Chopper se alejó del grupo unos minutos para hacer sus necesidades en el baño más cercano. Preguntó dónde había uno y fue de inmediato anunciando su presencia con el sonar de sus grandes nalgas, aplaudiendo a cada paso que da. Una vez llega, estaba a punto de entrar cuando un sonido lo hizo voltear al lado. Hay un perro gran danés durmiendo con la boca abierta, roncando boca arriba, durmiendo plácidamente bien echado en el piso. El reno no lo pensó 2 veces, bajó sus pantalones, dio media vuelta apuntando su enorme culo hacia el perro, con sus pezuñas abrió sus nalgas lo más que puede y sentó todo su peso en la cara del perro. Una forma ruda de despertar, el agujero mal limpiado de un reno directo en la boca para hacerlo abrir los ojos y ver… nada, pues el suave y esponjoso trasero está cubriendo toda su cara y más de medio cuerpo. Chopper empieza a cagar, con una sonrisa empieza a vaciar sus intestinos usando al perro como inodoro viviente. Pese a tener uno disponible al lado, sin duda disfruta más de esta forma. Y de hecho, Chopper caga mucho más cuando lo hace en alguien. Troncos tan gruesos que estiran la boca y garganta del perro, varios pedos entre tronco y tronco empujando estos hacia dentro y una cantidad desechos tan grande que el estómago del perro no para de inflarse luego de haberse llenado con la mitad del primer tronco de millones que Chopper tiene que soltar. Una ida al perro después, el reno de nariz azul, suelta un jadeo alivio, ya no carga tanto peso en caca dentro de él, se lo pasó todo al perro. Y frotando su trasero, usando la boca y lengua del canino como papel higiénico, Chopper se limpia, se sube el pantalón y se va mucho más cómodo dejando al perro donde estaba. Las personas que vieron al perro luego de eso, pensaron que fue el efecto de alguna akuma no mi, pero fue algo mucho más poderoso que eso. Ahora el perro se quedará ahí por meses digiriendo tanta caca de Chopper.