Hola, me llamo Tyrore Collins, pero todos me dicen Roni. Tengo 10 años y vivo con mis dos hermanos mayores Cam y Jessie, aunque tal vez ya saben eso, ji, y también ya deben de saber lo que hago con ellos. Tal vez piensen que no debería de hacerlo, pero en verdad me gusta y ellos siempre me tratan bien cuando lo hacemos, los amo mucho… En fin, seguro se preguntan cómo comencé todo, que clase de ser depravado y despreciable abuso de un pobre cachorrito como yo, tanto como para que lo hiciera con mis dos hermanos, denle gracias a Leo… bueno, para explicarlo mejor, empezare desde el principio… Lo que Leo me enseño Apenas empezaba el quinto grado, yo era igual a los otros cachorros en mi salón, estábamos haciendo bastante alboroto y nadie estaba en sus asientos cuando la maestra llego presentando a un nuevo compañero, hicimos el típico buenos días y lo presento: —Chicos, este es Leo, es nuevo en la escuela, espero que se lleven bien con él. Leo era un chico más alto que yo, un lobito gris con blanco y un poquito de marrón de ojos azules. Ahora que lo pienso, no le preste mucha atención en el momento, pero recuerdo que se me quedo viendo mucho mientras la maestra hablaba. —Muy bien, fue suficiente bochinche ahora siéntense. Leo, puedes sentarte donde quieras, estaré para lo que necesites. Lo que si recuerdo bien es que camino directo a un asiento a mi lado, se le veía entusiasmado, pero no me hablo en ese momento. En fin, solo sé que lo descubrí mirándome un par de veces, en una de esas la maestra estaba dando la asistencia, ella suele llamarme por mi apodo… —Roni …, cuando levante mi mano, Leo estaba mirándome, creo que estaba pendiente por saber mi nombre… rayos, era un maldito acosador en ese momento. Bueno, en cuanto a mi… sabía lo que era ser gay, que te gusten otros chicos, pero no ponía mucha atención a eso, aunque… me daba curiosidad ver los penes de otros chicos, no sé, solo era eso… bueno, confieso que ver a mi hermano Jessie llegar sudado luego de sus prácticas y quitarse la camisa me ponía algo incómodo, una rara sensación, en cuanto a Cam, pese a lo cosquilludo que es, me gusta mucho cuando me abraza, no lo puedo explicar muy bien, solo me gustaba cuando me rodeaba con sus brazos y me sentía a salvo con él; desde pequeño siempre me consolaba cuando tenía pesadillas, dormir con él era lo mejor. Cuando llego la hora del recreo ese día, Jessie me había dado un balón de los suyos para llevar a la escuela. Jugué un rato con mis amigos, pero luego me dio sed y fui a los bebederos que estaban dentro de la escuela los cuales estaban cerca de los baños. Cuando llegué tomé mi agua y luego fui al baño para lavarme un poco la cara, todo normal, pero luego escuché un ruido raro, era un jadeo, pensé que alguien estaba mal del estómago; me sequé lo más que pude para irme rápido. El recreo continuo, pero ya me estaba cansando y decidí sentarme, luego alguien vino a saludarme. —Hola —ese era Leo, al principio pensé que solo quería intentar hacer un nuevo amigo, así que solo lo saludé tratando de ser amigable, no me parecía un mal chico, así que le devolví el saludo. —Hola. —Te llamas Roni ¿Verdad? —En realidad mi nombre es Tyrone, Tyrone Collins pero todos me dicen Roni. —Je, creo que es adecuado para alguien de tu tamaño. Debo decir que de mi salón yo soy de los más pequeños en estatura, pero Leo solo me sobrepasaba por poco, además en lo que hablamos me conto sobre él. Era un año mayor que yo y era nuevo en la ciudad, sus papás se tuvieron que mudar por trabajo, es hijo único, aunque sus primos solían visitarlo y ahora que viven más cerca podrían jugar más. Hablamos de muchas cosas, le gustan