Sentí sus fríos y delgados dedos enroscándose en mi cuello, cortándome la respiración, lentamente sofocandome. Viré la mirada para ver a la oscuridad, y como si entendiese mi silencio en forma de pregunta; respondió: -Si, ya es hora. El mundo a mi alrededor se había desvanecido, y no había más que oscuridad y espesa negrura a donde volteara a ver. Levanté mis manos y observé mis muñecas, cicatrices adornandose, viejas y desvanecientes. -Entonces no fue mi culpa? Realmente me llegó la hora? Voltee a mirar de nuevo al vacio inmenso frente a mi, e imaginandome una figura dentro, pregunté: -Como…? -Hay muchas formas de llegar al final, y las afecciones mentales suelen afectar el cuerpo también. -Depresión? -Y soledad, y desánimo, y un corazón que ya no quería latir. -Y ahora? -Ahora camina… Un paso, otro paso… lo que parecía una interminable caminata. Habran sido horas? quizá dias y yo sin darme cuenta. Me sumergí en la profunda oscuridad que me acogió y acarició, me tomó en su lecho de olvido y me arrulló en su silencio. Mas, ya no supe.