Meli la futanari estaba en el hospital y por raro que esto fuera, por una vez no solo estaba ahí para llenar de semen a todos los recién nacidos que se pueda. Le estaba repartiendo unas pequeñas tarjetas a todos los padres. Unos días después, durante la mañana, Meli es despertada por el sonido del timbre de su casa. Meli: ¿Ah? ¿Qué hora es? Abre la puerta y en la entrada hay 5 padres, con 4 bebés de no más de 2 meses. Solo el ver esos bebés ya le puso su pene completamente duro. Meli: Llegan muy temprano. Mejor para mí, pasen y tomen asiento. En la sala del hogar, todos se sientan en los sofás con Meli en medio completamente desnuda. Oso: Disculpa, un amigo me dijo que viniera con mi hijo, ¿Podrías explicarme qué es lo que haces? La futanari toma una de sus tarjetas que estaban en la mesa y la lee en voz alta "Servicio de alimentación de bebés de Meli. Por un dólar Meli llenará a tu bebé con su gran biberón. Sólo varones menores de 3 meses." Luego le da la tarjeta al padre, debajo del texto esta la dirección de la casa y al lado una imagen de Meli metiendo su gigantesco pene por la boca de un bebé con varios bebés llenos de semen a su alrededor. El oso tiene que ver la tarjeta de cerca porque no ve bien. Oso: Entonces te vamos a pagar para que... tengas sexo con nuestros bebés? Eso es lo que estás ofreciendo, ¿Verdad? Meli: ¿¡Que!? ¡No! Eso sería ilegal y totalmente inapropiado. Estoy aquí para ofrecer un servicio de alimento. *Ella apunta a su enorme pene mientras se empieza a masturbar con la otra mano.* Esto es un biberón, los mejores biberones son largos, gruesos y venosos. Las enormes bolas que cuelgan de mi entrepierna no son mis testículos, son los tanques que producen toda la leche que sus bebés van a tragar. Y baya que los hare tragar de mi leche. Oso: Oh, lo siento. No traigo mis gafas. Meli piensa "No puedo creer que se haya creído eso, voy a llenar su sexy bebé con mi semen" y otro de los padres le da su bebé a Meli, un pequeño de 2 meses. Mapache: Bueno, yo debo ir a trabajar pronto, ¿Podemos empezar ya? Apuntando su pene erecto hacia el bebé, Meli lo toma de la cabeza y lo empuja al mismo tiempo que embistió con sus caderas. Empezó sin piedad alguna, penetra al bebé tan fuerte como puede con una gran sonrisa en su rostro. Siendo el primero que penetra el día de hoy. Meli: Así me gusta, denme sus bebés para llenarlos de mi leche. Oh, este bebé chupa muy bien. Su enorme miembro se desliza dentro del bebé de punta a base chocando una y otra vez al final. La criatura es estirada cuando el miembro entra completamente en él, haciendo que su estómago, garganta y boca se moldeen al enorme biberón como si fuera un condón viviente. Varios empujones y pronto llega al orgasmo, soltando litros inflando rápidamente su estómago. Ella saca su pene apenas termina y lo restriega en la carita del bebé para limpiarse. Meli: Ahí tienes, un bebé bien alimentado con mi leche… Tu bebé tiene un buen trasero, le podría dar otra ronda. Mapache: Eeee, no sé cómo eso afectará en algo. Meli: Los bebés más culones necesitan todavía más leche. Créeme, he alimentado suficientes bebés para saberlo. Antes de que el padre pudiera responder, Meli levantó al bebé por sobre su pene y le bajó el pañal antes de bajarlo con toda su fuerza, marcando el bulto en su estómago aún con el semen adentro. En ese momento, más padres tocan la puerta, a lo que Meli va a abrir. Al mismo tiempo, llega al orgasmo disparando más semen en el bebé. Por tanta presión, parte del semen sale por su boca, chorreando sobre la carriola de uno de los padres apenas les abrió. Meli: Bienvenido, tienes suerte, tu bebé recibió algo de leche gratis. Pasen. Mientras guía a los padres a su sala se saca el bebé de su miembro otra vez, y se lo devuelve al mapache. Meli: Por esa ronda extra será otro dólar. El mapache paga y se va cargando al bebé lleno de semen con algo de dificultad. Con su pene erecto ella se dirige al oso nuevamente. Meli: Y bueno, ¿Eso fue suficiente para convencerte que esto entre mis piernas es un biberón? Oso: Supongo que sí. Pero todavía hay algo que me molesta. Meli: ¿¡Que!? ¿Acaso crees que no puedo alimentar a tu bebé como es debido? La futanari pone los ojos en blancos con un pequeño rugido molesta. Ella toma al bebé del oso y lo acuesta boca arriba en la mesa. Haciendo crujir las patas de la mesa, Meli también se sube y en posición de cuclillas comienza a penetrar al bebé golpeando sus bolas contra la cara de este. Su gran culo aplaude mostrando su agujero al padre ya que le está dando la espalda. Meli: Escúchalo chupar ¡A tu bebé le encanta mi biberón! No entraría tan fácil si no fuera un biberón. Y aquí viene toda su leche. Un último empujón y el padre solo ve como las bolas de Meli palpitan y el semen empieza chorrear por los lados mientras algo se ve creciendo por detrás. Apenas termina su orgasmo, vuelven los empujones con la misma fuerza que antes. Dos, tres, cuatro y cinco orgasmos, ella se desahogo en el bebé hasta romper la mesa sin piedad alguna antes de devolverlo al padre. Meli: Ahora dame el dinero y vete, tengo más bebés que alimentar. El oso no responde y solo saca su billetera para darle el dinero e irse cargando su bebé lleno de semen. Se queda un silencio en la habitación luego de que cierra la puerta. Meli: ¿¡Y ustedes que miran!? Denme más bebés para violarlos. Caballo: ¿No querrás decir “alimentarlos”? Meli: Es lo mismo, tu bebé se ve hambriento, lo voy llenar de mi leche por su gordo culo. Caballo: Pero… Meli: Da igual, es leche para bebés. Y así Meli pasó todo el día recibiendo dinero por llenar bebés con su semen. Ninguno de los padres se llegó a dar cuenta que eso era un gigantesco pene de futanari y no un biberón.