino continúa provocándote orgasmo tras orgasmo sin mostrar señal alguna de cansancio. Cosa que tú no puedes decir. Completamente agitado, sudando y con el corazón latiendo como en una maratón. Las patas del sofá están al límite, el piso rayado y los cojines marcados. Finalmente el gato da un último y más fuerte sentón que termina de ordeñar lo último que te queda, acabando con el sofá. Cada gota de semen tenías ahora se encuentra dentro de Garfield, aumentando el tamaño de su estómago, lo que era bastante difícil por tanta comida. Garfield: Mmmm…. Sueltas mas semen que Odie y Nermal juntos… Eso me gusta. Garfield finalmente se levanta, con su ano abierto regando tu semen en el piso, lo que el gato rápidamente evita metiendo su propia cola. Al parecer quiere tu semen dentro de él sin importar que. Garfield: ¿Todavía sigues consciente? Solo puedes asentir con la cabeza brevemente. Garfield: Bien, ahora que estoy lleno por ambos lados no tengo nada más que hacer aquí… La próxima vez renta unas películas, no había nada bueno en la tele.