mucho las caricaturas y los comics, sus materias favoritas eran deporte y arte, en lo personal, a mí me gusta mucho más la ciencia y en parte las matemáticas, aunque aún me cuesta entender algunas cosas, pero cuando las entiendo es una sensación tan placentera. Los dos seguimos conversando: —¿Y vives solo con tus dos hermanos mayores? Es algo raro, pero creo que es genial no tener a los padres cerca, podrían hacer muchas cosas juntos sin que nadie se entere ni los moleste ni regañe por nada. —Me lo han dicho, me han dicho que es extraño, y no lo entiendo, pero creo que tú eres el primero que dice que es genial. Cam es el mejor hermano mayor, y Jessie… él es genial pero siempre peleamos, pero si lo quiero y sé que él me quiere. Aunque Cam varias veces hace de nuestro papá, no estoy libre de regaños algunas veces. —Me gustaría conocerlos. —Habría que acordar un día, Jessie tiene sus prácticas, quiere conseguir una beca y Cam tiene mucho trabajo por la universidad. —¿Has pensado que estudiar o que hacer de mayor? —Quiero hacer algo con mucha ciencia, tal vez químico o físico. —¿Un científico? Los chicos que he conocido que quieren dedicarse a la ciencia usualmente llevan lentes y no hacen deportes. Aunque tu estas algo gordito. —¡Oye! —le respondí, el me tocaba la barriga con una sonrisa traviesa, me molesto un poco. —Tranquilo, no lo tomes a mal, además de que te ves lindo así. Esa frase me tomó por sorpresa, nadie me había dicho eso, mucho menos otro chico, al principio me pareció raro mas después descubriría el porqué. Sea como sea, la campana sonó y tuvimos que volver, no hablamos más ese día. Pasaron unos cuantos días en los que Leo se había unido más a nuestro salón y se hizo amigos de algunos, se llevaba bien con los demás y solía jugar bastante con nosotros en el recreo. En uno de esos días nos tocó deporte y teníamos que cambiarnos en los vestidores… en serio, siempre que eran esos días les miraba el pene a mis amigos, algunos a veces se comparaban tamaños y por eso los veía, yo no solía hacerlo, en ese entonces me daba mucha pena y varias veces se me ponía duro… creo que aún no me daba cuenta de que en realidad me gustaban los chicos. Siempre trataba de actuar normal con los demás, ninguno notaba que estaba nervioso, pero luego mi tensión se rompió cuando sentí una nalgada. —¡Eh! —grite. —Tenías un mosquito, fue fácil verlo en esos calzones blancos. Leo realmente era un bromista, siempre encontraba como hacer reír a los demás. —Con ese trasero tan grande seguro que el mosquito se hacía un festín. Los demás se rieron, pero no me lo tome a mal. De todas formas, iba a ponerme los pantalones del uniforme de deporte, pero Leo me dijo: —¿Oye, puedo ver el tuyo? —¿Mi qué? —le respondí. —Tu pilin, ya sabes, tu cosita. —Mi… pero no lo digas como niño chiquito. —Anda, quiero saber si es más grande que el mío. La verdad siempre me dio un poco de vergüenza que mi pene sea diferente al de otros cachorros, incluso es distinto al de mis hermanos, no parece el de un perro, pero luego me sentí más cómodo cuando Leo se bajó sus calzones y me mostro el suyo, era como el mío y encima, estaba duro —Wow… —es lo único que pude decir. Sentí más confianza y decidí enseñárselo a Leo. Eran más o menos del mismo tamaño, creo que el de leo estaba más grande, pero entonces Leo se acercó más a mí y junto su pene con el mío, me asuste y me aleje lo más que pude, sentí como me cosita estaba palpitando, jamás me había pasado algo similar. —Tranquilo —dijo Leo— no pasa nada, perdón si te asusté. De nuevo el día transcurrió normal y otros pocos también, pero Leo seguía muy pegado a mí, yo lo veía como un amigo