Pepe le Pew se encontraba en el hospital esperando a que lo llamen para una revisión de rutina. Entre su aburrimiento busca las revistas para entretenerse y una de estas le llama bastante la atención. La revista es sobre partos, aparecen imágenes de mujeres embarazadas, recién nacidos y fetos por sus páginas. A las pocas páginas su enorme pene se puso duro y sin la más mínima duda se empezó a masturbar en frente de todos los demás pacientes. Su pene tiene 4 metros de largo y uno de grueso, venoso y palpitante poste de miembro zorrillo, con olor a macho y hombría tan fuerte que llega a la sala de partos donde los recién nacidos pueden oler sus enormes y sudorosas bolas. Una monstruosidad entre sus piernas que es mucho más grande que él. Pepé: ¡Ulala! Que fetos más sexys hay acá. Mira esa panza llena de ellos, debe tener como 5 para follar ahí dentro. Estos recién nacidos se ven sedientos de mi semen. Después de un rato, viendo las últimas páginas de la revista, Pepe está a punto de llegar al orgasmo. Para esto, empieza a buscar un lugar donde soltar su carga. Pepé: ¿Dónde habrá un bebé o un recién nacido? Toda esta buena leche para infantes no se puede desperdiciar… ¡Ah, perfecto! Lejos ve una mujer embarazada en una camilla dando a luz. Estaban llevándola a la sala de partos pero la rueda se quedó trabada. En ese momento lo llaman para su revisión. Pepé: Buenos días doc ¿Qué tal está? Doctor:... Pepé: ¿Pasa algo? ¿Acaso tengo algo en la boca? El doctor se queda sin palabras al ver que en el enorme pene de Pepé hay un recién nacido penetrado por el culo y lleno de tanto semen que se le sale por la boca con su cordón umbilical saliendo de la sala de partos.