más, pensé que quería que llegáramos a ser mejores amigos, incluso si Leo hubiera sido una chica jamás hubiera pensado que llegaría a más. Hay algo más que debo contar. Un día que le pedí al profe de deportes que me dejara ir al baño, yo fui a orinar, me limpie un poco de sucio y estaba por irme… —mmfni… Como aquella vez, pensé que alguien estaba mal del estómago, luego recordé que Leo le había pedido al profesor ir al baño minutos antes que yo, no me percate del tiempo que se fue, de todas formas, no quise molestarlo, pero algo más volvió a llamar mi atención. —Ro… Roni… Creí oír mi nombre, cuando presté más atención al sonido, pude confirmar que, si dijo mi nombre, al escuchar con atención, deduje que la voz podía ser de Leo. —Leo, ¿eres tú? —¡¿Roni?! —Sí, soy yo, ¿Me llamabas? —N-no —sonaba agitado, choco con la pared del cubículo del baño. —Ah, es que creí oír mi nombre ¿Te sientes bien? Si quieres llamo a la enfermera —No, es que… quería librarme de la clase, a veces vengo aquí a despejar mis pensamientos. —Ah, y ¿eras tú quien jadeaba aquel día? —¿Que? —Es que un recreo que fui a beber agua oí que alguien jadeaba en un cubículo, fue poco después de que llegaras a la escuela, pero seguro era otro. Bueno, ya me regreso con los demás, no le diré nada al profesor, nos vemos luego… —Oye Roni, quería preguntarte… y aprovechando que estas aquí, ¿Crees que pueda ir a tu casa este fin de semana? —Mmm… Cam creo que va a casa de un amigo a estudiar y Jessie va a entrenar todo el día. —¿No te dejan solo? —Si me dejan, pero nunca me he quedado con un amigo solo, tendría que preguntarles, mañana te diré si me dejan estar contigo. —Eso será genial, gracias Roni, ¡no puedo esperar! Regrese con los demás, Leo llego poco después, jugamos al soccer, fue bastante divertido, anote dos goles, mi marca personal si soy honesto, Leo estaba en mi equipo, cada vez que anoté llegaba para felicitarme dándome una nalgada, eso de por si es incómodo y lo fue más cuando su mano se quedó apretando mi trasero, no fue por mucho tiempo, tal vez dos segundos. Cuando llegue a mi casa ese día, hable con mis hermanos, Jessie no le dio importancia, pero Cam es un poco más protector conmigo y me pidió que le contara más acerca de Leo, no le dije sobre las cosas más… privadas…, no quería que tuviera una mala idea de él. Luego de que le explique, Cam me dijo que no había problemas, pero que leo llegara media hora antes de que se fuera para conocerlo en persona; le dije a Leo en la escuela al día siguiente y se emocionó tanto que hasta me abrazó, fue algo vergonzoso. Llego el fin de semana, un sábado tranquilo, Leo llegó a la hora acordada, corrí a la puerta y él estaba de pie cuando le abrí, llevaba unos jeans y un suéter verde con rayas un poco más oscuras. —Con que este es el famoso Leo —dijo Cam. Noté como Leo se le quedo mirando boquiabierto, no era sorpresa, mis amigos que han conocido a Cam dicen que él es bastante grande, algunas niñas que lo han visto recogerme en la escuela me han dicho lo guapo que es y que quieren que se los presente, je, creo que ellas son más putas que yo, la verdad todas ellas me parecían muy molestas y aburridas, durante mucho tiempo pensé que me atraerían cuando crecieran, pero creo que ese nunca iba a ser el caso, aun así… me siento feliz por eso. En fin, Cam hablo con Leo y vio que era buen chico, además de que Leo supo ocultar muy bien sus intenciones. Cuando mi hermano mayor se fue, Leo y yo empezamos a hacer todo lo que planeamos, jugamos videojuegos, le enseñe un kit de experimentos científicos para cachorros que me regalaron, se quedó sorprendido por lo que le enseñe, aunque solo eran unos experimentos con imanes encendiendo una bombilla pequeña. Leo sugirió jugar a las luchas, pero me terminaba ganando y se quedaba encima de mi mucho tiempo, también jugamos un par de juegos de mesa, pero Leo tenía algo planeado que no me había dicho, lo conversó mientras jugábamos serpientes y escaleras… —Y… ¡6! Caigo en escalera y lanzo otra vez —yo estaba tomando ventaja. —Oye Roni, luego de esto… ¿Quieres intentar algo distinto? —¿Qué pensaste? —Bueno, no sé si tú quieras, es algo que sería más… ¿intimo? —estaba nervioso, se le veía en toda su cara. —Pero si me dices que es… bueno, mientras no sea algo por lo que Cam y Jessie me regañen… —Bueno, entonces mejor no, no quisiera meterte en problemas, en verdad me gustas… ¡gusta! Me gusta estar contigo. Me gusta mucho la ciencia y como tal, tenía curiosidad como todo científico de saber que pasaba. —También me gusta estar contigo… —le dije— pero si quieres que hagamos eso, mejor explícame que es. Y ¿sabes? Creo que mientras mis hermanos no se enteren no habrá problemas, mientras no rompamos nada… —Je… no mientras seamos cuidadosos… Entonces… —su voz temblaba. —¿Entonces? —¿Roni, te ha gustado alguien alguna vez? —Esa pregunta me incomodó— No te preocupes, no me burlare, solo quiero saber. —¿Lo prometes? —Lo prometo —Bueno, no, no me ha gustado nadie, es que ninguna de las niñas de la escuela me gusta, solo no… me atraen… —Eso no es malo, a mí tampoco me atraen las niñas, son lloronas, mandonas y hablan demasiado. —Si ¿verdad? —Oye Roni, ¿alguna vez has sentido algo raro cuando… te tocas tu cosita? Ya sabes, esas veces que se te pone durito. Prometo no burlarme, ¡en serio! —Tu… ¿Tambien te has sentido asi? —Desde hace tiempo, son cosas que nos pasa a los chicos cuando crecemos, es raro, pero, se siente bien… ¿o no te sientes así? Como cuando estamos en los vestidores con los demás ¿No te da curiosidad? —Pues… yo… —Si esto te incomoda, podemos hablar de otra cosa o hacer algo más. —Leo… eso que dices que se siente, esa vez que comparamos nuestros penes, me sentí raro, pero creo que me gustó. —Bueno, eso quiero hacer contigo, más bien ir un poco más allá, ¿no tienes problemas si me quito la camisa? Es que tengo mucho calor. No tenía problemas, sabía que era un día caluroso y por eso me puse una camiseta fresca, es culpa de Leo por ponerse ese suéter. Fui a llevarle un vaso de agua, con el calor que tenía pensé en ser amable y darle algo de beber. —Sabes Roni, en mi casa cuando me quedo solo me gusta mucho andar sin nada de ropa. Pero si te incomoda, me quedo así y ya. —dijo mientras me levantaba —Je, bueno, no me incomoda, En realidad, yo duermo en ropa interior y estoy acostumbrado a ver a mis hermanos con poca ropa —¿En serio? No me di cuenta en qué momento se me acerco tanto, pero si sentí cuando me desabrocho los pantalones y metió su pata en mis calzones, sonreía mientras me tocaba y me levantaba la camisa. —¡¿Qué haces?! —le dije. —Tranquilo, esto es lo que quería que hiciéramos, solo relájate, es algo que he hecho antes, créeme, te gustara. —Pero, no debo dejar que me toquen allí, Leo no quiero que me regañen… yo… Me sentí extraño mientras me tocaba, al principio eran cosquillas, pero luego Leo puso sus dedos entre mi cosita y luego, sentí que estaba dura. Leo comenzó a frotarla con sus manos, él tenía razón, me gustaba, se sentía bien. Cuando me di cuenta, Leo estaba desnudo —Eso es… no es malo Roni, solo es algo que se siente bien, algo que se hace cuando te sientes cómodo con alguien… Él ponía su cosita en mi trasero y se frotaba conmigo. —En serio esperaba esto, Roni, esto se llama masturbación, lo común es que te lo hagas tú mismo, frotar tu pene con tu mano, era lo que yo hacía en la escuela, para que funcione mejor, piensa en alguien que te guste, alguien a quien quieras ver desnudo, Roni… tu, me gustas mucho… —L-Leo… a ti… oh, af… ¿te gustan los chicos? Eres… —Gay… —Leo se notó con la cara tristona, me preguntó: —Quieres que pare… entenderé si no te gusto… —N-No pares… No me importa si eres gay… sigues siendo… mí, amigo… Casi no podía hablar, Leo me hacía sentir demasiado bien algo que nunca había sentido… Se detuvo y me volteo, mis pantalones se cayeron y el me quito el calzón… —Roni, experimentar con otros chicos no te hace gay, lo digo para que no te asustes, no quiero perderte, perder tu amistad. Leo se veía preocupado, no era un mal chico y yo le gustaba mucho, tenía muchas preguntas en ese momento, pero algo en mi me decía que las olvidara, que solo disfrutara. Mi pata se acercó a la de Leo, casi por instinto, mientras que Leo me seguía agarrando por las bolas y acariciaba mi cosita. —Eres mi amigo, me gusta esto… pero también tengo miedo. —Te puedo enseñar más, pero no ahora, no vine preparado porque no sabía hasta donde iba a llegar. —Puedes enseñarme mañana… mis hermanos también saldrán. —Roni… eres muy lindo, seguro serás tan guapo como tu hermano cuando crezcas, pero también eres tan tierno y me gustas ¿puedo besarte?… ¿en la boca?... En ese momento Leo también me pareció lindo, creo que siempre me pareció… el me acariciaba el pecho y la barriga, no acercamos, él ya sabía la respuesta que tenía en mente y me dio mi primer beso en la boca, me acariciaba mi colita y mi culito, con fuerza debo decir, pero me gustaba, admito que fue raro cuando luego metió su lengua en mi boca, era se resbalaba y sentí un escalofrió, no había sentido nada igual… y quería más, nunca lo olvidare. Leo se separó y bajó a la altura de mi pene, no sabía lo que iba a hacer cuando se lo metió en la boca, cosa que me tomo por sorpresa, unas cosquillas húmedas y extrañas, pero se empezó a sentir mejor que con su mano, duro un buen rato así, usando su lengua hasta en mis bolas, por varios momentos me costaba mantenerme de pie, mi pipito estaba más duro que nunca en mi vida, no podía evitar jadear… pero pronto sentí algo similar a las ganas de orinar y al principio creí que era eso… —¡Leo! —exclame— para, ¡para!... —se detuvo y yo me deje caer al suelo— No te quería orinar… Me fui al baño aun con mi erección, nombre que Leo luego me explicaría para mi pipito parado, me lo limpie, pero me costó, cuando me lo tocaba estaba demasiado sensible, había experimentado mi primer beso y mi primera mamada, demasiado para un chico de primaria como yo… Leo se había puesto su ropa cuando regresé, pero también se estaba preparando para irse. —No sé si aguante más si me quedo más tiempo, —dijo— vendré mañana para terminar de enseñarte, hay mucho más que podemos hacer. Se acercó para abrazarme y darme un beso en la mejilla y uno pequeño en la boca y agarrarme de mi trasero. —Eres tan sexy, con un culito que se ve tan lindo y rico… No estaba seguro de lo que me quiso decir, pero él se fue de vuelta a casa, sabia como regresarse, me contó que sus padres le daban muchas libertades. Me quede pensando el resto de la tarde hasta que mis hermanos volvieron y luego el resto de la noche, comencé a pensar si era gay o bi, pero lo que hice con Leo me mantuvo despierto y con erecciones por la noche, me masturbaba, pero, aunque se sentía bien, no era como cuando lo hacía Leo, y chupar mi pene… se supone que allí es sucio… aunque me había bañado y casi no sude, sea como sea, Leo iba a regresar al día siguiente y me preguntaba que más me iba a enseñar